En la primera quincena del mes de julio, el Mando de Operaciones Especiales (MOE) llevó a cabo el ejercicio ‘Mobility 2025’, uno de los más importantes del año y liderado por el Grupo de Operaciones Especiales 'Tercio del Ampurdán' IV (GOE IV), que desplegó varios de sus equipos operativos en el CENAD de San Gregorio (Zaragoza) para adiestrarse en un operaciones especiales dentro de una escalada de tensión y un conflicto de alta intensidad.También participaron en el ejercicio la XIX Bandera de Operaciones Especiales de la Legión (BOEL) y la Força de Operações Especiais (FOE) del Ejército Portugués.
Además, el ejercicio también contó con unidades ajenas al MOE: las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) aportaron un helicóptero CH-47F Chinook, la unidad Enemigos del CENAD San Gregorio ejerció el papel de oposición, y el Ejército del Aire y del Espacio participó con el dron MQ-9 Predator y un avión C-295 del 353 Escuadrón de Operaciones Especiales del Ala 35.
Cambio de escenario: de los grupos terroristas islámicos del Sahel a la escalada de tensión geopolítica y el conflicto de alta intensidad
Las unidades de operaciones especiales constituyen la punta de lanza de las Fuerzas Armadas de cada país. Por este motivo, su línea de trabajo y adiestramiento debe adaptarse al contexto geopolítico internacional y sus continuos cambios. Así, como novedad en esta edición del ‘Mobility', el MOE ha dado un cambio radical en el escenario planteado, pasando de misiones contra grupos terroristas del Sahel o Medio Oriente a otro distinto de conflicto de alta intensidad y guerra híbrida contra un enemigo de iguales capacidades.
En concreto, para el ejercicio se simuló una escalada de tensión en una zona fronteriza tras varios años de conflicto de alta intensidad en la que el enemigo aumenta otra vez radicalmente la concentración de tropas en una nueva frontera definida, por lo que se prevé que su siguiente movimiento será el avance de estas en una invasión.
Por este motivo, se activa un Special Operations Component Command (SOCC), que dirigirá a varios Special Operations Task Group (SOTG) de múltiples países de la que son desplegados en puntos estratégicos de la zona fronteriza. Uno de esas SOTG’s será el protagonista real del ejercicio ‘Mobility’, compuesto por los equipos de operaciones especiales españoles y portugueses de las maniobras.
.jpeg)
Un vehículo ligero Polaris de la FOE portuguesa operando con un VEMOE español en el ejercicio Mobility. (foto: Esteban Maiza)
El despliegue de dicho SOTG hispano-luso en la zona fronteriza lleva a los equipos operativos a ejecutar misiones en áreas no permisivas, áreas permisivas y áreas semi-permisivas, adaptando las tácticas a utilizar en función de cada uno los los tres posibles supuestos.
Los equipos del MOE participantes en el ejercicio no solo ejecutaron misiones en el contexto de un conflicto de alta intensidad, sino que también desarrollaron acciones en el contexto de la zona gris o guerra híbrida, pues el enemigo cuenta dentro de la ficción planteada con medios medios de comunicación televisivos para ejercer su propaganda entre la población, así como empresas y grupos armados no oficiales que sirven como instrumentos para desestabilizar a otros países.
Misiones de operaciones especiales ejecutadas por los equipos
Uno de los objetivos del ejercicio fue demostrar que el MOE (y las unidades de operaciones especiales en general) tienen un papel protagonista dentro de un conflicto de alta intensidad, ejecutando misiones que tengan gran impacto en el curso de la guerra. Por este motivo, una de las acciones directas ejecutadas por los equipos operativos participantes fue la emboscada a un convoy de vehículos acorazados del enemigo con el uso de los medios ligeros que caracterizan a toda unidad especial. De esta forma, si no se consigue la destrucción total de los medios acorazados, sí se garantiza la desorganización de estos y el retraso en su avance.
Otro aspecto al que el MOE dio una gran importancia en el ejercicio fue uno de los pilares de toda unidad de operaciones especiales: ser capaces de infiltrarse y operar tras las líneas enemigas sin ser detectados. Esto requiere un grado de autonomía extremadamente alto por parte de los equipos operativos. En las últimas décadas, las operaciones especiales han estado orientadas a la lucha contra grupos terroristas con capacidades muy inferiores a las del ejército de cualquier país occidental, pero el escenario del ejercicio ‘Mobility’ enmarcado contra un enemigo de iguales capacidades obliga a modificar algunas tácticas, por ejemplo, reducir al mínimo las transmisiones electrónicas y de radio y el intercambio de información entre los equipos operativos sobre el terreno y el mando, con ventanas de ‘blackout’ de horas o días de duración que evitan que las transmisiones de los equipos sean detectadas por el enemigo, minimizando el riesgo de que sean localizados.
.jpeg)
Dos VAMTAC ST5 durante una misión dentro del ejercicio Mobility. (foto: Esteban Maiza)
Parte de esa autonomía implica también reabastecer al equipo operativo para que pueda alargar su despliegue tras las líneas enemigas en el tiempo. Así, a lo largo del ejercicio un avión C-295 del Ejército del Aire y del Espacio ejecutó varios reabastecimientos tácticos a los equipos operativos desplegados mediante lanzamientos paracaidistas de cargas con munición, comida y material. Asimismo, se realizaron varias prácticas de punto de reabastedimiento FARP (Forward Arming and Refueling Point, por sus siglas en inglés) con un helicóptero CH-47F Chinook, que reabasteció de combustible a los vehículos con los que los equipos operativos desplegaron.
Tras varios reabastecimientos para mantener las capacidades de los equipos sobre el terreno, otra misión de acción directa que ejecutaron fue la destrucción de un puesto de mando enemigo con el fin, una vez más, de desorganizar las fuerzas convencionales del enemigo con iguales capacidades. Para llegar a la destrucción de dicho puesto, los equipos tuvieron que ejecutar también un cruce de línea de vigilancia con el apoyo de las imágenes MQ-9 Predator.
La misión final del ejercicio ‘Mobility’ 2025 fue la ejecución de un asalto aéreo sobre un aeropuerto (que en la vida real era el aeropuerto de Teruel) para capturar o matar a un objetivo de alto valor o HVI (high value individual), para lo cual los equipos participantes en el ejercicio se dividieron en Patrullas de Reconocimiento Especial (PRE) y Patrullas de Combate (PATCOM) para ejecutar, dentro de una zona permisiva, la ‘Operación Safe Heaven’, de cuyo desarrollo contaremos más adelante en defensa.com. (Esteban Maiza)






Deje un comentario
Su e-mail no será publicado.
Los comentarios que no se atengan a las normas de participación podrán ser motivo de expulsión.