La Armada tiene entre sus objetivos a corto y medio plazo el mejorar las capacidades de proyección que llevarán a los buques a transportar efectivos y material que acabará siendo trasladado a tierra para realizar diferentes tipos de operaciones. En esa categoría de acciones, que se enmarcan en la necesidad de mantener un potencial expedicionario creíble y generar un verdadero potencial de combate, está la Infantería de Marina.
Es una estructura que incluye como elementos principales a la Brigada de Infantería de Marina (BRIMAR) Tercio de Armada, a la Fuerza de Protección (FURPRO) y a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE), unidades que, de una forma u otra, se complementan y mantienen una excelente compenetración a la hora de que el personal pueda evolucionar en los destinos que se les ofrecen a lo largo de su carrera profesional como infantes de Marina.
Desde hace poco se está implantando lo que se conoce como el Grupo de Apoyo Especializado (GAES). No se trata de una unidad u organización determinada, si no de un concepto que busca aprovechar algunas de las capacidades que ya se tenían para organizar una estructura operativa que, de forma especialmente eficaz y rentable, mejore el potencial de desarrollar los cometidos propios de las Operaciones Especiales (OE) con capacidades que complementan o refuerzan a las muchas que ya tiene la FGNE.
El objetivo principal del GAES sería, usando material que le permita la más completa integración y compatibilidad con la anterior, conformar un núcleo más o menos grande en el que se conjugue personal de Infantería de Marina con una especialización militar determinada, que pudiese ser especialmente útil a la hora de llevar a cabo una misión concreta de alta complejidad, con otro que sume a su potencial de combatiente normal el estar habituado y habilitado para generar determinados apoyos que puedan requerir los estoles de Operaciones Especiales, para completar con más diligencia y mejor efectividad alguno de los cometidos que tienen asignados por su elevada especialización técnica y operativa.
La implantación del concepto
Las unidades de Operaciones Especiales cobraron en los últimos años, y como consecuencia de los distintos escenarios de enfrentamientos convencionales o asimétricos que han tenido lugar en diferentes partes del mundo, una relevancia especial. Se trata de pequeños núcleos de militares que tienen una capacidad muy alta para llegar a un lugar de forma discreta, completar su cometido, que en el caso de enfrentamientos se englobaría dentro de las acciones directas o el reconocimiento especial, y salir del lugar sin que, en muchos casos, su presencia sea detectada.
Aportan un alto valor para las necesidades, tanto tácticas como estratégicas, pero el conseguir personal habilitado es difícil, costoso y muy exigente, tanto que son pocos, muy pocos, los que llegan a obtener la ansiada boina verde que, como componentes de unidades SF (Special Forces) reconocidas en algunos ámbitos con el apelativo Tier 1, suele identificarles respecto de otros militares en algunos ejércitos.
La versatilidad que les caracteriza, y también su número reducido, llevó hace unos años a poner a punto en diversos países unidades con una cualificación inferior Tier 2, que, conocidas como SOF (Special Operation Forces), las complementan y, en algunos casos, pueden ser encuadradas dentro de estructuras de apoyo del tipo SFSG (Special Forces Suport Group).
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Funciones de vigilancia y observación lejana figuran entre los cometidos en los que el GAES puede apoyar a la FGNE (foto Octavio Díez Cámara).
Concepto complejo
Mantener ese concepto, no es económico y en algunos casos se ha demostrado que, además de poco rentable. puede ser complejo. No todas las naciones tienen estructura presupuestaria y organizativa para ello, por lo que han surgido también otros que, como el GAES, pueden ser de gran utilidad y ofrecen el necesario potencial con una notable rentabilidad, que abarca tanto la operativa como la de empleo real. En España hay experiencias parecidas que están demostrando ya su valía.
Sería el caso de lo que se conoce como Fuerzas de Apoyo a Operaciones Especiales (FAOES), una estructura que se organiza con diferentes medios del Ejército de Tierra para, generalmente, dar apoyo a los ejercicios más demandantes del Mando de Operaciones Especiales (MOE) y aportar especialistas, capacidades y poder ofensivo con personal, material o vehículos. La Infantería de Marina apuesta por algo similar con su reciente GAES. Fue en julio de 2024 cuando se hizo público un documento de concepto final generado por la Comandancia General (COMGEIM), en la época que esa estructura la dirigía el general de división Rafael Roldán Tudela, que tenía una dilatada experiencia en OE de los años en los que estuvo destinado en la Unidad de Operaciones Especiales (UOE).
La publicación, reúne en sus páginas distintos detalles sobre lo que es este concepto, su sustento, los objetivos, la entidad, las capacidades y cómo se organizaría para asumir lo que se necesitaría de cara a desarrollar una determinada misión. La realidad es que la Infantería de Marina lleva ya algunos años trabajando con esta idea de capacidades que, recientemente, ha visto la luz al abordarse un concepto ya detallado y más elaborado. Las primeras ideas, de las que ya oímos hablar a mediados de la pasada década, se situaban en una necesidad surgida de la participación de equipos de OE de la Armada española en el despliegue que se llevaba a cabo de forma más o menos regular en Afganistán.
Se detectó que sería bueno y necesario contar con algunos apoyos externos. Se trabajó la idea en un momento histórico en que también en la BRIMAR se apostaba por obtener recursos de reconocimiento anfibio propios que, como la URECON (Unidad de Reconocimiento), que nació; primero o las compañías de especialización ISTAR (Intelligence, Surveillance, Target Acquisition and Reconnaissance), que llegaron después, apoyasen la necesidad inherente a las Operaciones Anfibias.
Organizaciones GAES, que incluso se definieron como Grupo de Apoyo Especializado en OE, se fueron activando desde mediados de la pasada década y sabemos que, con ejemplos como el supuesto FIMEX-16, que tuvo lugar entre el 25 de noviembre y el 2 de diciembre de 2016, trabajaron codo con codo durante algunos años en beneficio de la FGNE, aunque después hubo un periodo en el que su empleo quedó algo relegado y no fue hasta ahora en que se vuelve a apostar por él.
Por lo que sabemos, ha cogido de nuevo fuerza renovada durante el pasado año porque desde la COMGEIM y también desde la Armada tienen especialmente claro que es hoy, más que nunca, necesario apostar por ese potencial. Tanto es así que el primer ejercicio de validación de un concepto que ya está plasmado en un documento oficial tuvo lugar en octubre de 2024, alrededor del supuesto GNEX 02-24 que implicó el despliegue de los estoles de la FGNE en territorio peninsular e insular y que se desarrollasen algunas de las fases del mismo en gaditano Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín donde, por ejemplo, se concentraron algunas capacidades a las que nos referimos en estas páginas.
Allí estuvo desplegada, y desarrolló varios tipos de acciones, una Compañía de Fusiles Reforzada de la BRIMAR, que, con un oficial al mando, incluía las 3 secciones de Infantes de Marina y la de Armas que les son propias y apoyos externos tan contundentes como morteros embarcados de 81 mm., capacidades de reconocimiento con sofisticados equipos de vigilancia y obtención de información de la Compañía RECON del Batallón de Cuartel General del Tercio de Armada y otro personal que aportaba su capacidad técnica y medios nada convencionales.
Para ese supuesto, en el que se implicaron en acciones de apoyo sobre objetivos secundarios o cometidos como los de dar escolta y protección a convoyes de vehículos ligeros que se desplazaban con discreción buscando no ser detectados, se apostó por una intensificación de la preparación variada y exigente que caracteriza a los infantes de Marina españoles, con un plan que incluía prácticas como las de combate CQB (Close Quarter Battle). que son idóneas para despliegues en ambientes urbanos. A medio plazo, podría incluso ser conveniente regular la realización de módulos de perfeccionamiento específico para las unidades de apoyo especial.
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El personal adscrito al GAES podrá apoyar, con acciones como las de distracción, determinadas acciones y proyectarse en embarcaciones ligeras y discretas (foto Octavio Díez Cámara).
Suma de recursos
Aportar capacidades complementarias a la FGNE sería el principal objetivo del concepto GAES y también el constituir estructuras que le permitan ser una realidad en el transcurso de un ejercicio de formación o de un despliegue real. Básicamente, se trata de una solución de refuerzo necesaria, que en buena medida viene determinada por la limitada entidad de la FGNE o porque en un determinado momento sea oportuno complementar a sus operadores con otras capacidades que refuercen las propias.
En ese propósito se apuesta por tomar como núcleo principal unidades de combate de la Infantería de Marina, por lo que tanto la BRIMAR como la FURPRO son idóneas para ese objetivo. Como el concepto apuesta por conformar estructuras de tipo modular que ad hoc, están orientadas a una misión determinada que intente actuar ante una amenaza concreta dentro de un entorno especialmente focalizado en el litoral. Así nos lo explicaba recientemente el capitán jefe de la 2ª Compañía de Fusiles del 1er Batallón de Desembarco (BDE) de la Tercio de Armada que fue el núcleo sobre el que se trabajó en GNEX 02/24.
Sobre la capacitación práctica del personal involucrado en esta última, además del adiestramiento específico en planes de tiro más exigentes y en entornos CQB se realizaron otros más específicos y avanzados, como las maniobras de integración de apoyos, un proceso en el que también influye de forma positiva, trabajar mano a mano con los operadores de OE de la FGNE.
Los infantes fusileros ven cómo se trabaja dentro del colectivo especial, aprenden detalles de lo que les caracteriza y de algunos de sus protocolos y, lo que también es relevante, se imbuyen de una motivación que les lleva a tener una predisposición mejor de cara a su propio crecimiento personal profesional. Está claro que desarrollar cometidos conjuntos, en un proceso que no incluye instrucción, aporta detalles que, como la experiencia y potencial (expertise) de los más capacitados, se trasladen de alguna forma a aquellos que carecen de esa formación y saber hacer.
Es relevante que en la BRIMAR se trabaja con un nivel de adiestramiento orgánico, que ya de por sí es de alto nivel, y capacitación, lo que les sitúa en el entorno de las denominadas como tropas de élite. Se reforzaría, si es necesario para una determinada misión, con algún tipo de preparación específica que requeriría desarrollar un calendario ex professo, para después avanzar a una validación y posterior certificación en cuanto a unos determinados cometidos. Por ejemplo, dado que el personal de las compañías de fusiles tiene un adiestramiento amplio y su movilidad es muy elevada, lo que podría hacerse es mejorar aspectos como las prácticas que, para aprender cómo se debe proceder para evacuar helicópteros en el caso hipotético que puedan caer al mar, pueden llevarles al simulador METS (Modular Egress Training Simulator) ubicado en las instalaciones del Centro de Supervivencia de la Armada (CESUPAR).
Ahondando más en lo que es el GAES, que seguro va a tener un protagonismo más relevante a partir de ahora, concretamos que el oficial que lo manda actúa subordinado al comandante de la Unidad de Guerra Naval Especial que se despliegue para un determinado supuesto. Usualmente, sería el jefe de una Compañía de Fusiles, por ser la aportación numérica más grande dentro del concepto de organización operativa que se pretende. No sólo contaría con sus hombres, que podría desplegar dentro de una estructura mínima, que incluiría una Sección Reforzada y que podría llegar a ser de Compañía Reforzada, para el propósito de su misión.
Estos militares permitirían constituir unidades de maniobra ligeras y específicas de Infantería de Marina, que serían las asignadas a actividades como las de realizar escoltas de convoyes, conformar fuerzas de reacción QRF (Quick Reaction Forces) con vehículos armados como los blindados 4x4 compactos Uro VAMTAC ST5 o a temas de combate en acciones directas que, como las de bloqueo o aislamiento, se desarrollasen en objetivos secundarios y puedan ayudar a facilitar la acción principal.
Se le agregaría, en número variable de personal y capacidades, especialistas de diferentes áreas con su propio equipo y material. Serían, en términos generales y dejando claro que al ser el GAES modular podría requerir en un momento dado de un potencial al que ahora no nos referimos, recursos como los de apoyo de fuego, que en este caso provendrían de sistemas como los morteros embarcados Dual-EIMOS con una pieza de 81 mm., los lanzadores de misiles contracarro Spike LR1 (Long Range 1) o las ametralladoras pesadas Browning M2, sistemas que en este caso se moverían aprovechando plataformas como los ST5 que forman parte de la dotación generalizada de la BRIMAR.
También podrían necesitar de aportaciones de equipos de Tiradores de Precisión (ETP) encuadrados tanto en la Compañía RECON, como en las secciones de Reconocimiento (SERECO), que, con sus rifles Barrett M107 de 12,7x99 mm., Accuracy AXM de .338 Lapua Magnum o HK417 de 7,62x51, pueden contribuir a generar acciones precisas sobre determinados blancos o a realizar vigilancias discretas desde puntos lejanos, aprovechando algunos de los sensores que llevan consigo.
No acaba ahí y el refuerzo contemplaría también especialistas en desactivación de explosivos, los EOD/EOR (Explosive Ordnance Disposal/Explosive Ordnance Reconnaissance), y equipos de detección y descontaminación ligera que sean capaces de actuar ante la presencia de amenazas relacionadas con agentes nucleares, biológicos, químicos o radiológicos (NBQ/R), personal encuadrado desde 2024 en las secciones de la Compañía de Zapadores de Apoyo General del Grupo de Movilidad Anfibia (GRUMA). Se podrían necesitar capacidades como las de transporte, Sanidad o aprovisionamiento para apoyar la Logística, tarea que asume el Grupo de Apoyo de Servicios de Combate, o necesitar equipos K9 formados por guías y perros especialmente adiestrados, que hoy están encuadrados en las unidades cinológicas de los diferentes tercios y agrupaciones de la FURPRO.
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Blindados ligeros fuertemente armados pueden dar cobertura a los convoyes del personal de la FGNE en las fases de inserción o de extracción (foto Octavio Díez Cámara).
Aportación determinante
Así mismo, se contempla que, en beneficio de los cometidos que se realizan para proporcionar diferentes tipos de apoyos a la FGNE, el GAES podría incorporar la novedosa capacidad del guiado terminal de municiones para marcar objetivos que, por ejemplo, podrían ser atacados con armas de alta precisión por los reactores AV-8B Harrier Plus de la 9ª Escuadrilla o por los helicópteros SH-60B de la 10ª de la Flotilla de Aeronaves (FLOAN). En los primeros, que además aportan la capacidad de enviar en tiempo real las imágenes captadas por los pods Littening a tierra o a una embarcación gracias a los equipos ROVER (Remotely Operated Video Enhanced Receiver), podrían emplearse los misiles AGM-65 Maverick y bombas JDAM (Joint Direct Attack Munition). a la vez que los segundos podrían recurrir a misiles como los contracarro Hellfire o los antibuque Penguin.
De ese cometido, que exige de una metodología muy concreta y el empleo de equipos que son capaces de emitir haces marcadores, tanto visibles como en el espectro infrarrojo, se podría encargar el personal de los equipos de Adquisición y Control de Apoyo de Fuegos (ACAF), que, como observadores avanzados, cuentan con la capacitación técnico-operativa que les habilita para corregir el fuego de los apoyos navales, terrestres y aéreos orgánicos en la Armada.
Estos equipos están encuadrados dentro de la Batería de Control y Coordinación de Apoyo de Fuegos (CCAF) del Grupo de Artillería de Desembarco (GAD) de la BRIMAR. Complementarían en esta función, que les permite actuar también como controladores aéreos terminales conjuntos JTAC (Joint Tactical Air Controller), al personal de la FGNE que también ha realizado la formación y reválidas pertinentes para desempeñar un cometido que cada vez cobra más relevancia en las diferentes operaciones de combate aeroterrestre.
Es una capacidad militar sumamente interesante, como otras que se refieren al despliegue de equipos móviles semipesados para cometidos de vigilancia, reconocimiento e inteligencia ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance) o de sistemas autónomos aéreos UAS (Unmanned Aerial System), que son orgánicos del Pelotón de Reconocimiento de la Compañía RECO. No hay que olvidar que todas esas aportaciones se sustentarían con equipo específico de comunicaciones para desarrollar la acción de mando y con medios logísticos que permitan operar de forma autónoma durante sus despliegues.
Sobre la parte más operativa, diremos que para el GAES se contemplarían en el manual antes reseñado 3 tipos de acciones de apoyo de tipo convencional. Una, que es la que se refiere a lo que son las acciones directas, requerirá de ellos que se aproximen a un determinado objetivo para bloquear los accesos o una zona concreta; y también, proporcionar apoyos de fuego certeros con diferentes armas y sistemas de guiado terminal, ocupar y controlar terrenos clave, desarrollar acciones helitransportadas que puedan ser complementarias a la principal, actuar en objetivos secundarios como maniobra de diversión que haga más vulnerable al adversario o repeler cualquier tipo de contraataque que el enemigo pueda generar.
El segundo grupo contemplaría acciones relacionadas con el reconocimiento especial, aportando a la FGNE desde sensores de vigilancia óptica, optrónica o radárica más potentes a más capacidades de obtención en tiempo real de datos procedentes de plataformas aéreas, como los AV-8B Harrier Plus o los diferentes tipos de UAS de dotación en la BRIMAR. Podrían, en esta tipología de misiones, llevar a cabo acciones de protección en las fases de infiltración y exfiltración propias de los elementos de OE desplegados en el terreno, dándoles también, si ello fuese necesario, cobertura próxima en los puntos donde el personal ejecutante de la misión se reúna al final de la misma con vehículos, aeronaves o embarcaciones enviadas para su extracción.
Un tercer grupo genérico de cometidos podría derivar de su despliegue en temas relacionados con la asistencia militar a países aliados o amigos, para aportar a los instructores de la FGNE beneficios derivados de su participación en lo que es la seguridad de la base de despliegue, la escolta de los convoyes en determinados tránsitos por esa zona o hasta la vigilancia de espacios dedicados a la formación y el adiestramiento para reaccionar ante la presencia de hostiles o de una amenaza concreta que se pueda materializar en un momento de crisis.
Más específicamente, y en cuanto al concepto de empleo del GAES que figura en la Doctrina Conjunta de OE generada en 2022 por el JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa), sus acciones se centrarán en acciones ofensivas encuadradas tanto en conflictos de alta intensidad o en operaciones de reacción que busquen la defensa del territorio nacional, en la protección de unidades de Operaciones Especiales en el marco de la lucha contra el terrorismo o, en el caso de tener que participar, en apoyo a fuerzas de tareas marítimas de OE, las SOMTF (Special Operations Maritime Task Force), en operaciones como las de extracción de fuerzas o las de evacuación de personal no combatiente NEO (Non-combatant Evacuation Operation).
Como apunte final, precisamos que la organización operativa del GAES se estructura y conforma para apoyar, en base a unas capacidades que define la misión que se tiene que realizar, a las unidades de tareas marítimas de Operaciones Especiales, las SOMTU (Special Operations Maritime Task Unit); o los grupos de tareas de Operaciones Especiales , los SOTG (Special Operations Task Group), que se constituyan en base a personal de FGNE. (Octavio Díez Cámara)







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