¿Desea recibir notificaciones de www.defensa.com?
X
Lunes, 17 de junio de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Granada y la pólvora: 700 años de historia

En Granada se lleva fabricando pólvora para aplicaciones militares desde hace setecientos años, hemos hecho un recorrido histórico de este hito.

Durante la séptima Cruzada, en la batalla de al-Mansura (Egipto, 1250) la carga de la caballería pesada franca fue un desastre porque se vieron sorprendidos por una lluvia de grandes ollas de barro que estallaban a los pies de los caballos y los espantaban, rompiendo la formación de ataque de la caballería pesada.

Los orígenes de la pólvora

El ejército árabe de los ayubíes, encabezado por el emir Fakhr-ad-Din Yussuf, reconquistó Damietta en Egipto, la plaza que tanto le costó domeñar el año anterior (1249) a Luis IX de Francia, adalid de la Séptima Cruzada. El propio Rey fue apresado. Joinville, oficial del Rey y testigo de la batalla, describió las ollas y expuso con elocuencia sus efectos sobre el ejército francés. El contenido de las mismas era un polvo negruzco de composición desconocida, pero con un olor a azufre, propio de los diablos. Además, los musulmanes contaban con cohetes entre su arsenal [1].

Ese polvo que tanto aterraba, era la pólvora, es decir, la pólvora negra, la única que existió hasta finales del siglo XIX, y que siempre ha sido una mezcla de salitre (nitrato potásico), carbón y azufre, en proporciones diversas. Fue en el 1044, reinando la dinastía china de los Song, cuando apareció el compendio militar Wu jing zong yao (El libro del dragón de fuego) en el que se describía la composición [2] de la pólvora y su utilización tanto para la guerra como para la diversión. Se dispone de grabados de lanzamiento de cohetes, de troncos con pólvora, y de pájaros de fuego, esto es, pájaros a los que se ataban saquitos de pólvora de modo que al volver a sus nidos, incendiaban las ciudades sitiadas. No hay imágenes de cañones, aunque si de hipotéticos viajes a la Luna.

Guerrero chino lanzando un cohete (Wikipedia)

Durante la Dinastía Song (960-1279), además de la pólvora, se inventó la brújula, la imprenta, el disco de corte, las perlas artificiales, los mapas en relieve o el procesamiento de la seda. Y algunos de estos adelantos llegaron hasta Siria y Egipto a través de los mercaderes árabes que recorrían la Ruta de la Seda. De hecho Hasan al-Rammah  ya escribió hacia el 1270 el libro al-Furusiyya wa al-Manasib al-harbiyya (La equitación militar y dispositivos ingeniosos para la guerra) donde indicaba que fue escrito “por el eminente maestro Najm al- Din Hasan al-Rammah, a quien se las dictó su padre y sus antepasados,… que Alá esté complacido con todos ellos”. De modo que, con solo remontarnos a los tiempos de su abuelo, podemos suponer que la pólvora ya era conocida en el mundo árabe a finales del siglo XII o principios del XIII

¿Cuándo llega la pólvora a la Península Ibérica?

En el siglo XIII el historiador Ibn Said [3] hacía notar que “… los Sultanes y las tropas suelen adoptar los trajes de los cristianos sus vecinos: sus armas son iguales, y lo mismo sus capas”. Pero a mediados del siguiente siglo los benimerines acuden en auxilio del sultán de Granada Ismail I y le imponen, entre otras cosas, cambios en el modo de guerrear, para hacerlo más acorde a la tradición bereber. Así, según Ibn Al-Jatib [4], se vuelve a la caballería ligera (“… ahora han cambiado este equipo por otro más sencillo, de corazas ligeras, cascos ligeros, sillas árabes [5], escudos de cuero de anta  y lanza fina”).

Pero además de nuevas tácticas, los benimerines traen  la pólvora (barud), pero no en ollas, sino con la sensacional y decisiva novedad del cañón o “aparato de la nafta”, (alat al-naft), que disparaba peñascos de fuego (sujur min nar), esto es, piedras rodeadas de materia incendiaria, seguramente una mezcla de betún (naft) y pólvora. Con esta incipiente Artillería Ismail I y los benimerines asedian en 1324 la plaza fronteriza de Huéscar, situada al norte de la actual provincia de Granada.

Viaje a la luna, propulsado por cohetes (Wikipedia)

Y es también Ibn al-Jatib [6] quien da la primera cita literaria occidental sobre la pirobalística y sobre el estupor que causó entre los sitiados:

“Ismail I en rachab del año 724 (junio-julio de 1324) se puso en movimiento, se dirigió contra el país enemigo y puso cerco a Huéscar, el obstáculo interpuesto en la garganta de la ciudad de Baza, la cercó completamente, alineó sus tropas para el asalto y disparó con un aparato imponente, que funcionaba con la ayuda de la nafta, unas bolas ardientes a una tronera de una torre inaccesible de su fortaleza y produjo unos efectos como los que producen los rayos del cielo. Bajó de ella la gente precipitadamente a rendirse a discreción el 24 de aquél mismo mes (18 de julio de 1324)”.

Y desde hace 700 años la pólvora se sigue fabricando en Granada. Inicialmente la purificación del esquivo salitre, que solo podía obtenerse de cuadras y lugares umbríos, su mezcla con carbón y azufre, y la trituración en seco de todos ellos mediante morteros de mano, se hacía sobre la marcha, en el propio Real. Pero a partir del siglo XV comienza una tímida industrialización utilizando batanes [7]. Y un siglo después ya se contaba con molinos específicos que facilitaban la molienda de ingredientes y su homogeneización en húmedo. Unos y otros se movían hidráulicamente.

Al ser un producto estratégico, los nazaríes montaron su molino al pie de la Alhambra, aprovechando una acequia que discurre paralela al río Darro, cerca de la Bab al-difaf  (Puerta de los Tableros), cerca de lo que hoy se conoce como el Puente del Cadí. Pero 1492, cuando los Reyes Católicos entran en Granada, toman posesión de su joya más preciada, la Alhambra, dotándola su nuevo Gobernador, el Conde de Tendilla, de lombarderos, afinador de salitre, tiradores y herreros, es decir, de todo el personal necesario para continuar con la fabricación de la pólvora.

Disparo de un cañón según el Feuerwerkbuch o Libro de los fuegos, primer compendio occidental de Artillería (~1380) (Feuerwerkbuch vía Web del Milano)

Tanto durante la época nazarí como tras la conquista el molino y la fabricación de la pólvora dependían directamente de la Alhambra y todavía se conserva, junto a la Torre de la Vela, la llamada Torrecilla de la pólvora, que se utilizaría como polvorín. Pero el 18 de febrero de 1590 el molino, entonces conocido como la casa del polvorista explotó. “… dio la dicha casa y pólvora un grandísimo rumor y estruendo… derribó muchas casas del contorno y parte del muro desta çiudad… An muerto muchas gentes y otras questán, a lo que se entiende, devaxo de tierra. A sido en esta ciudad caso de admiración”. Según la denuncia que su propietario o asentista, Juan Real, hizo al Corregidor, el incendio había sido intencionado.

No solo la carrera del Darro resultó dañada. La Alhambra se vio afectada por valor de 6.000 ducados, destruyendo vidrieras y carpintería, desprendiendo alicatados y causando daños estructurales que persistirán a lo largo del tiempo. En concreto la sala de los Mocárabes se vio afectada [8] en su zona alta. La cúpula sufrió grandes desperfectos que por no repararse en su momento llevaron a su derribo posterior y a la sustitución de un elemento singular por una bóveda elíptica de yeso.

La Fábrica sube a El Fargue

El molino destruido no podía reconstruirse en el mismo sitio y había que buscar un emplazamiento más seguro. Resultó ideal Al-qariya Alfargue, es decir, la alquería de El Fargue, ya que distaba legua y media [9] de Granada y pasaba la acequia de Aynadamar. La acequia, que nace en Fuente Grande (Alfacar), llega hasta el Albaicín, situado a unos 14 km, y al pasar por El Fargue lo hace por una pronunciada cuesta, lo que permitiría mover la rueda de los molinos con la suficiente fuerza.

Y en esa ubicación permanece desde 1624, según las escrituras que la Fábrica posee, y que se corresponden con la compra de unos terrenos al morisco Juan Ciycy.  Y es desde allí, primero con un molino y luego con tres, desde donde se mandaba la mejor pólvora para las Indias (“…que V.M. se sirva de mandar… que los polvoristas de Granada, den a los dichos Presidente y Jueces Oficiales los dichos 200 quintales de pólvora”). Porque las pólvoras de otros lugares “…creo que si las hicieran para vender a turcos o a otros enemigos nuestros no lo pudieran hacer peor”.

La Fábrica de El Fargue en 1819 (Centro Geográfico del Ejército)

La Fábrica fue quemada por los franceses en 1812, en su retirada hacia Murcia, y fue revitalizada bajo la dirección del cuerpo de Artillería en 1850, surtiendo de pólvora para la guerra de Marruecos de 1860, las guerras carlistas, y las de Cuba y Filipinas. Fue el 14 de Junio de 1897 cuando, por primera vez en España, la Fábrica completó el primer lote de pólvora sin humo, es decir, pólvora a base de algodón nitrado o nitrocelulosa.

Hoy la Fábrica, sigue en El Fargue y cuenta con instalaciones diversificadas y con acuerdos de colaboración internacionales. Mantiene su capacidad para seguir elaborando pólvoras, pero además puede fabricar, entre otros, propulsores para motores cohete, cargas para desactivación de explosivos, proyectiles de artillería y misiles, como el anticarro Spike.  (Joaquín Alastrué Funes)

Datos basados en el libro del autor “Inventando la pólvora, fabricando la pólvora. El Fargue y la Fábrica de Granada” que editó la Diputación de Granada en su colección Temas locales el año 2016

Fotografía portada: El histórico acceso a la fábrica de El Fargue (FMG)

Uno de los tipos de pólvora que se fabrica actualmente en Granada (FMG)

Lanzamiento de misil Spike (Ejército de Tierra)

Notas:

  1. NASA http://science.ksc.nasa.gov/history/rocket-history.txt
  2. Andrade, Tonio. La edad de la pólvora. Las armas de fuego en la historia del mundo. Editorial Crítica, Serie Mayor. Marzo 2017
  3. Viguera Molíns, Mª Jesús (Universidad Complutense de Madrid). La organización militar en Al-Ándalus. Revista de Historia Militar Año XLV, 2001, Número extraordinario. Conquistar y defender. Los recursos militares en la Edad Media Hispánica. Instituto de Historia y Cultura Militar.
  4. Ibn al-Jatib. Historia de los Reyes de la Alhambra. (Pg. 127)
  5. Las sillas árabes permiten montar a la jineta, facilitando la maniobrabilidad, lo que supone pasar de una caballería pesada, como los cristianos, a una ligera.
  6. Ibn al-Jatib. Historia de los Reyes de la Alhambra. (Pg. 189)
  7. Molinos específicos para teñido de tejidos.
  8. Sáenz Pérez, Mª Paz y otro. Estudio constructivo-estructural de la galería y columnata del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada. Universidad de Granada, Granada 2004, Pg. 23 a 30
  9. Unos 7 kilómetros. Distancia de seguridad suficiente, pero próxima a la Alhambra.
  10. Dalmau, Francisco. Plano  topográfico de la Ciudad de Granada, realizado en 1819 y conservado en el Centro Geográfico del Ejército (CGE) con el número de referencia 219

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Copyright © Grupo Edefa S.A. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.