España ha rechazado tajantemente en un comunicado cualquier insinuación sobre una supuesta voluntad de injerencia en los asuntos políticos internos de Bolivia y la intención, por ende, de querer sacar a nadie de la embajada mexicana en Bolivia. Para España, reza el comunicado, cualquier afirmación en este sentido constituye una calumnia dirigida a dañar las relaciones bilaterales con falsas teorías conspiratorias.
En este sentido, Madrid ha exigido que el actual gobierno interino de Bolivia reconduzca y desescale los contenidos de sus afirmaciones y se recupere cuanto antes el buen sentido de confianza y cooperación entre ambos países. En reciprocidad al gesto del Gobierno interino de Bolivia de declarar como persona non grata a dos diplomáticos españoles, España ha decidido, a su vez, declarar persona non grata a tres miembros del personal diplomático y consular boliviano acreditado en y darles un plazo de 72 horas para abandonar el país.
Asimismo, fuentes consultadas por Europa Press afirman que la, por otra parte aún no bien explicada, visita a la embajada de México en Bolivia por parte de la encargada de negocios de la embajada española, Cristina Borreguero, se hizo sin el conocimiento de la ministra Margarita Robles y sin calcular la repercusión que podía alcanzar, habida cuenta de la actual situación entre Bolivia y México, generada tras la decisión de López Obrador de acoger al dimitido presidente Evo Morales. En este escenario los GEOs españoles no han hecho más que cumplir su deber, obedeciendo unas órdenes que los han dejado en medio del fuego cruzado.
