La importancia creciente del espacio ultraterrestre en el ámbito aeroespacial determina que las Fuerzas Armadas, y muy especialmente el Ejército del Aire, deban ser capaces de monitorizarlo, garantizando su seguridad y libertad de actuación en pro de los intereses nacionales, lo que exigirá el desarrollo y la potenciación progresiva de los sistemas espaciales.
Como parte más visible y representativa de este esfuerzo de adaptación al nuevo dominio, y en sintonía con los nuevos cometidos ya asumidos de vigilancia y control del espacio ultraterrestre y las capacidades incorporadas, se ha considerado necesario proceder a un cambio formal de denominación del Ejército del Aire, decisión que se realiza en consonancia con las iniciativas que actualmente están tomando otras fuerzas aéreas aliadas.