Defensa añade 432 millones al programa de submarinos S-80

El último Consejo de Ministros dio un nuevo impulso al programa de submarinos S-80 al aprobar una modificación de la Orden de Ejecución complementaria por un importe de 432,03 millones de euros, destinada a ajustar la configuración final de los cuatro sumergibles, dotarlos de repuestos adicionales y hacer frente a las obsolescencias detectadas en sus sistemas. Con esta inyección, el presupuesto global del programa supera ya los 4.300 millones de euros, lo que sitúa el S-80 como uno de los proyectos navales más exigentes y estratégicos de la defensa española.

Según la referencia oficial del Consejo de Ministros, la modificación contractual es “necesaria para poder alcanzar una configuración adecuada de los submarinos, adquirir repuestos y atender la gestión de las obsolescencias detectadas en los diferentes sistemas e instalaciones de los buques”. No se trata de un nuevo programa, sino de ajustar la orden vigente a las necesidades técnicas identificadas a medida que avanza la construcción y validación operativa de la serie, liderada por Navantia para la Armada.

Como hemos analizado en repetidas ocasiones, el S-80 es el primer submarino de diseño y construcción íntegramente española, un salto tecnológico que ha obligado a navegar por fases complejas de ingeniería. La nueva ampliación presupuestaria viene a consolidar la madurez del diseño y asegurar su sostenimiento a largo plazo. Uno de los elementos clave de la modificación es la compra de repuestos adicionales, concebidos para garantizar la disponibilidad de los submarinos desde las primeras fases operativas. Contar con estos componentes desde el inicio permitirá reducir tiempos de inmovilización, respaldar la curva de aprendizaje de las dotaciones y facilitar el funcionamiento de la Oficina Técnica de Apoyo al Ciclo de Vida que comparten Armada, Navantia y las empresas del programa.

El otro gran capítulo es la gestión de la obsolescencia, un desafío habitual en programas de larga duración en los que determinados equipos electrónicos, informáticos o industriales quedan desfasados incluso antes de que el sistema entre plenamente en servicio. La inversión aprobada permitirá sustituir componentes ya descatalogados, actualizar sistemas críticos y asegurar que la configuración final del S-80 responde a estándares tecnológicos actuales, reforzando su valor operativo y su potencial exportador.

La decisión del Gobierno llega en un momento en que el primer submarino de la serie, el S-81 “Isaac Peral”, avanza hacia su plena capacidad operativa, mientras se completan los trabajos en los restantes buques en los astilleros de Navantia en Cartagena. Con este ajuste, Defensa busca blindar el programa naval más ambicioso de la Armada, garantizar la sostenibilidad logística de la futura fuerza submarina y proteger una capacidad industrial de alto valor añadido que se considera crítica para la autonomía estratégica de España.