El Consejo de Ministros de este martes ha aprobado dos importantes novedades relacionadas con los vehículos de exploración y reconocimiento en servicio en las Fuerzas Armadas españolas. En primer lugar se aprobó un acuerdo para el suministro de Vehículos de Exploración y Reconocimiento Terrestre (VERT) Fase 2 por valor de 266,1 millones de euros y que se extenderá hasta 2030.
Como recoge la referencia, “la adquisición de este tipo de vehículos es necesaria para cubrir las necesidades de todos los Grupos de Caballería del Ejército de Tierra. Estos vehículos permiten realizar misiones de reconocimiento y seguridad en profundidad, de una forma interoperable con el resto de sistemas del Ejército de Tierra y países de la OTAN”.
Y por otra parte, en el marco de la prefinanciación de los Programas Especiales de Modernización incluidos en el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa se han concedido a Urovesa un préstamo de 132 millones de euros para desarrollar el programa Vehículo Exploración y Reconocimiento que responde a la necesidad de dotar a las Fuerzas Armadas de la capacidad de explorar, reconocer y vigilar el terreno desde una posición segura.
Recordemos que en el citado Plan, el epígrafe relativo a “Instrumentos de defensa y disuasión” incluye el citado PEM “Vehículo de Exploración y Reconocimiento” que incluye una pequeña descripción que resulta aclaratoria, al afirmar que se trata de la “adquisición de Vehículos de Exploración y Reconocimiento Terrestres para los grupos de caballería de las brigadas y comandancias de Ceuta y Melilla”.
La citada plataforma VERT se basa en el conocido VAMTAC (Vehículos de Alta Movilidad Táctico) ST5 dotado de sensores de última generación, gracias al avance de la optrónica y la necesidad de transmitir la información de forma inmediata. Si bien es cierto que la visión en el nuevo campo de batalla transparente está fundamentalmente basada en aeronaves no tripuladas, o UAV (Unmanned Aerial Vehicle), aviones de reconocimiento e imágenes satelitales, todos estos medios tienen limitaciones, tanto por las barreras meteorológicas, técnicas de inhibición, como por los sistemas antiaéreos y anti UAV y, por tanto, los sistemas de reconocimiento terrestres siguen siendo un elemento fundamental, además de la ventaja que otorga su proximidad a las unidades de primera línea, facilitando la transmisión de información y la experiencia previa del VERT lo ha demostrado.
La primera fase del VERT tiene una antigüedad de 20 años y los sistemas optrónicos empleados, material originario de la segunda fase del Programa Pizarro, no son actualmente los mejores ojos que pueden dotar a sistemas de este tipo, aunque en su momento supuso un formidable avance para las unidades que tuvieron la fortuna de recibirlos. Esta segunda fase del VERT permitirá dotar a todas las unidades de reconocimiento de unos medios actuales de detección y, además, sobre una plataforma común, como es el VAMTAC ST5, cuyas últimas versiones han mejorado notablemente sus niveles de protección, manteniendo la movilidad que ha convertido a este vehículo en un éxito de la industria nacional. (Julio Maiz)






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