El Ala 35 del Ejército del Aire, que mantiene un destacamento permanente en Canarias desde 2005, está realizando un importante esfuerzo en favor de las operaciones internacionales de España en Apoyo a Malí (A/M).
Durante este año ha tenido que doblar su esfuerzo en África, un operativo que está bajo el Mando de Operaciones (MOPS) del Estado Mayor de la Defensa (EMAD). Así, tras cerrarse el destacamento Mamba, que fue soportado por el Ala 35 desde octubre de 2014 en Libreville (Gabón), asumió el 20 de marzo, en el aeropuerto de Dakar (Senegal), la responsabilidad del destacamento Marfil, que se enmarca en la misión de Apoyo a Malí.
La misión del destacamento Marfil es contribuir al transporte estratégico de las capacidades regionales de los países participantes en la MINUSMA (Mission multidimensionnelle intégrée des Nations unies pour la stabilisation au Mali) y Francia para apoyar a Malí en su lucha contra la insurgencia yihadista. Para ello la Unidad desplazó desde su base de Getafe (Madrid) dos aviones C295 y al personal correspondiente. Es así que ahora este destacamento, que apoya a la acción española en Malí, además de operar en favor de la operación Barkhane liderada por Francia que lucha contra el terrorismo islámico en Malí y los países aledaños, está formado por 66 miembros del Ejército del Aire.
Estamos ante una misión altamente demandante para los aviones y para el personal, por las condiciones atmosféricas, largas distancias y la necesidad de operar muchas veces en pistas no preparadas, operaciones para las que el C295 es especialmente apto. En este despliegue se vuela en el escenario las misiones que se ordenan desde el MOPS o desde el Mando Componente Aéreo (Joint Force Air Component (JFAC) de Lyon del Armée de l´Air francés en la operación Barkhane.
Es reseñable que el destacamento Marfil ha cambiado de asentamiento, desde su ubicación anterior en el aeropuerto Léopold Sédar Senghor de Dakar a las nuevas instalaciones de la Escala Aeronáutica de los Elementos Franceses en Senegal o Éléments Français au Sénégal (EFS), situadas en el aeropuerto internacional de Blaise Diagne, cerca de la localidad de Ndiass y a unos 50 kilómetros de la capital. Este traslado del material y el personal español contribuye a la mejora de los servicios aeronáuticos que se requieren y de la coordinación con los EFS, que consta de unos 400 efectivos.
El Ala 35 tiene continuamente destacado otro de sus aviones en la base aérea de Gando (Gran Canaria), para dar capacidad de transporte al Ejército del Aire en el archipiélago canario. Esta presencia se remonta al 17 de mayo de 2005, cuando se desactivó el 461 Escuadrón del Ala 46 que operaba el veterano avión de transporte CASA (hoy Airbus DS) C-212 Aviocar. Al principio el Ala 35 lo cubrió con un CN235 o T.19, medios que operaba el Ala 35 antes de ser sustituidos por los actuales C295.
Como nos apunta el actual del Ala, el coronel Santiago Ibarreta: “la Unidad tiene un marcado carácter expedicionario, y el hecho de mantener el destacamento Marfil que requiere rotar por Dakar a buena parte de nuestro personal nos facilita atesorar una alta experiencia”. Pero el perfil de actuación del Ala 35 va mucho más allá del castrense, a disposición de la sociedad española en su conjunto, así transportó a los mineros asturianos que rescataron el cuerpo del pequeño Julen en Totalán (Málaga) en enero de 2019, y ha medicalizado sus aviones ante el COVID-19. Durante la operación Balmis, que implicó a las Fuerzas Armadas (FAS) en la lucha contra la pandemia, como actualmente, el Ala 35 mantiene en prealerta uno de sus aparatos y una tripulación, junto con el personal y medios de la Unidad Médica de Aero evacuación (UMAER), para realizar operaciones de Medical Evacuation (MEDEVAC) de afectados por el COVID en caso de ser necesario. (Julio Maíz Sanz).
Fotografía: Uno de los C295 del Ala 35 aterrizando en Getafe. (foto Julio Maíz/defensa.com).
