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F-18 estadounidenses, cerrando brechas

Revista Defensa nº 495-496, julio-agosto 2019

La guerra contra el terrorismo ha ejercido una enorme presión sobre la capacidad operativa de los “Super Hornet” de la US Navy en los últimos años, dando  lugar a una verdadera crisis sobre su disponibilidad como consecuencia del conflicto.  La Marina de Estados Unidos ha estado trabajando intensamente para disminuir la cantidad de “Super Hornet” marcados comono capaces para realizar misiones a consecuencia del importante retraso en las labores mantenimiento.

En noviembre de 2017, el vicealmirante Mike Shoemaker declaró que casi 1 de cada 3 Hornet no estaban operativos, en espera de importantes tareas de mantenimiento diferidas. Más tarde, en ese mismo año, el secretario de la US Navy declaró que solo un tercio de los 546 Super Hornet en el inventario operacional de la flota era capaz de llevar a cabo sus misiones y se consideraban aptos para ser desplegados. Los no aptos estaban en procesos de mantenimiento, a la espera de sufrirlo o asignados a los escuadrones de entrenamiento, ya que la condición de las aeronaves sólo permitía que se usaran para ese propósito.

En el punto bajo de esta crisis se consideraron necesarias medidas inusuales. Para cumplir con los requerimientos de los despliegues planificados en 2018 para los grupos de ataque embarcados de los portaaviones USS Carl Vinson, USS Nimitz y USS Theodore Roosevelt, un total de 94 Super Hornet tuvieron que ser sometidos a trabajos de mantenimiento atrasados en los talleres navales. La US Navy lucha para cerrar la brecha existente entre los requisitos de disponibilidad y el desarrollo de proyectos para prevenir situaciones similares en el futuro.

Con la crisis en curso, la entrega de los nuevos Super Hornet de fábrica aún está a plena ritmo, con una línea de producción que permanecerá abierta hasta, al menos, 2025. En marzo de 2018, Kuwait encargó 22 F/A-18E y 6 F/A-18F y la US Navy 10 Super Hornet adicionales, además de los 14 aviones comprados en el año fiscal 2018. El Presupuesto de Defensa de 2019 incluye la adquisición de 110 más, que se entregarán entre los años fiscales de 2019 y 2023.

Aunque todos los escuadrones de cazas navales activos operacionales han completado su conversión al Super Hornet durante 2018 y se ha disuelto el Ala Aérea Embarcado, o CVW (Carrier Air Wing) el 14 en marzo de 2017, reduciendo el número de estos activos a 9, se considera necesario un requerimiento para el suministro de Super Hornet adicionales. Con el desmantelamiento de un Carrier Air Wing, el escuadrón VFA-15 Valions, que ya operaba el Super Hornet, fue dado de baja el 12 de junio de 2017.

Los Hornet del VFA-15 fueron reasignados a los otros escuadrones. Sin embargo, el cierre del CVW-14 solo disminuyó ligeramente la brecha de disponibilidad del caza. Otra razón de la disponibilidad operacional radica en el aumento en la duración de los despliegues de los CVW desde 2011, de un promedio de 6,4 meses entre 2008 y 2011 a 8,2 meses en 2012-14. La tiempo de despliegue en los tres alas aéreas embarcadas en 2015 fue de unos 9 meses.

Todas estas razones, combinadas con la continua alta tensión operativa, han afectado durante un tiempo prolongado al mantenimiento para hacer frente al desgaste por corrosión en las aeronaves. Además, el programa de entrenamiento para pilotos que no han experimentado un despliegue real se ha retrasado, como consecuencia del aumento del ritmo operacional. Se solicitó y asignó un presupuesto adicional para enfrentar esos retos.

El requisito recibió una mayor prioridad debido a la demorada capacidad operativa inicial IOC (Initial Operational Capability) del F-35C Lightning II, que enfrentó a la US Navy con una mayor brecha de disponibilidad. Como resultado, varios Legacy Hornet de variantes anteriores fueron sometidos a un severo programa de renovación para extender su vida operativa. Esta fue la razón principal por la que se solicitó un presupuesto a partir del año fiscal 2017 para cerrar la brecha entre los Legacy Hornet más antiguos y los F-35C Lightning II.

foto: La línea de vuelo del Fleet Replacement Squadron VFA-122 tiene una cierta cantidad de “Super Hornet” operacionales, que probablemente no son todos capaces para el combate, pero con un estado suficiente para ser empleados en tareas de entrenamiento (foto Paul Gross).

Valoración de la situación

Con el conocimiento actual de que la guerra contra el terrorismo dio como resultado una disponibilidad de Super Hornet fuertemente ralentizada, la US Navy llevó a cabo una evaluación de la situación, para obtener un análisis de la causa real lo más preciso posible, con conclusiones que se hicieron evidentes. Además del alto ritmo y la tensión a los que se sometió la aeronave y las tripulaciones aéreas, las restricciones económicas, como efecto de los recortes presupuestarios, también desempeñaron un papel vital.

A principios de 2017, la Marina le proporcionó 2 Super Hornet a Boeing cuidadosamente seleccionados, que poseen la mayor cantidad de horas de vuelo, para facilitar la evaluación de la situación y comprender el alcance de los trabajos que se podían esperar, de cara a la gran revisión de los Super Hornet. También le brindó a Boeing la oportunidad de determinar si las condiciones de estos aparatos estaban de acuerdo con las expectativas basadas y desarrolladas a través de modelos, simulación y pruebas de tortura física de diversos componentes.

Uno de los 2 Super Hornet que la US Navy proporcionó a Boeing para el proceso de evaluación de la situación fue cuidadosamente analizado y los resultados fueron mejores de lo esperado. En octubre de 2017, el fabricante completó esa evaluación y llegó a la conclusión de que no había desviaciones graves en comparación con las expectativas simuladas y que los fuselajes y componentes estaban en un estado mucho mejor de lo esperado.

Las especificaciones de diseño del Super Hornet indicaron una vida útil operativa de 6.000 horas de vuelo. Actualmente los primeros entregados han alcanzado el límite de 35 por ciento. Si esta cantidad se extrapola a la vida útil planificada hasta 2035, no será suficiente para cumplir con las expectativas de compromiso ope­ra­cional. Ya que esto parcialmente se ha anticipado, el desa­rrollo de un programa de valoración de la vida del servicio SLAP (Service Life Assessment Program) comenzó en 2008 y comprendió tres fases, comple­tándose a principios de 2018.

El propósito principal de SLAP es evaluar la posibilidad de extender la vida útil operativa actual de Super Hornet de 6.000 a 9.000 horas de vuelo. Se basa en datos reales, utilizados para analizar el efecto del uso actual y el estado resultante de la aeronave. Los datos analizados serán comparados con los de pruebas estructurales. Posteriormente, el pro­grama de extensión SLEP (Service Life Extension Program) debería resultar en la prolongación real de la vida útil operacional de la aeronave hasta 2035.

Se han definido tres etapas para evaluar cada fuselaje. Durante la primera se estudia el fuselaje, incluidos los controles de vuelo, que incluyen todos los subsistemas integrados, que ya se ha completado. La segunda analiza los datos anteriores, cuyos resultados serán la base para que el SLEP especifique las modificaciones y las inspecciones necesarias para mantener y garantizar la aeronavegabilidad. La tercera consiste en llevar a cabo el trabajo definido según lo determinado en el análisis.

En 2015 comenzó el primer Super Hornet a ser revisado mediante el SLEP para extender la vida útil operacional. Los trabajos los realiza Boeing. Un número cada vez mayor de aeronaves se encuentra actualmente en el proceso de ingresar a las etapas 2 y 3. Anualmente se envían entre 40 y 50 Super Hornet a su SLEP específico en las instalaciones del fabricante en St. Louis y San Antonio.

Los aparatos que han sido señalados como que están en peor condición se someterán a este programa con prioridad. En mayo de 2018, la Agencia de Logística de Defensa otorgó un contrato de cinco años a Boeing, con un presupuesto de 427 millones de dólares anuales, que incluía la entrega de las piezas de repuesto necesarias. Esto significó el punto de partida para trabajar con una reserva razonable de Hornet por motivos de mantenimiento.

El programa, conocido como Depot Readiness Initiative, tenía el objetivo principal de reducir drásticamente el número de aeronaves sin capacidad para realizar misiones. Como resultado, durante 2018 la situación de empleabilidad operacional mejoró ligeramente al 50 por ciento. A principios de agosto de 2018, se informó que 241 aviones tenían capacidad para acometer las misiones y, a fines de agosto, el número se incrementó a 270.

El año pasado, el Mando de Sistemas Aéreos Navales, o NAVAIR (Naval Air Systems Command), también otorgó un contrato de 17 millones de dólares a Boeing para la conversión de los 11 Super Hornet de la patrulla acrobática Blue Angels. Comprendía la documentación y los kits de modificación para 9 F/A-18E y 2 F/A-18F, de acuerdo con la propuesta de ingeniería de cambio 6480. Se llevará a cabo en las instalaciones de St. Louis y se planea completarla en 2021. Los Blue Angels recibieron sus primeros F-18 en 1986 y operaron todas las variantes del Legacy Hornet.

El último salto de los “Legacy Hornet”

La US Navy retiró a la mayoría de los Legacy Hornet de despliegues, ya que el F-35C se aproxima al estado operativo. El último crucero de esas versiones tuvo lugar en el USS Carl Vinson y se completó el 12 de marzo de 2018; y el último escuadrón que opera el F/A-18C fue el VFA-34 Blue Blasters y comenzó su conversión al F/A-18E Hornet a su regreso. El 1 de febrero de 2018, las operaciones finales de Legacy Hornet tuvieron lugar en NAS (Naval Air Station) Oceana, donde VFA-34 fue el último Escuadrón en cambiarlos por Super Hornet.

Sin embargo, aún no se ha terminado de jugar un papel Legacy Hornet en la US Navy y continuará en servicio en el Centro de Desarrollo de Guerra de la Aviación Naval, o NWADC (Naval Aviation Warfighting Development Center) en NAS Fallon y en escuadrones de reserva. Los primeros F/A-18C entraron en servicio en 1987 a un coste unitario de 29 millones de dólares. Se concluyó que 136 aviones, principalmente F/A-18D adscritos a la Marina y al US Marine Corps (USMC) podrían darse de baja.

foto:  F/A-18C y F/A-18F del NAWDC preparándose para una salida. Realizar misiones de simulación de combate en una rutina diaria supone una gran presión para la estructura del avión.

Esta decisión se tomó porque se superó su vida técnica efectiva y requeriría un aporte de fondos significativo para prolongarla, como resultado de los programas de renovación y rehabilitación. La decisión de retirar estas aeronaves se basó principalmente en los riesgos de disponibilidad y los costos operacionales a largo plazo para mantener la capacidad de combate de las aeronaves, en comparación con la ganancia que suponían.

Al retirar el F/A-18D y almacenarlo a largo plazo, el avión también se puede usar para mantener a los Legacy Hornet de en uso con el USMC, empleando sus piezas y entregando los mejores aviones a sus escuadrones operacionales. En marzo de 2018, la US Navy reveló que los 136 F/A-18D seleccionados se enviarán al Grupo de Mantenimiento y Regeneración Aeroespacial, o AMARG (Aerospace Maintenance and Regeneration Group) en Davis Monthan para nutrir de piezas a los Legacy Hornet remanentes de la Marina y USMC.

El 17 de enero de 2019, sin embargo, Raytheon recibió una orden de compra para suministrar un total de 84 Legacy Hornet del USMC con el nuevo radar de barrido electrónico activo AESA (Active Electronically Scanned Array) APG-79 Versión 4. Este sistema de radar es similar a la aplicación implementada en los Super Hornet y es conforme con el Plan de Aviación 2018 de la Infantería de Marina. La entrega de los primeros modernizados está prevista para 2020 y continuará hasta 2022, como medida temporal para mantener su capacidad de combate hasta que sean reemplazados por el F-35B.

La US Navy también formuló su plan para usar partes de cara a mantener a los Hornet Legacy que quedan operacionales en su inventario hasta que sean reemplazados por Super Hornet. Se planificó que cuatro escuadrones realicen su conversión a este último a fines de 2019. El 6 de marzo de 2018, el plan para retirar el F/A-18D en el inventario operativo entre los años fiscales 2017 y 2020 fue aprobado por la Marina.

Transfiriendo los “Legacy Hornet”

De acuerdo con el Plan de Aviación 2018 del USMC, opera 180 Legacy Hornet divididos entre escuadrones activos, de reserva y de entrenamiento. Además, hay otros 100 sometidos a mantenimiento pesado. A partir de 2017, sin embargo, más de la mitad de los que están en su inventario no estaban en estado de capacidad operativa y, por lo tanto, no estaban listos para acometer misiones.  Complementando la escasez de recursos de Hornet disponibles, el USMC recibió 30 Legacy Hornet de la US Navy que ya se habían almacenado en el AMARG en Davis Monthan.

Fueron devueltos al servicio activo en escuadrones operacionales. La pelea por mantener un número creciente de aviones en estado operativo prosiguió. Los F/A-18D serán remplazados por F-35B Lightning II. Debido a que los Marines no seleccionaron al Super Hornet como una solución provisional para cerrar la brecha entre la entrega de los F-35 y el mantenimiento en servicio de los Legacy Hornet, está generando graves problemas. Desafortunadamente, los desafíos deL desa­rrollo y los retrasos en las entregas del F-35C Lightning II han ralentizado el proceso de remplazo de los Legacy Hornet con el nuevo caza de quinta generación en los escuadrones operativos.

De acuerdo con las expectativas actuales, el USMC planea operar los F-18 de las anteriores versiones hasta 2030, cuando la aeronave se retire. Esta situación podría representar un gran impulso para los Marines. Dependiendo de si la US Navy ha despojado completamente de componentes útiles a las aeronaves retiradas, sus células también podrían continuar apoyando a los Hornet de la Infantería de Marina. El factor decisivo será la rapidez con la que la Marina puede hacer la transición de sus propias unidades y transferir los Legacy Hornet a los escuadrones del USMC.

El 1 de marzo de 2018, Boeing confirmó el contrato inicial del programa de extensión de vida útil SLEP por un valor de hasta 73 millones de dólares, para comenzar la revisión de 4 Super Hornet de la US Navy. La compañía abrirá una línea de producción en su planta de San Antonio (Texas) específicamente para este programa a lo largo de este año. Combinará esta tradicional labor de extensión de la vida útil con las actualizaciones del Block III, para tratar de agilizar el proceso integral.

La nueva configuración incluirá la capacidad de búsqueda y rastreo por infrarrojos, depósitos de combustible conformados, sistemas de guerra electrónica actualizados, una pantalla en la cabina de pilotaje panorámica más grande, ordenador de misión mejorado y data link con superior capacidad para enviar y recibir información. Al iniciar el programa, Boeing estima que el proceso de modernización combinado tomará aproximadamente 18 meses por avión, pero, a medida que gane experiencia y eficiencia, espera reducir el tiempo de modificación a 12 meses, cuando sus instalaciones de San Antonio entren a pleno ritmo y resuelven cualquier problema residual.

foto: NAWDC también opera cierto número de F/A-18C “Legacy Hornet”. Este en particular fue bautizado como “Antilope” y sigue estando operacional (foto Patrick Roegies).

Las primeras 4 servirán como prueba importante y tanto Boeing como la Marina han estado trabajando juntas desde 2017 para comprender mejor lo que exactamente implicará el proceso. Las dos partes están ansiosas de no repetir los problemas que experimentaron con un esfuerzo anterior de prolongación de la vida útil de los F/A-18C/D más antiguos, que comenzó en 2012, proyecto que sufrió grandes retrasos. Esto se debió al intentar realizar el trabajo como una prolongación del mantenimiento normal, menos intensivo a nivel de taller.

El programa se enfrentó a una serie de problemas inesperados, incluido el descubrimiento de un desgaste de la estructura y corrosión más extendida, por lo cual los contratistas comenzaron a separar los aviones. Además del inventario de la paralizada flota de Super Hornet y la demanda inmediata de mantenimiento, la US Navy también compró 110 adicionales en el año fiscal 2019 y le otorgó a Boeing un contrato para comenzar con las grades revisiones y el programa de extensión de vida de los primeros Super Hornet, llevándolos a la última configuración, la Block III.

Modificaciones “Block III” y el camino del éxito

El Super Hornet Block III biplaza, con tanques de combustible conformados integrados, un conjunto electrónico mejorado con defensas en este ámbito mejoradas, data link y otros sistemas de misión, da como resultado capacidades mejoradas del cazabombardero. El sistema de búsqueda y seguimiento por infrarrojos mejorará aún más los ya potentes radares AN/APG-79 activos de barrido electrónico. Esto permitirá a la tripulación detectar adversarios a más alcance.

Los tanques de combustible conformados aumentarán el alcance total, sin necesidad de depósitos lanzables, lo que permitirá que el Hornet lleve armas adicionales u otros equipos específicos de misión. Mejoras adicionales están actualmente en desarrollo e incluyen algunas características furtivas limitadas, como una cápsula de armas completamente cerrada y un motor más potente y eficiente en combustible. Sin embargo, es poco probable que estas actualizaciones formen parte de la configuración final Block III.

La combinación integral del programa de renovación y modificación dará como resultado una revisión en varias fases de un número aún no definido de Super Hornet. Esto podría llevar a un tiempo de revisión general extendido para que los reactores completamente modernizados vuelvan a ajustarse para poder servir en despliegues. Los conjuntos de modificación del programa de extensión de vida útil completos, que incluyen el software, no estarán listos hasta 2022 o 2023.

Esto significa que los reactores seleccionados que necesiten piezas nuevas y mantenimiento antes de ese período solo recibirán una actualización parcial y deberán regresar a la fábrica para las modificaciones adicionales cuando estén disponibles. No está claro cuántos de los 546 Super Hornet que se encuentran actualmente en el inventario operacional de la US Navy finalmente pasarán por el programa de actualización. Con las entregas de los Super Hornet Block III de nueva construcción, la Marina pretende reducir las demandas más inminentes y cerrar la brecha al nivel deseado de Super Hornet disponibles con capacidad operativa.

Independientemente del resultado final del programa, en un tiempo razonable la US Navy reducirá significativamente su inventario de Legacy Hornet, en beneficio que el avanzado Super Hornet que opera junto al F-35C Lightning II, que actualmente se integra en los escuadrones de la Marina operacionales. Como consecuencia secundaria, el programa también impulsará a los escuadrones de Hornet del USMC, que seguirán siendo capaces de acometer misiones, hasta que puedan adquirir un número suficiente de F-35B Lightning II.

Revista Defensa nº 495-496, julio-agosto 2019, Patrick Roegies, Paul Gross y Jurgen Van Toor


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