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Domingo, 14 de diciembre de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

El buque ruso Almirante Vladimirsky, considerado buque espía en la OTAN, arriba a Cuba en medio de la discrepancias entre Washington y Moscú por la guerra en Ucrania

Arribó al Puerto de La Habana del buque oceanográfico ruso Admiral Vladimirskiy. (Foto: Embajada de Rusia en Cuba)
Arribó al Puerto de La Habana del buque oceanográfico ruso Admiral Vladimirskiy. (Foto: Embajada de Rusia en Cuba)

A un mes de su llegada al Mar Caribe y su escala en La Guaira, Venezuela, el buque de investigación oceanográfica Almirante Vladimirsky, considerado por la OTAN como un buque espía, que forma parte de la Flota del Báltico de la Armada rusa, arribó el pasado sábado al puerto de La Habana, en la isla de Cuba, un viejo aliado de Moscú desde los tiempos de la extinta URSS.

De acuerdo con lo informado por medios rusos y cubanos, el Almirante Vladimirsky arribó a Cuba tras partir de Kronstadt el pasado 13 de marzo, su base en el Mar Báltico, como parte de una visita de trabajo, que hasta ahora lo ha llevado a Venezuela y posiblemente a Nicaragua.

Este buque del Proyecto 852 fue botado en 1975 y desde entonces ha estado en servicio activo, primero con la antigua Flota del Mar del Norte Soviética y desde 1995 con la Federación Rusa, donde realiza investigaciones en hidrología química, observaciones biológicas marinas, meteorología marina, observaciones actinométricas, observaciones de olas y observaciones aerológicas, según el Ministerio de Defensa de Rusia. Para la OTAN sirve para otros propósitos, como el espionaje.

“El buque de investigación oceanográfica Almirante Vladimirsky entra en la bahía de La Habana. (…) Está diseñado para monitorear corrientes y realizar investigaciones en hidrología y meteorología”, informó la Embajada rusa en la red social X.

La Armada rusa en América Latina

Esta no es la primera vez que la Armada de Rusia despliega algunos de sus activos en el Mar Caribe, desde la década de los años 60, en pleno auge de la Guerra Fría, la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas realizaba esta práctica de forma recurrente, principalmente a la isla de Cuba y en la década de los 80 a Nicaragua, posteriormente, desde la llegada de Putin al Kremlin, la presencia de buques y bombarderos de las Flotas del Mar del Norte, la Flota del Báltico y las Fuerzas Aeroespaciales de la Federación Rusa ha sido constante en los países aliados y cercanos a Moscú, como también es el caso de Venezuela con quien Rusia ha suscrito acuerdos de defensa y seguridad desde los primeros años del nuevo siglo.

Por otra parte, en el caso del Almirante Vladimirsky, las armadas de la Alianza Atlántica que tienen desplegados diferentes buques de guerra y activos aéreos en el Mar Caribe, parecieran no haber tomado ninguna medida de vigilancia, como sí ha ocurrido en las expediciones de otras fuerzas navales rusas a la región, que han incluido desde buques escuela hasta cruceros y submarinos de ataque nucleares. Incluso la Cuarta Flota de la Armada de Estados Unidos no ha informado sobre ningún dispositivo que contemple el monitoreo de éste buque que para la OTAN es considerado como un buque espía.

Perteneciente a la clase Akademik Krylov/Proyecto 852, el Almirante Vladimirsky fue construido por el Astillero Szczecin (Polonia) para la Armada Soviética y actualmente se encuentra en servicio con la Armada Rusa, es un buque con un desplazamiento a plena carga de más de 9.000 toneladas, y tiene una eslora de 147,8 metros y una manga de 18,6 metros y capacidad para albergar a 170 tripulantes entre oficiales, suboficiales y marineros.  (Bernardo de la Fuente)

 

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