En un movimiento que pasa casi inadvertido entre los titulares de la agenda internacional, pero que podría tener ecos en el frente ucraniano, distintas fuentes, sin ser reveladas, han confirmado a El Mostrador una operación discreta entre Chile y Alemania: la transferencia de al menos 30 vehículos de combate de infantería Marder 1A3. No se trata de una venta común, sino de un arreglo en clave de trueque, Santiago recibiría, a cambio, el acceso a equipamiento de defensa antiaérea, según este medio chileno. Por otra parte, el silencio oficial ha sido absoluto, pero el pulso de la diplomacia militar sugiere que estos blindados, forjados en las instalaciones Rheinmetall hace décadas, podrían terminar rodando por los caminos embarrados de Donbás, Ucrania.
Los blindados Marder del Ejército de Chile han sido el compañero fiel de los tanques Leopard 2A4 en maniobras que demuestran poder y disuasión en un Chile atento a su triple fronteras (Perú, Bolivia y Argentina). Adquiridos en 2008 para las Brigadas Acorazadas, a un precio bien favorable comparado con su valor de mercado, los 146 ejemplares iniciales se desplegaron en batallones de Arica, Pozo Almonte y Antofagasta.
Pesa 35,5 toneladas, acelera hasta 70 km/h gracias a su motor de 600 caballos y lleva dentro a ocho soldados equipados hasta los dientes: conductor, artillero, comandante y cinco infantes listos para el combate. El vehículo, se mantiene equipado con un cañón de 20 mm, una ametralladora de 7,62 mm y, en algunos casos, misiles Spike ER, resisten impactos de hasta 30 mm. En mayo pasado, la ministra Adriana Delpiano los inspeccionó en la Brigada Acorazada Coraceros, admirando las actualizaciones con sistemas de puntería Eoptis y observación Sentinel de la belga OIP Sensor Systems, un proyecto de las Fábricas y Maestranzas del Ejército de Chile (FAMAE), que arrancó este año y que busca alargar su vida útil hasta la próxima década.
Si bien el El Mostrador cuestiona el por qué deshacerse de ellos ahora, la importancia de reforzar la capacidad de defensa aérea de Chile es clara a la vista de los medios con que cuentan o lo harán sus vecinos. Si bien no hay evidencia confirmada de la entrada en servicio del Shahed-136 ni del Shahed-186, una versión mejorada, en Bolivia, el país sí confirmó públicamente en 2023 su interés en la adquisición de drones de Irán, en el marco de un acuerdo de cooperación. Argentina, por su parte, va a dotar a su Fuerza Aérea con 24 F-16, los primeros seis aterrizando el 5 de diciembre junto con más de 200 Stryker de Estados Unidos. Al otro lado, Perú dotará, en un proceso de elección final aún abierto, con 24 aviones de combate: 20 monoplazas y 4 biplazas a su Fuerza Aérea, con una inversión de 3.500 millones de dólares, entre los candidatos el sueco Gripen y el F-16 Block 70.
Marder para Ucrania
Del otro lado del Atlántico, Berlín responde con hechos. El programa alemán Ringtausch, ese mecanismo de intercambios en anillo que ha movido el tablero europeo, ya ha canalizado 140 Marder 1A3 a Kiev hasta octubre de 2024, más otros 25 prometidos para el primer semestre de 2025, un compromiso que se cumplió de forma discreta, aunque el gobierno alemán no lo ha confirmado públicamente.
El 33º Regimiento de Asalto ucraniano, el fin de semana previo al 10 de noviembre, reveló en su cuenta oficial de Facebook haber calibrado un nuevo Marder y lo prepara para el combate, junto a sus Bradley M2. Esto apunta a entregas recientes, posiblemente atadas a las promesas de mayo durante la visita de Zelenski a Alemania, enmarcadas en un paquete de 5.000 millones de euros que incluía "sistemas de armas terrestres" sin más detalles.
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Publicación en Facebook anunciando las pruebas del Marder | Imagen: 33.er Regimiento de Asalto 8 de noviembre del 2025.
Volviendo a Latinoamérica, el Presidente de Chile Gabriel Boric, que desde febrero de 2022 ha rechazado la "operación militar especial" de Putin, renovando su solidaridad con Zelenski en junio del 2024 en el marco de la Cumbre para la Paz en Ucrania podría haber dado el salto de las palabras a los hechos. Pero sin fanfarrias. Esta no sería la primera vez que Chile y Alemania bailan juntas al ritmo de la OTAN. El 29 de julio, la ministra Delpiano y la embajadora Susanne Fries-Gaier sellaron un acuerdo técnico-militar que abre a Santiago el catálogo logístico de la Alianza, facilitando interoperabilidad y un lenguaje común en recursos. No se menciona explícitamente a los Marder, pero el encuentro invita a conectar puntos, especialmente con el avance chileno al Nivel 2 del Sistema OTAN de Catalogación, impulsado por software checo de AURA.
En el fondo, de ir adelante, el proceso dice mucho de un Chile pragmático, solidario con Kiev, pero con la vista en sus propios cielos. Si los Marder terminan en Ucrania, como sugieren las fuentes de El Mostrador, será un gesto sutil pero concreto en un conflicto que, tres años y medio después, sigue devorando hombres y máquinas. Mientras, en el desierto de Atacama, los batallones acorazados ajustan planes en pleno proceso de modernización repotenciando sus capacidades defensivas.
Por ahora, ni Berlín ni La Moneda confirman la transferencia. Pero en los pasillos del Ministerio de Defensa y el Bendlerblock, se continúa tejiendo esa red de intercambios en cooperación militar entre ambas fuerzas. (Luis Andres Lautaro)







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