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Lunes, 29 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El regalo envenenado de Milei a la Fuerza Aérea Argentina

Por orden del presidente Javier Milei, las aeronaves que pertenecen a la Flota Aérea Presidencial serán transferidas a la Fuerza Aérea Argentina, aunque sin un presupuesto para su mantenimiento real, dependiendo así el sostén de dichos aviones y helicópteros de su paupérrimo presupuesto.

Desde siempre, las aeronaves encargadas del transporte del primer mandatario y de los principales funcionarios fueron tripuladas y mantenidas por la fuerza militar, aunque en los últimos años aparecieron pilotos civiles a los mandos de los jets de la presidencia, desde su asunción, Milei apenas ha usado las aeronaves oficiales y ha expresado en los medios su intención de no usarlos y  transferirlos a la Fuerza Aérea Argentina mientras se intenta venderlos en el mercado civil.

En este momento, la flotilla está integrada por un bimotor Boeing 757-256 con la matrícula ARG-01 (el del famoso vuelo rasante en Aeroparque y con mal tiempo), que fuera adquirido por el gobierno anterior de Alberto Fernández, en una dudosa operación comercial y técnica que, como comentáramos tiempo atrás ha significado que esté más tiempo en tierra, en reparaciones, que en operación real; un avión Boeing 737-500, denominado T-04 ARG-02; un reducido número de helicópteros como un Sikorsky S-70 ARG-10 y un par de Sikorsky S-76 Spirit .

Como siempre la operación de la flota presidencial ha sido misteriosa y compleja, a estas aeronaves deben sumarse un helicóptero AIRBUS H155 que, aunque operado por tripulaciones de la Policía Federal Argentina, fue comprado con fondos presidenciales y vuela exclusivamente para esa tarea. Además, las veleidades y caprichos de los funcionarios de turno, en su toma de poder usaron y modificaron maquinas a propio gusto, aunque pagadas por el erario público.

Asimismo, debe incluirse un avión Learjet 60 ARG-03, que pertenece legalmente a la Fuerza Aérea Argentina, aunque solo se usa a los fines de la Casa Rosada, desde esta jefatura de gobierno se ha expresado que la intención es vender toda la flota puesto que no habría intención de seguir usando estos medios para traslados VIP.

Como esto podría llevar bastante tiempo, se decidió la transferencia del material a la Fuerza Aérea Argentina, aunque no se habla de los medios monetarios para su utilización, la cual sería escasa, puesto que estas máquinas no son compatibles ni tienen muchas posibilidades de transformación a cargueros y/o transporte.

¿Qué harían los militares con, por ejemplo el recientemente llegado Boeing 757, con su interior VIP, comprada por casi  25 millones de dólares por la administración anterior y que no ha tenido uso, y que es casi imposible por el costo, la modificación a un uso práctico y posible operativo castrense?

Pasar al inventario de la Fuerza Aérea sin una asignación de recursos para sostener esta flota, buena parte sin volar desde hace meses y que requiere inspecciones mayores e importantes en varios de sus componentes, es una transferencia claramente incorrecta y, como dicen algunos de sus oficiales en privado, un verdadero regalo envenenado.  El primer mandatario ha expresado que “los funcionarios públicos viajan en aviones de línea” y él ha preferido movilizarse en vuelos comerciales para ahorrar costos. (Luis Piñeiro)


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