La República Islámica de Irán lleva años introduciendo nuevos desarrollos de armas avanzadas en las que ha vertido tecnologías obtenidas de fuentes diversas y procedentes de artefactos capturados, de desarrollos civiles o de procesos de reingeniería inversa. Este sería el caso del misil de crucero avanzado Paveh.
Pudimos conocerlo recientemente en la feria Army 24 de Moscú y fue presentado oficialmente al público en un desfile, sólo hace un año. El Paveh, es una evolución de otros diseños anteriores, iniciados a mediados de la década pasada con los misiles Soumar.
Se trata de un desarrollo tierra-tierra que opta por un fuselaje cilíndrico en el que hay cuatro alas que gozan de cierta movilidad observando el punto en el que se encastran en el arma. Éstas, lo sustentan durante el vuelo y ayudan a redirigirlo hacia el punto concreto de impacto.
En la parte posterior de este misil de crucero iraní se encuentra un conjunto impulsor -booster- que tiene potencia suficiente como para permitir el despegue y que alcance una determinada velocidad inicial, y en la parte superior se ubica una pequeña turbina que le capacita para mantener su ritmo de avance desde el punto de lanzamiento, que generalmente sería una plataforma terrestre ubicada en un camión para favorecer su transporte y reducir su vulnerabilidad, hasta un objetivo situado dentro de los más de 1.600 kilómetros de alcance que se le estiman.
Se observan tres partes: la delantera con la ojiva de combate, la central con las alas principales y los depósitos, y una trasera que conjugaría el motor impulsor inicial y la turbina superior para su vuelo hacia el objetivo. (Octavio Díez Cámara)
Los que lo han diseñado y fabrican en Irán le habrán conferido de algún sistema de guiado inercial que aproveche tecnologías como las de los satélites civiles que ayudan a la navegación o algún equipo que sea capaz de alcanzar uno o varios puntos prefijados de antemano en su ruta hacia el blanco. Los misiles Paveh serían lanzados en grupos para lograr más efectividad e incluso podrían enviar información a otros similares durante el vuelo.
Por su tamaño, y apostando en que parte de su fuselaje incluirá depósitos de combustible que le permitan su largo alcance, se supone que optaría por una ojiva explosiva de potencial limitado, de unas pocas decenas de kilogramos, que detonaría por impacto al chocar. Téngase que en cuenta que la masa del misil de crucero volando a cientos de kilómetros por hora genera también una energía al impactar que suma a la hora de buscar la penetración en un determinado objetivo y su destrucción.
Irán, con armas como el misil de crucero Paveh, dispone de recursos militares más avanzados con los que hacer frente a tensiones con Israel. Por sus características, que no parecen incluir desarrollos que incidan en su furtividad, no le sería especialmente difícil a un potencial adversario dotado de capacidades de detección y antiaéreas muy modernas hacerle frente y neutralizar uno de ellos; más difícil si el ataque de Irán incluye decenas o centenares aproximándose por puntos diversos e intentando saturar las capacidades reales propias. (Octavio Díez Cámara)