En una decisión que refleja la continuación de una transformación fundamental en la política de armamento marroquí, las Fuerzas Armadas de Marruecos han optado por la firma de un contrato con la israelí Elbit Systems para el suministro de 36 piezas de artillería autopropulsada ATMOS 2000, según publica el diario francés La Tribune.
Este contrato se celebra después de aproximadamente tres años de una colaboración laboriosa con el lado francés, que no supo resolver las fallas técnicas recurrentes del sistema de artillería CAESAR suministrado por KNDS, lo que impulsó a Rabat a buscar una alternativa capaz de satisfacer sus exigencias.
Después de que Marruecos recibiera la primera entrega de los cañones franceses CAESAR en 2022, las unidades de artillería marroquíes se enfrentaron a una serie de desafíos operativos, que se tradujeron en fallas recurrentes en los sistemas de guía y de carga, así como en retrasos en la respuesta técnica del fabricante. Y, aunque Rabat ejerció presión para mejorar el rendimiento, la lentitud de las soluciones propuestas por KNDS Francia llevó al mando militar a iniciar negociaciones para valorar opciones alternativas, siendo la más destacada el sistema israelí.
En este contexto, el sistema ATMOS 2000 se ha impuesto como la solución, sobre todo gracias a una potencia de fuego superior, con un alcance de hasta 40 km cuando utiliza proyectiles ERFB-BB y de 30 km con las municiones tradicionales de la OTAN. La artillería ATMOS 2000 israelí, producida por la empresa Elbit Systems, se distingue por una configuración tecnológica que combina una gran potencia de fuego y una flexibilidad operativa. Su diseño modular permite, de hecho, su instalación en chasis de camiones 6×6 o 8×8 (como los camiones checos Tatra).
Están equipados con una cabina blindada diseñada para proteger a la tripulación contra fragmentos y armas ligeras, con un sistema de aire acondicionado capaz de soportar condiciones extremas y es compatible con las redes C4I, integrándose en los sistemas de mando y control para obtener actualizaciones en tiempo real sobre los objetivos y ajustar el tiro.
La importancia de este contrato no se limita al aspecto militar; también contribuye a reforzar la alianza estratégica entre Marruecos e Israel, la cual ha experimentado un notable aceleramiento desde la firma del acuerdo de normalización en 2020. Simbólicamente, este acuerdo consagra la posición de Tel Aviv como un socio de defensa clave para el Reino, ya que representa ahora el 11 % de sus importaciones militares, situando a Israel en el tercer lugar entre los proveedores de armas para Rabat.
En la práctica, este contrato consolida el principio de “flexibilidad estratégica” adoptado por Rabat, que diversifica sus fuentes de armamento para evitar depender de un único socio, especialmente frente a la competencia regional con Argelia, que se apoya en asociaciones con Rusia y China.
Mientras que este contrato se considera una victoria para la industria militar israelí, constituye un duro golpe para los esfuerzos franceses por recuperar su influencia en el mercado marroquí, especialmente tras los intentos de París de restablecer las relaciones diplomáticas con Rabat a finales de 2024. La pérdida de un contrato de tal envergadura debilita la posición del CAESAR como producto insignia en el mercado de Oriente Medio y del Norte de África, y pondría de manifiesto las dificultades de la industria europea para seguir, en determinados sistemas, el ritmo de la competencia tecnológica asiática e israelí.
En el ámbito interno, el gobierno marroquí enfrenta las críticas de movimientos de boicot locales, que se oponen a cualquier cooperación con Israel debido a la cuestión palestina. Sin embargo, Rabat otorga la máxima prioridad al fortalecimiento de sus capacidades de defensa, al tiempo que se asegura de mantener el equilibrio en sus alianzas, en particular mediante negociaciones avanzadas con Francia para la compra de 10 helicópteros H225M (Caracal) y de submarinos Scorpène.
La elección de Marruecos de pasar al ATMOS 2000 no constituye simplemente un reemplazo tecnológico, sino que se enmarca en una estrategia más amplia de cooperación con Israel con el fin de construir un ejército moderno capaz de hacer frente a amenazas en constante evolución en una región marcada por rápidas transformaciones geopolíticas. Además, los lanzacohetes PULS, también fabricados por la israelí Elbit Systems, ya han entrado en servicio en la artillería marroquí.
Por otro lado, Israel demuestra una vez más su capacidad para aprovechar su ventaja tecnológica y reforzar su influencia política, beneficiándose del vacío dejado por las empresas tradicionales en su lentitud para responder a las exigencias de los clientes. Con esta iniciativa, Rabat establece un nuevo estándar en materia de cooperación defensiva regional, fomentando asociaciones flexibles que priorizan el rendimiento en el terreno y la innovación, incluso si ello implica superar las alianzas tradicionales. (Alex Ribeiro)







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