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Viernes, 5 de diciembre de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

Irak mira hacia el Este: el sistema coreano KM-SAM como piedra angular para recuperar la soberanía aérea

Cheongung II, sistema de misiles tierra-aire fabricado en Corea del Sur. (Hanwha Defense)
Cheongung II, sistema de misiles tierra-aire fabricado en Corea del Sur. (Hanwha Defense)

Irak se prepara para recibir el primer lote del sistema de defensa aérea de medio alcance de Corea del Sur M-SAM Block II (conocido localmente como Cheongung-II) en la segunda mitad de 2025. Esta entrega forma parte de un acuerdo firmado en septiembre de 2024 con la empresa coreana LIG Nex1 por un valor de 2.78 mil millones de dólares, que incluye ocho baterías completas.

El Ministro de Defensa iraquí ha afirmado que la llegada del sistema representa un avance estratégico destinado a asegurar todo el espacio aéreo del país, marcando el comienzo de una nueva fase en la construcción de las capacidades de defensa iraquíes.

La elección de Irak del sistema surcoreano M-SAM representa un punto de inflexión preciso y meditado, cuyas dimensiones no se limitan al aspecto militar, sino que se extienden para incluir profundas consideraciones geopolíticas y económicas.

La necesidad de restaurar la soberanía

Durante muchos años, el espacio aéreo iraquí fue escenario de operaciones de múltiples potencias regionales e internacionales, lo que socavó significativamente la soberanía de la nación. En la guerra de 12 días entre Irán e Israel, el espacio aéreo iraquí fue un corredor principal para la fuerza aérea israelí, como punto de lanzamiento de municiones de largo alcance y como corredor hacia el espacio aéreo iraní en la segunda fase.

La adquisición de un sistema de defensa aérea moderno y eficaz como el M-SAM es el paso práctico más serio que Irak ha tomado en años para imponer el control sobre sus cielos. El sistema, con un alcance de hasta 50 km y la capacidad de enfrentar 40 objetivos simultáneamente, proporciona una capacidad real para disuadir y enfrentar las amenazas más comunes en la región, desde aviones de combate, drones y misiles de crucero hasta misiles balísticos tácticos.

Un eje geopolítico pragmático

La decisión de comprar un sistema surcoreano se considera una maniobra política inteligente. Por un lado, Irak evitó caer en la trampa de las sanciones estadounidenses (ley CAATSA) que inevitablemente se habrían impuesto si hubiera seguido adelante con sus planes anteriores de comprar sistemas rusos S-400. Por otro lado, se alejó de la dependencia exclusiva de los sistemas occidentales, lo que le otorga un grado de autonomía en la decisión militar. Corea del Sur ofrece tecnología avanzada, como la adquirida por (Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita), sin las complejas ataduras políticas que acompañan a las armas estadounidenses o rusas, convirtiéndola en el proveedor ideal para un país que busca mantener relaciones equilibradas.

Se cierra por otro lado una brecha crítica de capacidad: El actual sistema de defensa aérea iraquí sufre de obsolescencia y dependencia de sistemas orientales (como el Pantsir-S1), que han demostrado los desafíos que enfrentan para obtener soporte técnico y repuestos, especialmente bajo las sanciones internacionales a Rusia. El sistema M-SAM ofrece una solución integrada que incluye un avanzado radar multifunción AESA con tecnología GaN, un centro de mando y control, y misiles que siguen el principio de "Hit-to-Kill" (golpear para destruir), cerrando así una brecha vital en las capacidades de defensa iraquíes.

Esta noticia no puede leerse aisladamente de su contexto industrial. La victoria de Corea del Sur en este acuerdo en Irak, después de su éxito en la venta del mismo sistema a los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, consolida su posición como una fuente principal y fiable de armas avanzadas en el altamente competitivo mercado de Oriente Medio. La industria coreana ha demostrado su capacidad para ofrecer productos que compiten con sus homólogos occidentales con alta eficiencia y consideraciones políticas más flexibles.

Irak entra en una nueva fase que presenta oportunidades y desafíos futuros

El desafío de la integración y operación: El desafío inmediato y más urgente para las fuerzas armadas iraquíes es asimilar esta tecnología avanzada. Esto requiere programas de entrenamiento intensivos y continuos para el personal técnico y la construcción de una infraestructura de mantenimiento y apoyo para garantizar la preparación del sistema a largo plazo. Alcanzar la Capacidad Operativa Inicial (IOC) será la primera prueba real del éxito del acuerdo.

Construcción de una red de defensa nacional: A medio plazo, el despliegue de las ocho baterías en lugares estratégicos (alrededor de Bagdad, bases aéreas e instalaciones económicas) permitirá la creación de una red de defensa aérea coherente por primera vez en décadas. Esto cambiará radicalmente los cálculos de cualquier entidad que piense en explotar el espacio aéreo iraquí y podría reducir la frecuencia de los ataques llevados a cabo por drones de grupos armados o los sobrevuelos de países como Israel.

Asociación estratégica a largo plazo: Es probable que el acuerdo "M-SAM" sea el comienzo de una asociación de defensa más amplia entre Bagdad y Seúl. Las conversaciones sobre el posible interés de Irak en aviones de entrenamiento y combate ligero "T-50" o helicópteros "Surion" es un desarrollo lógico. Irak busca una modernización integral de sus fuerzas, y Corea del Sur ofrece paquetes integrados y fiables. En los próximos años, podríamos ver un giro iraquí hacia el mercado coreano en otras áreas de armamento.

En conclusión, la llegada del sistema M-SAM a Irak representa un paso estratégico hacia la restauración del prestigio y la soberanía del estado. El éxito en la integración y operación de este sistema no solo mejorará la seguridad de Irak, sino que también redibujará el mapa de los equilibrios aéreos en una de las regiones más complejas del mundo.

Mueren 12 soldados turcos al inhalar gas metano en Irak

Doce soldados turcos murieron por asfixia con gas metano en una cueva en el norte de Irak, dentro de la zona de la operación "Garra-Cerradura". El incidente ocurrió el domingo 6 de julio, cuando una unidad de 19 soldados entró en una cueva a una altitud de 852 metros para buscar los restos del Teniente Primero "Nuri Melih Bozkurt", quien murió el 28 de mayo de 2022 durante un enfrentamiento con elementos del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Los soldados turcos estuvieron expuestos al gas metano, incoloro e inodoro, lo que provocó una grave falta de oxígeno. Se registraron 5 muertes el primer día y otras 7 a la mañana siguiente, mientras que otros 7 soldados reciben tratamiento. El Ministerio de Defensa turco anunció la apertura de una investigación militar sobre el incidente.

El incidente resalta un notable contraste entre el contexto operativo de las operaciones turcas y la naturaleza de los riesgos que enfrentan las tropas. Mientras la operación "Garra-Cerradura" se centra en atacar posiciones del PKK en zonas montañosas y escarpadas caracterizadas por una extensa red de cuevas y túneles, este suceso ha demostrado que la amenaza no se limita a los enfrentamientos directos con los combatientes. El gas metano, con sus propiedades que lo hacen inodoro, incoloro y capaz de desplazar el oxígeno rápidamente, constituye un peligro ambiental latente que puede ser más letal que los enfrentamientos armados.

Ejército turco destruye cuevas de combatientes en el norte de Irak en noviembre de 2022 (Anadolu)

El momento del incidente también tiene importantes implicaciones, ya que se produce en una fase sensible del conflicto con el PKK. Mientras que el partido anunció su autodisolución y el fin de la lucha armada en mayo de 2025, y lotes de sus combatientes ya han comenzado a entregar sus armas en el norte de Irak, Ankara continúa sus operaciones militares para prevenir cualquier intento de reposicionamiento de los combatientes o para asegurar el cumplimiento total de la decisión de desmantelamiento. Estas operaciones, aunque destinadas a completar la resolución del conflicto, demuestran que los riesgos ambientales y geográficos pueden tener un impacto directo en el curso de las operaciones y sus costes humanos, incluso cuando los enfrentamientos directos han cesado.

Se espera que este incidente impulse al Ministerio de Defensa turco a reevaluar los procedimientos de seguridad seguidos en sus operaciones dentro de cuevas y túneles, especialmente en lo que respecta a la detección de gases peligrosos. Esto podría llevar a reforzar las unidades de reconocimiento y seguridad avanzada con sensores de gas especializados antes de entrar en cualquier cueva, y a proporcionar equipos de ventilación o aparatos de respiración individuales para los soldados que participan en estas misiones.

En cuanto a la relación con el PKK, es posible que este incidente no afecte directamente el curso del "segundo proceso de solución" o el "proceso de paz 2025" dada su naturaleza no combativa. Sin embargo, pone de relieve las complejidades sobre el terreno que pueden obstaculizar el proceso de desmantelamiento del partido y la entrega de sus armas, que requiere una presencia militar en zonas escarpadas que pueden albergar riesgos inesperados. Este incidente podría impulsar a las partes involucradas (Turquía, Irak, el Gobierno Regional de Kurdistán e incluso los restos de las estructuras del PKK) a acelerar el proceso de entrega y limpieza de posiciones para evitar incidentes similares en el futuro. (Alex Ribeiro)

 

 

 


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