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Sábado, 13 de diciembre de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

Cuatro helicópteros Gazelle llegan al Ejército Libio en una operación de traslado que desafía el embargo internacional

Cuatro helicópteros Gazelle volando juntos.
Cuatro helicópteros Gazelle volando juntos.

En un suceso que pone de relieve las lagunas existentes en los sistemas internacionales de control de armas, al menos cuatro helicópteros de ataque ligero del tipo Aérospatiale Gazelle (SA 341/342) han sido recientemente trasladados desde Sudáfrica al este de Libia, donde han entrado en servicio con las fuerzas aéreas del Ejército Nacional Libio (LNA), bajo el mando del Mariscal Jalifa Haftar. Los detalles de la operación sugieren la explotación de complejas vías legales para eludir el embargo de armas impuesto por las Naciones Unidas a Libia. Los cuatro helicópteros Gazelle fueron vistos participando en un desfile aéreo en Bengasi.

Según la información disponible, los helicópteros, que originalmente pertenecían al ejército británico, fueron sometidos a un proceso de "desmilitarización" tras ser retirados del servicio. Posteriormente, fueron trasladados a Sudáfrica y registrados como aeronaves civiles con matrículas como ZU-R00 y ZU-RZR, lo que los situó fuera del ámbito de control directo del Comité Nacional de Control de Armas Convencionales de Sudáfrica (NCACC).

La operación de envío se llevó a cabo en varias fases durante los últimos meses desde el Aeropuerto Internacional de Lanseria, cerca de Johannesburgo. En uno de los traslados más recientes, con fecha del 18 de septiembre de 2025, estuvo involucrado un avión de carga Ilyushin Il-76 perteneciente a la compañía bielorrusa "Trans Avia Export".

Los planes de vuelo declarados revelan que el destino final previsto de los envíos era la capital jordana, Amán, con una escala para repostar en Nairobi, Kenia. Sin embargo, se cree que esta ruta formaba parte de una operación de engaño, ya que los aviones de carga desviaron su rumbo para entregar los helicópteros en la ciudad de Bengasi, el principal bastión del Ejército Nacional Libio.

El registro de los helicópteros como activos civiles probablemente permitió eludir los estrictos procedimientos impuestos por el NCACC, que exigen la obtención de un "Certificado de Usuario Final" (End-User Certificate) verificado. Este procedimiento está diseñado específicamente para impedir el desvío de material militar a destinos no autorizados o a partes sujetas a un embargo.

A pesar de su clasificación como "desmilitarizados", los informes indican que algunos de estos helicópteros fueron reequipados para misiones de combate antes de su traslado. Anteriormente, habían sido utilizados por contratistas de seguridad sudafricanos en operaciones en Mozambique tras ser equipados con blindaje ligero y ametralladoras laterales, lo que en la práctica les devolvía a su función original de aeronave de reconocimiento y ataque ligero. Tras su llegada a Libia, los cuatro helicópteros fueron vistos participando en un desfile aéreo sobre Bengasi, donde sus matrículas sudafricanas habían sido ocultadas con pegatinas que llevaban los colores de la bandera libia.

Este asunto ha provocado reacciones políticas en Sudáfrica. Chris Hattingh, miembro del Parlamento por el partido Alianza Democrática y miembro del Comité Parlamentario Conjunto de Defensa, ha comenzado a dirigir preguntas oficiales a la ministra responsable del NCACC. Hattingh subraya que, dado que estos helicópteros fueron diseñados originalmente para uso militar, deberían estar sujetos a la ley de control de armas convencionales, y considera que la aprobación para su exportación a Jordania y su posterior aparición en Libia representa un "claro desvío" de la ruta, algo que la ley pretende evitar.

Por su parte, el Ministerio de Transporte de Sudáfrica ha anunciado que está revisando todos los vuelos de aviones de carga Il-76 que han partido del país este año para verificar si se han producido traslados similares.

Los hechos muestran la complejidad de las redes de suministro militar no oficiales y su capacidad para explotar las zonas grises de las legislaciones nacionales e internacionales. A través de una cadena de intermediarios, el cambio de estatus legal del equipo y el uso de rutas aéreas engañosas, ha sido posible entregar capacidades aéreas adicionales a una de las partes en conflicto en Libia, en violación directa de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que renovó el embargo de armas a Libia en mayo de 2025. (Alex Ribeiro)

 


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