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Jueves, 25 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Dudas sobre el proceso de adquisición de OPV para la Armada de Uruguay

Hay detalles que sugieren una clara ralentización en el proceso de compra de dos patrulleros oceánicos, OPV, para la Armada Nacional Uruguaya tras el polémico fallo de una discutida Comisión Asesora para lo que sería una compra directa, inclinando clara y llamativamente la balanza hacia una de las tres propuestas presentadas: la de la China CSOC por encima de las de Damen y Kership.

Por un lado, siendo una de las exigencias principales del Ministerio de Defensa que la entrega del primer buque se produzca en 2024 (año electoral), ya debería firmarse, a más tardar en muy pocos días, la supuesta encomienda, y no parece esto próximo a suceder. Además de dos duros recursos administrativos de la firma holandesa Damen (que propuso el OPV 1800 en versión de 2.200 toneladas, han habido insistentes trascendidos, acerca de fortísimas quejas verbales a nivel diplomático por parte de funcionarios del gobierno de Francia.

Se muestran molestos por lo que parece ser un claro favoritismo a favor de la opción por los  OPV de factoría china para la Armada Uruguaya, en el contexto de la cual, un grupo de oficiales navales parece dictaminar acorde a determinada impronta geoestratégica inducida claramente más desde la esfera política que de aspiraciones propiamente tecnológicas.

Ante estas interrogantes y dudas, surgieron rumores informales de que la empresa China estaría quizá dispuesta a instalar una amplia misión naval en Montevideo para garantizar el funcionamiento de sus naves, aunque éste es un aspecto bastante comprometido de cara a la complicada inserción de este país en el continente en todo lo que tenga que ver con Defensa y Seguridad.

Dentro de este marco, no es menor el detalle de que una parte del oficialismo, representada, entre otros,  por el senador Gustavo Penadés, un legislador inclinado desde hace larga data a los asuntos de Defensa, frenara días atrás la ratificación ya parcial y rápidamente en curso, con el  previo voto unánime favorable de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, del acuerdo de Defensa Uruguay-China,  lo cual ,si bien no es totalmente determinante, debilita el contexto de una probable elección de los buques asiáticos ,derivados de la serie P-18,y  más aún la simultánea ralentización de un anunciado Tratado de Libre Comercio  entre ambas naciones.

Todas las alternativas están abiertas. Desde seguir adelante con la cuestionada selección aconsejada por la Comisión, hasta declarar la convocatoria caduca, pasando por paliativos como dotarse de sistemas recientemente desprogramados por naciones amigas, mientras la Armada Nacional Uruguaya, conmovida por una serie de episodios escandalosos en los últimos días, supera una de sus mayores crisis (Javier Bonilla)


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