(defensa.com) El pasado lunes, 17 de febrero, el copiloto del vuelo ET-702 que tenía salida en Addis Abeba y destino en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma, se encerró en la cabina del avión aprovechando que el piloto fue al baño. Después, anunció el secuestro del aparato y su intención de pedir asilo político en Suiza. Aviones de combate Eurofighter italianos escoltaron al Boeing 767 con 202 pasajeros a bordo mientras atravesó el espacio aéreo italiano, hasta que el control fue transferido a dos Mirage 2000 franceses, que escoltaron al avión secuestrado hasta que aterrizó en Ginebra a las 6:02 de la mañana, dos horas antes de que abrieran las bases aéreas suizas.
Ningún avión de combate suizo despegó en misión de scramble según ha comunicado la propia Fuerza Aérea Suiza “porque ocurrió fuera del horario de trabajo”. Cuando llegó al espacio aéreo suizo las bases aéreas se encontraban cerradas, por lo que ningún F-18 ni F-5 despegó. Los aviones están solo disponibles durante horario de trabajo, es decir, desde las 8 de la mañana hasta las 12 y desde la 13:30 hasta las 17:00. Las bases aéreas permanecen también cerradas durante la noche y el fin de semana por motivos presupuestarios y de personal, según las mismas fuentes oficiales.
Suiza confía en la cooperación de sus vecinos para este tipo de situaciones, especialmente de Francia, aunque esta situación podría cambiar cuando Suiza adquiera en 2020 aviones de combate Gripen, cuya adquisición se va a valorar en un referéndum popular. Según los últimos sondeos, la mayoría de la población suiza se oponía a esta compra, valoración que puede cambiar tras evidenciarse la actual vulnerabilidad de su espacio aéreo.
Fue el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de la base aérea de Torrejón de Ardoz en España el que alertó a las autoridades aéreas francesas del desvió del avión. (J.N.G.)
