El mortero remolcado sigue vigente en l’Armée de Terre francés

Dentro de las capacidades más recientes del Ejército de Tierra francés, l’Armée de Terre, en Eurosatoy mostraron las capacidades del pequeño vehículo táctico 4x4 Rider, que está siendo integrado, gracias a su capacidad aerotransportable y aerolanzable, en las unidades paracaidistas de Francia.

La capacidad de arrastre pudimos observarla en dos de estos vehículos, uno con un remolque habilitado para transporte de munición de 120mm y otro arrastrando una pieza pesada del motero remolcado Thompson Bradnt RT F1 de 120mm, de los que parece ser que se usaría un centenar en las unidades del Ejército francés.

La puntería de los morteros remolcados puede ser sumamente precisa con goniómetros sencillos y así se evita sistemas proclives a tener fallos en entornos hostiles. (Octavio Díez Cámara)

Movidos con los pequeños vehículos todo terreno, estos morteros remolcados demuestran que son unas piezas artilleras especialmente vigentes. Su movilidad en todo tipo de terrenos es incuestionable, tanto el vehículo como el sistema de fuego pueden ser aerolanzables y transportables en helicópteros de tipo medio, y la entrada y salida de batería puede realizarse con rapidez.

Vimos a dos efectivos de l’Armée de Terre desengancharlo del medio portador, apuntarlo diligentemente y simular la carga y disparo de media docena de municiones, todo ello en menos de un minuto. Algo menos tardaron en volverlo a colocar en posición de remolque y salir, a buen ritmo, de la zona de exposiciones donde se mostraba el sistema a la prensa.

Efectivo y económico

Observando el despliegue y repliegue del mortero remolcado es oportuno, en clave personal, realizar un análisis de lo que supone el material. Un sistema disponible, económico de adquirir y mantener, y con potencia de fuego notable a distancias cercanas a los 10 kilómetros es especialmente útil acompañando a unidades ligeras, aerotransportables o de montaña.

Es verdad que la introducción de morteros embarcados está relegando en parte su empleo, pero también lo es que se trata de piezas mucho más pesadas, más costosas y menos fáciles de mantener. Lo ideal, a mi entender, como ha hecho L’Armée de Terre, sería una apuesta que combinara los morteros remolcados clásicos en configuraciones como la que se presenta en las imágenes adjuntas y también los de tipo embarcado, ya sea sobre vehículo ligero o diferentes tipos de blindados.

Dos hombres pueden, en un par de minutos, desenganchar el mortero remolcado, situarlo en posición de fuego, realizar varios disparos y volverlo a colocar en el remolque. (Octavio Díez Cámara)

Lo que está especialmente claro, en entornos previsibles de enfrentamientos convencionales o asimétricos, es que los morteros pesados, y también los ligeros y medios, son una aportación contundente en las diferentes fases del combate. Proporcionarán a aquellos que apoyen un gran potencial de realizar acciones de fuego que serán rápidas, contundentes y efectivas.

L’Armée de Terre, que dispone de amplios recursos económicos, así lo ha entendido ya la solución de combinar el Rider con los morteros remolcados de 120mm es óptima para apoyar a unidades que por su carácter no puedan contar con medios contundentes ni pesados. (Octavio Díez Cámara)