La mayor parte de la respuesta a estas intervenciones en 2012 estuvo relacionada con el salvamento de vidas en la mar, en concreto 3.872 actuaciones; otras 754 intervenciones dirigidas a garantizar la seguridad marítima y 441 actuaciones relacionadas con la protección del medio ambiente marino.
El total de buques implicados ascendió a 3.499, frente a los 3.885 del año 2011.Respecto al tipo de buques, los de recreo protagonizaron 1.942 casos (más del 55 %), los pesqueros 578 y los buques mercantes 487. Los 489 casos restantes estuvieron relacionados con otros tipos de buques o artefactos flotantes.
En las actuaciones relacionadas con la inmigración irregular, Salvamento Marítimo coordinó 214 emergencias con 3.657 personas involucradas, con un descenso del 13% en el número de personas y del 17% en el número de emergencias, con respecto a 2011.
Por otra parte, el número total de buques controlados por los 21 centros de Salvamento Marítimo ha sido de 309.157, de los cuales 145.739 corresponden a buques identificados a su paso por los Dispositivos de Separación de Tráfico de Finisterre, Tarifa y Cabo de Gata y Canarias Oriental y Occidental. Los otros 163.418 buques se controlaron en las entradas/salidas de los puertos españoles.
Lucha contra la contaminación en la mar
Dentro de las actuaciones en lucha contra la contaminación llevadas a cabo por Salvamento Marítimo en 2012 destaca la intervención realizada en el pecio del petrolero Woodford, hundido en 1937 en Castellón durante la guerra civil. Se extrajo el combustible del pecio (350m³) utilizando las más modernas técnicas de buceo en saturación, eliminando una fuente de contaminación constante que se habría agravado con el paso de los años. Ha sido la primera operación de estas características que se realiza con medios propios de la administración española.
Por otra parte, el programa de vigilancia aérea de salvamento marítimo es una herramienta clave para prevenir la contaminación de nuestros mares. En los últimos años se viene observando una tendencia descendente en las detecciones de contaminación procedente de buques que muestra el efecto disuasorio de las misiones de patrullaje aéreo.
