Entre los días 21 y 27 de marzo, el Mando de Tropas de Montaña (MTM) ha desarrollado su ejercicio más importante del año: el ‘Infierno Blanco 23’. Este año, el protagonismo del ejercicio lo ha asumido el Regimiento de Infantería de Cazadores de Montaña (RICZM) ‘Galicia’ 64, que ha contado con apoyos de otras unidades como el Regimiento de Artillería de Campaña nº11, el Regimiento de Ingenieros nº1 o el Regimiento de Guerra Electrónica nº31, así como dos equipos operativos de montaña de la Compañía de Esquiadores Escaladores del MTM. Todas estas unidades constituyeron un Grupo Táctico de Montaña (GTM), mientras que el RICZM ‘América’ 66 fue el encargado de materializar a la fuerza oponente.
El ejercicio se desarrolló en la zona del valle de Benasque, en el corazón del Pirineo aragonés. Allí se planteó un escenario ficticio donde el GTM forma parte de una fuerza multinacional que despliega en un país ficticio en una misión de estabilización, que más adelante deriva en un conflicto de alta intensidad donde se hace frente a una amenaza híbrida compuesta por fuerzas convencionales y también por milicias locales.
Además, la coincidencia en tiempo y espacio con el ejercicio ‘Copo’ de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra permitió el adiestramiento común y la integración de capacidades entre ambas unidades (MTM y FAMET), encuadradas dentro de la recientemente creada División San Marcial. Así, se desarrollaron operaciones de helitransporte de tropas en zonas de montaña con un NH-90 ‘Sarrio’ y un CH-47D ‘Chinook’, así como acciones de Close Air Support (CAS) o apoyo aéreo cercano con dos helicópteros EC-665 ‘Tigre’ coordinados por un Joint Terminal Attack Controller (JTAC), que tienen un grado de dificultad mucho más en las zonas montañosas donde se ejecutó el ejercicio, algunas de ellas a alturas superiores a los 2000 metros. (Esteban Maiza)