Cómo viene siendo habitual cada cierto tiempo, y sobre todo cuando gobiernan los partidos de izquierda, ha vuelto a surgir una reclamación que poco o nada tiene que ver con la demanda social real de los barceloneses. El Grupo Parlamentario Plural en el Congreso de los Diputados -que aglutina congresistas pertenecientes a diversas facciones políticas entre las que se incluyen algunas que propugnan el independentismo catalán- ha presentado, a instancias de la diputada Miriam Nogueras i Camero del partido Junts per Catalunya, una proposición no de Ley a la Comisión de Defensa por la que insta al gobierno a ceder el Cuartel del Bruch de Barcelona a las administraciones públicas catalanas y así, como también se ha demandado alguna vez desde el ayuntamiento de la Ciudad Condal, adecuar las instalaciones para las necesidades de las políticas públicas del siglo XXI.
En el argumentario, o exposición de motivos, que acompaña a la solicitud se valoran aspectos como eficiencia de recursos públicos, racionalización de políticas públicas o la necesidad de construcción de viviendas de régimen público de alquiler para jóvenes o equipamientos universitarios o de investigación.
La realidad, y esperando que sólo sea una demanda que acabe siendo desestimada o, mejor aún, no considerada, es que el Cuartel de El Bruch, proyectado en 1929 y con una superficie de 5,31 hectáreas según definen los independentistas, es una instalación que en mi opinión es clave para el actual despliegue del Ejército de Tierra español. Barcelona es la segunda ciudad de España en número de habitantes y requiere, en lo que es la mejor garantía de la Seguridad de aquellos que allí vivimos y de los que lo hacen en su área metropolitana, de la necesaria aportación que garantiza la presencia militar, núcleo al que se ha recurrido en varias ocasiones recientes cuando se han producido algunas situaciones relacionadas con catástrofes naturales y ambientales.
El medio millar de efectivos asignados al recientemente constituido -adaptaciones orgánicas del segundo semestre de 2019- Regimiento de Infantería Barcelona nº 63, que incluye como elemento orgánico al Batallón de Infantería Motorizada Cataluña I/63, es garante de la presencia militar del ET en la comunidad catalana y con sus medios blindados 4x4 VAMTAC (Vehículo de Alta Movilidad Táctica) ST5 y recursos como los lanzadores de misiles contracarro Spike tienen una notable aportación dentro del despliegue de la estructura militar terrestre española.
El Bruch es un emplazamiento situado a las afueras de la ciudad, lo que facilita el tránsito, sin tener que atravesarla, de sus efectivos y vehículos hacia las diferentes zonas de adiestramiento y formación. Así mismo, se han habilitado en su interior zonas para realizar prácticas del personal, talleres de mantenimiento, espacios para alojamientos, lo que es una aportación positiva nada desdeñable a la que hay que sumar que allí es habitual se concentren efectivos policiales que contribuyen a determinados dispositivos de seguridad en relación de cumbres de alto nivel o de situaciones que requieran de su presencia en Barcelona. Sería un grave error que el Ejército de Tierra acabase perdiendo esa vital instalación militar en la zona noreste del territorio español. (Octavio Díez Cámara)
Fotografía:El Regimiento de Infantería Barcelona nº 63 está acuartelado en las instalaciones de El Bruch en la Ciudad Condal. (Octavio Díez Cámara)
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La reclamación política de las instalaciones militares de Barcelona nada tiene que ver con su uso social y sí mucho con una voluntad antimilitarista. (Octavio Díez Cámara)
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La actividad militar que se desarrolla dentro de El Bruch para adiestrar a los militares no interfiere en nada con la vida de los barceloneses y sí garantiza una mejor Seguridad para la ciudad. (Octavio Díez Cámara)
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Han transcurrido noventa años de presencia militar del Ejército de Tierra en Barcelona con unidades tan características como las tropas de montaña. (Octavio Díez Cámara)
