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La Armada de Chile ante los desafío de la próxima década

Las 3 fragatas “Tipo 23” son las más modernas de la Escuadra.
Las 3 fragatas “Tipo 23” son las más modernas de la Escuadra.

La Armada de Chile, más allá de las restricciones presupuestarias, es el más eficaz instrumento del Estado para ejercer activamente el poder sobre el mar, siendo por su conformación geográfica un país intrínsicamente dependiente del mar. Esta natural dependencia es la que ha generado la formulación del Plan Nacional continuo de Construcción Naval, el que, de la mano con la muerte de la Ley Reservada del Cobre, apunta a un programa de construcción por los próximos 15 años. Es gracias a un acuerdo con Vard/Fincantieri que en 2017 se inició la producción del hoy AGB-46 Almirante Viel, a la fecha, la construcción naval más compleja y avanzada realizada por ASMAR en Talcahuano.

Lanzado en diciembre de 2022 y entregado en julio de 2024, el Viel tuvo un costo de 210 millones de dólares, siendo también la unidad de mayor tonelaje hecha en Chile. Con una eslora de 111 m. y una manga de 21, desplaza 10,500 ton., dispone de una amplia cubierta de vuelo, hangar doble y depósito de 86 m3. de combustible de aviación. Su propulsión le garantiza 15 nudos y una autonomía de 26.000 km. Proyectado bajo la clasificación Ice Class PC5, podrá navegar sobre 1 m. de hielo a temperaturas de hasta -30°C. Dispone además de la no depreciable capacidad de embarcar hasta 10 contendores de 20 pies.

La exitosa relación con Vard/Fincantieri continúa con el Programa Escotillón, que prevé la construcción de 4 navíos polivalentes para reemplazar al transporte AP-41 Aquiles, las 2 LST (Landing Ship, Tank) de la Clase Batral y el LSDH (Landing Ship Helicopter Dock) Sargento Aldea. El contrato por los 2 primeros, por un valor de 409 millones de dólares, se firmó en agosto de 2022 y a la fecha los trabajos tienen un 25 por ciento de avance. Escotillón propone un diseño de una unidad anfibia LPD (Landing Platform Dock), con cubierta de vuelo y hangar, además de dique inundable, utilizable también para misiones humanitarias y de transporte.

Con una eslora de 110 m. y 22 de manga, deberían desplazar unas 8000 ton. La propulsión diésel eléctrica les permitirá una velocidad de 18 nudos, una autonomía de 13.000 km. y misiones de hasta 40 días. Podrán embarcar 2 helicópteros medianos o 1 pesado y 1 embarcación LCM (Landing Craft Mechanize), que serán construidas localmente por el astillero ASENAV. Con una cubierta de vehículos de 530 m2., tendrán la capacidad de embarcar hasta 22 contenedores de 20 pies, todos los vehículos del Cuerpo de Infantería de Marina, incluido los nuevos NZLAV, además de 250 infantes. La primera unidad debiera entrar en servicio en 2027 y la segunda en 2030. 

Los 2 submarinos “Scorpene” son los más modernos de Hispanoamérica.

Con el objetivo puesto en las fragatas

Los programas Danubio, Antártica 1 y Escotillón, son solo el preámbulo para otros aún más complejos a los que apunta la Armada. Tras la defunción del Proyecto Tridente de finales del siglo pasado y la concreción de los diversos Puente, no descartó la opción de construir fragatas localmente. Ya en 2019 la institución y ASMAR, con el apoyo de universidades retoman los estudios para concretar las especificaciones de un buque de esa categoría a medida, aunando los criterios y experiencias de la construcción y modernización a la fecha.

El proyecto se basa en la construcción local de una fragata de 132 m. de eslora y 5.200 ton. de desplazamiento, idealmente en 2 versiones, antisubmarina ASW (Anti-Submarine Warfare) y antiaérea AAW (Anti-Aircraft Warfare), de diseño reconocido, pero adaptada a las necesidades nacionales. Esta nueva clase de 8 unidades reemplazaría a todas las unidades de la Escuadra a partir de 2030. Cabe destacar que, en razón de optar siempre por lo más óptimo a los requerimientos nacionales y lo disponible en el mercado del usado, la Armada despliega 4 tipos de unidades de superficie de origen británico, holandés y australiano, con las obvias complejidades logísticas y operacionales.

Las actuales 8 fragatas tienen todas unas edades promedio de 30 y 35 años, lo que claramente significa que, antes del eventual lanzamiento del Proyecto Fragata Nacional, la Armada deberá apuntar a otro Proyecto Puente, para al menos reemplazar las unidades más obsoletas. Adelantar la eventual opción de la Fragata Nacional resulta demasiado aventurado, pero la Type 31 de Babcock, en su versión de exportación Arrowhead-140, pareciera tener un significativo grado de interés, considerando que Chile y ASMAR apuntan a lo que Polonia e Indonesia lograron justamente con este astillero británico. 

Navegación en los canales australes de la fragata FFG-14 “Almirante Latorre”.

Babcock ha llevado una serie de ciclos de seminarios involucrando a la Armada, ASMAR, empresarios y universidades promoviendo sus capacidades. No deja de ser interesante, además, el hecho que puede también satisfacer la necesidad de un eventual nuevo programa Puente, ofreciendo algunas fragatas Duke de baja con la Royal Navy. De continuar por esta senda, queda claro que Navantia con su F-110, Francia con su FTI e incluso Alemania con las nuevas Meko, promoverán sus fragatas.

La Escuadra se encuentra conformada por la fragata FF-19 Williams, del Tipo 22; las 2 holandesas de la Clase M, FF-15 Almirante Blanco Encalada y FF-18 Almirante Riveros; las 2 de la Clase Adelaide, FFG-11 Capitán Prat y FFG-14 Almirante Latorre; y las 3. ampliamente modernizadas en ASMAR. con el apoyo de Lockheed Martin Canada como integrador de sistemas, entre 2018 y 2022 del Tipo 23, FF-05 Almirante Cochrane, FF-06 Almirante Condell y FF-07 Almirante Lynch, que constituyen hoy las plataformas más modernas de la Armada.

Las 3 recibieron el sistema Lockheed Martin Canada CMS-330; el avanzadísimo radar multifuncional de barrido electrónico activo AESA (Active Electronically Scanned Array) Hensoldt TRS-4D que opera en banda G y utiliza tecnología a nitruro de galio con alcance 250 km. y la posibilidad de seguir hasta 1000 objetivos. Estos sistemas permiten la gestión de los nuevos misiles CAMM Sea Ceptor de MBDA y el sofisticado sonar Thales S2087.

Pese a la discutible avanzada edad de las 2 fragatas australianas de la Clase Adelaide, cabe destacar que ambas fueron objeto de un profundo programa de modernización entre 2005 y 2010, que incluyó el reemplazo de sonares, con los nuevos Thales Spherion MK-3 y Petrel, el sistema MAE C-Pearl y el radar SPS-49A(v)1. En paralelo, ha trascendido, que, al igual que en las de la Clase M, la Armada estaría reemplazando los RGM-84L Harpoon con los MM40 Block 3C Exocet

El rompehielos “Viel” es la construcción naval más avanzada emprendida en Chile.

Reemplazo de submarinos

Bastante más complejo resulta ser hoy el reemplazo de los 2 submarinos 209-1400, SS-20 Thomson y SS-21 Simpson. Ambos fueron lanzados en Kiel (Alemania), iniciándose la construcción, respectivamente, en noviembre de 1980 y febrero de 1982, siendo comisionados en agosto de 1984 y septiembre de 1984. Es así como la de Chile pasó a ser una de las 13 armadas que opera los 67 submarinos de la Clase 209 construidos a la fecha.

Ambas unidades han sido ampliamente modernizadas en 4 ocasiones, incluyendo el último programa, denominado Tonina, la modernización del sonar, nuevo sistema de control de fuego para los torpedos Blackshark Advance, remplazo del periscopio por un Hensoldt SERO250S, nuevo sistema de navegación con plataforma inercial, lo que permitirá operen hasta al menos 2035. Recientes contratos de otras marinas indican que la adquisición de 2 submarinos convencionales avanzados supondría un gasto de unos 500 a 900 millones de dólares, cifra, en el contexto económico chileno actual, muy difícil de justificar.

Aun así, la Armada no solo monitoreó los tradicionales astilleros alemanes y franceses, pero también las alternativas que se originan en Suecia y España. La germana ThyssenKrupp Marine Systems desarrolló un abanico de soluciones para el remplazo de la exitosa familia 209, entre ellos los 214, Dolphin, 218SG y, sobre todo, el 212, hoy disponible para una reducida lista de países autorizados a comprarlos. El reemplazo de los chilenos por un diseño alemán del mismo astillero en principio resultaría beneficioso y bastante obvio, toda vez que la única real competencia es el Scorpene de Naval Group, que en su versión AM-2000 incluye el sistema AIP (Air Independent Propulsion) MESMA.

El nuevo Scorpene ha sido también intensamente retocado, existiendo el evolucionado SMX Ocean, que se benefició del abortado proyecto Shortfin Barracuda australiano. Una eventual solución francesa dejaría a la Armada con un alto nivel de estandarización, además de logística y procedimientos únicos. Navantia, con su S-80 Plus, con hoy el Isaac Peral operativo, también es una alternativa válida y real, considerando los fuertes e históricos lazos que Navantia y la industria española mantienen en Chile, El SS-22 Carrera se completó en Cartagena (España).

La sueca Saab Kockums lleva adelante una política comercial muy agresiva, destacando una familia modular, de dimensiones y capacidades crecientes, entre ellos los proyectos Pelagic, Oceanic y Oceanic Extended Range. Este último deriva de la Clase A-26, en construcción para la Real Armada Sueca y que resultó finalista en Holanda, pero perdió ante la francese Naval Group. La excelente calidad de sus submarinos arrastra un muy mal manejado y administrado programa en Australia y ahora la derrota en Países Bajos. Al margen de las avenencias internacionales, difícilmente se concretará un requerimiento en firme para el reemplazo de los 209 chilenos en los próximo dos o tres años.

Fuerzas anfibias y Aviación Naval

El proyecto Escotillón tiene como misión fundamental y principal el transporte de la Brigada Anfibia Expedicionaria, formada en 2012 y constituida por 2 batallones de fusileros y 2 de apoyo. Resulta evidente el exitoso esfuerzo que el Cuerpo de Infantería de Marina ha realizado con su parque de vehículos. Hoy el grueso de los tácticos es de procedencia coreana y fabricados por Kia. Es así como en el segmento inferior se encuentran en servicio los pequeños 4x4 KM420, los medianos 4x4 KM450 y KM451 ambulancia, en camiones medianos 6x6 KM250 transporte de tropa, KM255 aljibes, KM256 cisternas y los pesados 6x6 KM500.

Se han incorporados lotes de vehículos 4x4 blindados KLTV-181 y KLTV-182, sobreviviendo aun M-1151A1 Hummer y unos pocos M-35A2 estadounidenses. En la unidad de defensa de costa, en Iquique, para tractar las piezas G-4 de 155 mm, se encuentran en servicio algunos Mercedes Benz 1833 Zetros. Plenamente incorporados se encuentra los 22 vehículos 8x8 NZLAV, que, pese a tener más de veinte años, fueron adquiridos en excelentes condiciones.

Estos vehículos de combate de Infantería tienen un peso de 17 ton. y están equipados con un cañón M-242 Bushmaster de 25 mm. Significativo ha resultado ser el extenso empleo de estos vehículos desde su llegada a Chile. En agosto, unidades del BIM N°22 y BAC N°41 fueron desplegados a la zona austral a bordo del LSDH 91 Sargento Aldea, siendo el primer despliegue de los NZLAV al sur. Posteriormente, en septiembre, estos tuvieron una destacada participación en Unitas 2024.

Algo más compleja resulta ser la situación del material de vuelo de la Aviación Naval. La vuelta en servicio de los 2 P-3ACh del Escuadrón VP-1modernizados en Canadá por IMP Aerospace ha sido dificultosa. Su edad que y altos costos de operación y mantenimiento han generado problemas de disponibilidad de los 2. Los problemas de las hélices fueron resueltos, al igual que otras fallas cuya solución en ocasiones se prolonga por la falta de repuestos en el extremadamente reducido mundo de operadores de P-3

Los P-3ACh del Escuadrón VP-1 son fundamentales para la Aviación Naval.

Aun así, son extremadamente valorados por su alcance y excelente dupla radar/FLIR (Forward Looking Infra-Red). Ambos deberían estar en proceso de recibir un nuevo sistema de procesamiento de sonoboyas y la Armada estudiaría la posibilidad de integrar un nuevo MAD (Magnetic Anomaly Detendtor) de la canadiense CAE. Los 2 P-3 operan en conjunto a los 3 Airbus C295 Persuader (2 antisubmarinos y 1 de patrulla marítima), compartiendo el radar de apertura sintética Elta ELM-2022A y el K.

Ante la falta de plataformas, estos mismos han sido instalados en los Embraer P-111 sobrevivientes, que son apoyados en misiones de policía marítima por los P68 Observer 2 fabricados por la italiana Vulcanair. Compleja resulta ser la situación del entrenamiento de la Aviación Naval. Los Pilatus PC-7 del Escuadrón VT-1, por edad, están próximos a cumplir su vida útil. Si bien, se ha rumoreado el interés por el nuevo T-35 Pillán II, la situación podría tornarse más complicada, considerando aún no tiene fecha de salida de fábrica y menos proyección de cuándo podría ser puesto en producción.

En lo que respecta la flota de aeronaves de alas giratorias, los Airbus AS332 F1 Cougar del Escuadrón HA-1 se encuentran en proceso de mantenimiento mayor en las instalaciones de la Aviación Naval. Algo más compleja resulta ser la de los SA365 F1 y AS365N Dauphin. La vetustez de algunos ejemplares es evidente y varios han sido retirados de la línea de vuelo. Un eventual programa de modernización debería estar descartado en función de un proyecto de reemplazo que podría ser financiado con fondos de la DGTM-MM, que permitirían también la sustitución los Bö-105, de los que aun vuelan 4 ejemplares.

Poder concretar el Plan nacional continuo de construcción naval, requiere 2 pilares fundamentales; voluntad política y fondos. El curso de acción que la Armada emprendió es más que claro y los beneficios amplios y concretos. La continuidad de proyectos y construcciones navales y el uso continuo de la grada de construcción de ASMAR, es un claro reflejo de las capacidades que la empresa estatal chileno tiene y la creciente complejidad de los proyectos que con la Armada enfrenta.

Los beneficios industriales, tecnológicos, sociales y la demanda de personal profesional y técnico son todos alicientes, para, además, en una zona de Chile que requiere crecimiento. Los beneficios de ese Plan son más que evidentes, pero una decreciente economía y la poca voluntad política son todos escoyos que la prometedora Fragata Nacional tendrá que superar, de querer hacerse realidad. (Cristián Marambio)


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