El Ejército Bolivariano de Venezuela ha iniciado un nuevo programa de recuperación y modernización de sus tanques medianos de AMX-30V, en lo que representa el cuarto esfuerzo significativo en las últimas dos décadas para revitalizar esta plataforma blindada de origen francés. Este nuevo ciclo de repotenciación, que lleva a cabo personal del Centro de Mantenimiento de Blindados (CEMABLIN) en sus diferentes instalaciones en el occidente y centro de la nación Sudamericana, busca extender la vida útil de estos medios blindados y mejorar sus capacidades operativas en un entorno local cada vez más complejo.
Los AMX-30 fueron adquiridos por Venezuela en 1971 directamente del fabricante francés GIAT (hoy Nexter) en un solo lote de 82 tanques AMX-30B y 4 tanques recuperadores AMX-30D, y desde entonces han constituido el núcleo de las Brigadas Blindadas hasta su relevo como tanque principal de batalla por los T-72B1. A lo largo de los años, estos tanques han sido objeto de múltiples programas de modernización, incluyendo uno en 1989 que dio origen a la versión AMX-30V, y otro más reciente que ha incorporado sistemas de tiro digitales, cámaras térmicas (en menos de media docena de unidades), GPS/GLONASS, generadores auxiliares y nuevos sistemas de orugas,
Este nuevo programa, anunciado en agosto, contempla la recuperación de estos blindados en un plazo de tiempo que no ha sido determinado, por lo que este ambicioso objetivo sería para el Comando Logístico del Ejército Venezolano la continuación de la puesta a punto de otros medios blindados occidentales después de haber concluido la recuperación de los tanques ligeros Scorpion C90 en junio pasado. Sin embargo, los resultados concretos de estos programas han generado incertidumbre sobre el verdadero estado operativo de los blindados, ya que los mismos sugieren un esfuerzo por integrar soluciones tecnológicas avanzadas pese a las restricciones presupuestarias y de acceso a tecnologías occidentales por el veto de Washington.
Desde una perspectiva estratégica, la modernización de los AMX-30V busca reforzar la capacidad de maniobra terrestre del Ejército en escenarios de defensa convencional y la necesidad de mantener una capacidad blindada operativa en medio de restricciones. Aunque estos tanques no compiten con modelos de última generación como el Leopard 2 chileno o el Leopard 1 brasileño, su actualización permite mantener una fuerza blindada operativa y disuasiva, especialmente en el contexto de zonas fronterizas sensibles en materia limítrofe con su vecina Guyana y en el pasado con Colombia.
El programa de recuperación de AMX-30V también refleja una apuesta por la soberanía tecnológica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con participación de empresas locales y la integración de componentes de diversas procedencias. No obstante, este también refleja tanto la resiliencia como las limitaciones del aparato militar venezolano y que expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) advierten que sin una política clara de mantenimiento y entrenamiento, los avances podrían ser limitados. (Bernardo de la Fuente)






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