A sólo 96 horas de recibida la denuncia del padre de un alumno inicial por prácticas muy violentas de colegas mayores, la Fuerza Terrestre resolvió expulsar, de forma inapelable a cinco cadetes próximos a su egreso como oficiales de la Escuela Militar (Toledo) por causar lesiones-algunas de cierta entidad- amenazas y tratos vejatorios a sus compañeros, en decisión de ejemplar celeridad, ante un caso, que, al menos en las últimas décadas, es absolutamente inusual en ese y otros centros académicos castrenses. Acto seguido, en decisión ejemplarizante se formó al alumnado y a los efectivos que sirven en la Escuela Militar, y se leyeron las actas respectivas.
Escuchadas las partes , producidas las bajas e investigadas las plantillas de docentes y oficiales del Instituto, el Comandante en Jefe en persona y tras el parecer de sus asesores jurídicos decidió la inmediata radicación de la respectiva denuncia penal en una fiscalía, especialmente, al denunciarse lesiones y algún tipo de torturas concretas, como apuntar con armas a las víctimas o cubrir su cabeza con toallas. Una alta fuente de la Fuerza,afirmó que la resolución de este serio problema se procesó rápidamente "por lo inadmisible del tema y la formación en materia de Derechos Humanos que se imparte. Y si alguien pudo ser lastimado, a la Justicia! No hay dos lecturas!"
La conducta institucional ha sido objeto de elogios por parte de especialistas. La rapidez en tomar acción evita que los victimarios puedan preparar un entramado administrativo, legal y mediático a su favor, y preserva la integridad de las víctimas, inmediatamente apoyados por técnicos del centro de estudios. (Javier Bonilla)