En el curso del Foro “Industria de Defensa como Política de Estado”, realizado en Lima el pasado día 23 de octubre, el General de División Jorge Arévalo Kalinowski, Comandante General del Comando Logístico del Ejército del Perú (COLOGE) y miembro del Directorio de la Fábrica de Armas y Municiones del Ejército (FAME SAC), dio a conocer una propuesta de Hyundai Rotem de cara a una eventual coproducción en el país de 280 vehículos blindados K-808 (8x8) y 150 carros de combate K-2 Black Panther.
La propuesta, de la que dimos cuenta previamente en defensa.com, propone un plan de modernización de 15 años que comprende, sin costo para el Estado peruano, una inversión de 270 millones de dólares para implementar una Planta de “Ensamblaje de Carros de Combate y de Vehículos Blindados” con un 30% de componentes y servicios de manufactura nacional.
Aunque en algunos medios se ha dado por sentado que el Perú había elegido al K-2 Black Panther y que la Planta de “Ensamblaje de Carros de Combate y de Vehículos Blindados” era una realidad, lo cierto es que la propuesta de Hyundai Rotem es solo eso: una propuesta. El Ejército del Perú aún no define cuál será el carro de combate que remplazará a sus T-55 y AMX-13, adquiridos en 1973 y 1954, que bordean, respectivamente, los 50 y 70 años de servicio.
Más aun, de momento no se cuenta con el debido financiamiento para concretar la adquisición. Actualmente, el Comité de Estudio Técnico Operativo (CETO) encargado del Programa de “Adquisición de un Nuevo Tanque de Batalla (MBT)” no culmina su labor, estando centrado, entre otros aspectos, en determinar cuál sería el valor referencial de la adquisición y en evaluar las performances operacionales de los Leopard 2E6 de Rheinmetall Landsysteme Gmbh (Alemania), K-2 Black Panther de Hyundai Rotem (Corea del Sur), M-1A1/A2 Abrams de General Dynamics Land Systems (Estados Unidos) y MBT-3000 de Norinco (República Popular China), así como los carros de combate propuestos por Polonia y Turquía.







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