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El radar en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial

Tanques Panzer III en el frente de Ucrania, agosto de 1941.
Tanques Panzer III en el frente de Ucrania, agosto de 1941.

El radar no jugó un papel decisivo en el principal escenario de la Segunda Guerra Mundial, el Frente Oriental, sobre todo si se compara con otros teatros de operaciones de ese conflicto (la Batalla de Gran Bretaña, el bombardeo de Alemania o las diversas campañas en el Océano Pacífico, entre otros). Desde el punto de vista de Alemania, hay varias razones que permiten entenderlo: durante la fase del avance alemán, la Luftwaffe dominó completamente el cielo de la URSS y no encontró necesario utilizar los equipos de que disponía y que tan necesarios eran para combatir las acciones del Mando de Bombardeo de la RAF sobre suelo alemán.

Cuando la guerra cambió de signo, el ejército alemán comenzó su retirada ante el empuje del ejército soviético, lo que se puede fechar cronológicamente en el verano de 1943, es decir, tras la batalla de Kursk. Esto coincide con la época de la intensificación del bombardeo de Alemania por parte de Gran Bretaña y Estados Unidos, con lo que una vez más, todos los equipos disponibles los emplearon para contener esta verdadera marea aérea desencadenada sobre los cielos de Alemania.

Desde el lado soviético, hay varias razones que explican la escasa presencia del radar en su arsenal. Antes de la guerra, el desarrollo del radar en la URSS fue obstaculizado por algunos impedimentos que podríamos definir como de carácter marcadamente “soviético”: la falta de interés del alto mando de las fuerzas armadas y el envío a los Gulags, durante las purgas de 1937-1938, de científicos e ingenieros que contaban con experiencia en la materia, lo que implicó una pérdida fundamental en términos de conocimientos que hubieran permitido avances en el desarrollo del radar.

Durante la guerra, cuando la URSS estuvo en condiciones de vencer a los ejércitos alemanes y dadas las tácticas empleadas por los mandos soviéticos en el campo de batalla (uso de grandes masas de tropas y carros de combate, no utilización de bombardeo estratégico, etc.), no vieron que el radar pudiera jugar un papel importante. No obstante, cabe señalar que la URSS recibió equipos de radar de los Estados Unidos y Gran Bretaña, al amparo de la Ley de Préstamo y Arriendo.

En todo caso, hubo algunas peculiaridades del uso del radar en este escenario realmente curiosas, que voy a describir en este artículo.

Los primeros radares soviéticos de alerta temprana

Cuando la Luftwaffe inició la Operación Barbarroja destruyendo una fracción sustancial de la fuerza aérea de la URSS, no se vio obstaculizada por el radar soviético. Sólo había dos tipos de radares en uso cuando comenzó el conflicto: el RUS-1 (un radar biestático de prestaciones muy limitadas) y el RUS-2, un equipo que funcionaba en una frecuencia de 75 MHz. El RUS-2 demostró su valor como aparato de alerta temprana, pero se vio limitado por la necesidad de tener el transmisor y el receptor separados alrededor de un kilómetro y cuyas antenas tenían que moverse de forma sincronizada. Al estallar la guerra, había seis equipos en funcionamiento.

Una mejora posterior, el RUS-2S ya utilizaba una antena común, pero la producción no había comenzado al inicio de la ofensiva alemana. Las empresas que trabajaban en la fabricación de radares se encontraron con que su principal problema era la evacuación de las instalaciones al este, tanto de los laboratorios de desarrollo como de las plantas de producción, un proceso que supuso un retraso de casi medio año en la fabricación de equipos. La producción de sólo 53 aparatos RUS-2S durante 1942 y 68 en 1943 lo dice todo.

Antena receptora del RUS-1. Abajo: Antena transmisora (izquierda) y receptora del RUS-2

El rechazo soviético al radar al principio de la guerra no se reflejó en sus otras actitudes respecto a la defensa antiaérea (AA). Las grandes ciudades tenían cientos de cañones, aunque su precisión era escasa; los escuadrones de cazas tenían su base en campos de todo tiempo, muy superiores a las bases soviéticas habituales.

Moscú era la ciudad mejor defendida del mundo y, a pesar de su proximidad a los combates terrestres, no sufrió graves daños por los bombardeos. La sitiada Leningrado sufrió de todas las formas posibles, pero también levantó una defensa aérea muy fuerte. No es sorprendente que el primer uso efectivo del radar por parte de los soviéticos fuera para mejorar las defensas de Moscú y Leningrado.

Leningrado sufrió numerosos ataques aéreos, generalmente por parte de formaciones de unos 100 aviones. La actuación del radar en la defensa de la ciudad abrió los ojos de los dirigentes militares, hasta entonces desinteresados. Gracias al RUS-2, los escuadrones alemanes se detectaron con tiempo suficiente para alertar a la ciudad y activar los cazas. Los RUS-2 y RUS-2S se ganaron la reputación de equipos sencillos y fiables.

El radar alemán en el este: el carguero Togo

Finlandia hizo causa común con Alemania y atacó a la Unión Soviética en 1941 para recuperar el territorio perdido durante la Guerra de Invierno de 1939-1940. Cuando las fuerzas aéreas soviéticas empezaron a recuperarse de su desastrosa derrota de 1941, reanudaron sus incursiones contra Finlandia, lo que provocó que Alemania proporcionara a los finlandeses dos Freyas y cuatro Würzburg en la primavera de 1943 para la defensa de Helsinki

Izquierda: radar Freya. Derecha: radar Würzburg gigante.

La defensa aérea de Helsinki dispuso de un elemento singular: el carguero alemán Togo se convirtió en un buque de control de cazas nocturnos gracias a una cooperación que no se daba en Alemania entre la Luftwaffe y la Kriegsmarine. Equipado con un Freya, un Würzburg gigante y un Y-Gerat, tenía una capacidad similar a una de las celdas Himmelbett de la Línea Kammhuber para la defensa aérea de Alemania.

El Togo con las antenas de los diversos radares visibles en la proa (un Freya), popa (un Würzburg gigante), y en la parte superior de la zona central del buque (Y-Gërat y antenas repetidoras de radio).

Tenía un Freya a proa, un Würzburg a popa, a la mitad dos equipos de Y- Gërat (para dirección de aviones propios) y antenas repetidoras de radio frente al puente. Su funcionamiento era así:

  • El Freya hacia un gran barrido de zona con un alcance de unos 100 Km
  • El Würzburg iniciaba el seguimiento de precisión de un avión hostil dentro de su alcance de 80 Km
  • Los dos Y- Gërat guiaban a cazas propios hacia el avión enemigo
  • Los repetidores de radio enlazaban con la red de radio de la Luftwaffe

Durante los meses de marzo, abril y mayo de 1944 estuvo estacionado en Tallin (Estonia) y alertaba de los vuelos de los bombarderos soviéticos que se dirigían a la capital finlandesa. Cuando los finlandeses iniciaron negociaciones con Stalin en junio de 1944 para abandonar la guerra, el buque fue retirado a Liepaja (Letonia) y proporcionó una protección similar a las ciudades orientales alemanas.

El combate contra los partisanos: Trenes Radar

Tras la invasión alemana, los grupos partisanos empezaron a causar no pocos problemas tras sus líneas. Estos grupos recibían información, equipos y suministros mediante un elaborado transporte aéreo nocturno. Combatir estos vuelos resultó difícil, en gran parte debido al primitivo equipo ruso utilizado. El avión más importante era un biplano Polikarpov U-2 o Po-2.

Volando lento, bajo y respetando un estricto silencio de radio, era difícil de detectar. Evidentemente, los alemanes recurrieron al radar, que llegó en forma de trenes de radar ferroviarios, pero nunca se encontró un contrincante eficaz para el U-2. Las carreteras rusas, la mayor parte del año impracticables, hacían que el transporte por ferrocarril fuera esencial para el equipo pesado ‒un Freya necesitaba 28 caballos para desplazarse por carretera‒ y los trenes radar eran la respuesta obvia, puestos en servicio por primera vez en octubre de 1942.

Eran unidades portátiles de control de cazas que consistían en un Freya para la alerta temprana y dos Würzburg, uno para rastrear al enemigo y el otro para rastrear al interceptor. Este era el sistema Himmelbett en la Línea Kammhuber. A medida que la situación se deterioraba para la Luftwaffe, los trenes radar se hicieron más numerosos y más importantes. En 1943 un tren radar situado en el sector Orel-Bryansk se atribuyó el derribo de unos 30 aviones.

Vista de una parte de un tren radar abandonado por el ejército alemán en la ciudad checa de Ostroměř, en mayo de 1945. En primer plano, la antena de un Würzburg gigante, al fondo, la de un Freya.

Durante la batalla de Kursk, entre el 5 y el 11 de julio de 1943, los alemanes asignaron cinco de los nueve trenes radar entonces existentes al sector. No hay documentos que muestren ningún uso soviético del radar en Kursk. De hecho, el uso soviético del radar en general apenas fue advertido por la Luftwaffe hasta 1944, una vez que los equipos de microondas suministrados por los aliados llegaron al Frente Oriental.

El suministro a la U.R.S.S. de equipos radar de los aliados occidentales

La llegada a la URSS de los GL (Gun Laying) Mark II británicos suscitó mucho interés por parte de los mandos soviéticos. No se trataba de un gran aparato, pero era robusto, fiable y bien diseñado que encontró uso para guía de reflectores, dirección de cazas y alerta aérea.

Los técnicos británicos que habían sido enviados para instruir a los rusos, y a los que se había hecho creer que el radar era desconocido para los destinatarios, se encontraron con personal que dominó el equipo rápidamente a pesar de la importante barrera lingüística. Los soviéticos no tardaron en fabricar una copia, llamada SON-2. Resultó ser el radar soviético más eficaz, pero las importaciones británicas de GL Mark II superaron la producción autóctona, que sólo fabricó 124 en toda la guerra.

Posteriormente, Gran Bretaña envió 44 radares GL Mark III, que trabajaban a frecuencias de microondas y Estados Unidos suministró, entre otros equipos en menor cuantía, 25 SCR-268, 15 SCR-545 y 49 del magnífico SCR-584, que fue copiado después de la guerra por la industria soviética y rebautizado como SON-4.

Radar SCR-268, se pueden ver los tres operadores del equipo sentados en el centro de la antena, donde se situaba la electrónica de control.

Izquierda: el SCR-545, en una imagen obtenida de la página 12 del manual de operación del equipo. Derecha: el SON-4, copia exacta del SCR-584. Ambos equipos se transportaban en camión y la antena se recogía en el interior durante los desplazamientos.

Unas breves conclusiones

Así fue la presencia del radar en el este. Comparado con el uso en el oeste y en el mar fue realmente pequeño, siendo casi una anécdota en las enormes batallas que se libraron allí. El despliegue alemán fue meramente testimonial, si se compara con el sistema de defensa aérea al que se enfrentaron los aliados occidentales sobre suelo alemán.

La URSS lo utilizó primero sólo en defensa de sus dos ciudades más grandes, Moscú y Leningrado. En el este, enormes fuerzas terrestres luchaban con el poder aéreo utilizado principalmente como apoyo del ejército y no fue hasta la aparición de equipos como el SCR-584, cuando el radar demostró su valor real para este tipo de guerra.

Después, en la posguerra, el diseño de los radares soviéticos partió de los equipos aliados suministrados a la URSS y de los equipos capturados a los alemanes. Fueron objeto de ingeniería inversa y esto permitió al ejército soviético disponer de radares de elevadas prestaciones tras la finalización del conflicto. (Ignacio Mártil, Catedrático de Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Sociedad Española de Física)

Nota: Una parte del contenido de este artículo está recogido en el Capítulo 3 de mi libro “El Radar en la historia del siglo XX. Una de las armas decisivas de la Segunda Guerra Mundial”.


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