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Miércoles, 8 de mayo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Fuerzas Armadas de México refrendan ante López Obrador lealtad y “subordinación” en el aniversario de la Revolución Mexicana

Los secretarios de la Defensa Nacional (Sedena), general Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina-Armada de México (Semar), almirante Raúl Ojeda Durán, reiteraron la lealtad de las Fuerzas Armadas mexicanas y prometieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que las tropas bajo su mando siempre se subordinarán al poder civil.

Los altos mandos encabezaron la ceremonia de condecoración y ascensos a los militares destacados durante el 109 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, que cada año se lleva a cabo en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México frente a Palacio Nacional. En esta ocasión el aniversario tuvo un marco peculiar en el que los comandantes de las fuerzas armadas emplearon sus intervenciones para manifestarle a López Obrador, quien es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas mexicanas, su lealtad y subordinación en un contexto de molestia y nerviosismo al interior de los cuarteles.

Lo anterior, debido al reciente fracaso de un operativo militar en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, para capturar a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, otrora líder del cártel de Sinaloa. La fracasada operación desató una ola de violencia inusitada en Culiacán, en la que centenares de sicarios tomaron la ciudad y amenazaron con realizar masacres contra las familias de los militares si Ovidio no era liberado.

Esto ocurrió el pasado 17 de octubre, mientas Obrador daba el banderazo para iniciar la construcción del polémico aeropuerto civil-militar de Santa Lucía. Al final, tras siete horas de enfrentamientos y violencia extendida el gobierno federal cedió, ordenó abortar la operación (Ovidio ya estaba detenido en su casa), retirar a las tropas y regresar a los cuarteles para evitar un baño de sangre.

El 22 de octubre el general Sandoval desayunó con medio millar de militares en retiro para informarles lo que estaba haciendo la Sedena. En el desayuno habló el general retirado Carlos Gaytán Ochoa, quien manifestó que en la comunidad castrense había enojo, frustración y mucha inquietud por la forma en que López estaba gobernando y manejando a las fuerzas armadas.

El pronunciamiento de Gaytán fue tomado por un sector de la opinión pública como un llamado al golpismo. Obrador minimizó lo ocurrido, pero después deslizó una amenaza velada al señalar que los conceptos del general eran los de un conservador contrario a la línea de su gobierno. Luego vino la masacre cometida contra una familia de mexico-americanos (tres mujeres y seis niños), acribillados e incinerados en un paraje del estado de Sonora, limítrofe con los Estados Unidos.

Por si faltara poco, Obrador  ordenó una operación secreta para que una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) rescatara en el norte de Bolivia al ex presidente de ese país, Evo Morales, ante la orden para que su propio ejército lo detuviera. Esto desató críticas y animadversión en diversos sectores políticos y sociales y se reflejó en una marcada caída en la popularidad del mandatario mexicano en las últimas semanas.

En este contexto se dio el 109 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, con unas fuerzas armadas cuyos altos mandos –especialmente en el Ejército y Fuerza Aérea– fueron cuestionados en redes sociales por las propias tropas. Así, el desfile concentró a más militares que civiles en su organización y sirvió para enviar distintos mensajes a diversos sectores y personajes en un ambiente que estaba enrarecido. En años anteriores, en gobiernos anteriores, el 20 de noviembre era una fecha más concentrada en logros y en la gesta de la sociedad civil, dejando a los militares el 16 de septiembre como la fecha por excelencia para tomar las calles y desplegarse.

Ahora, Obrador no solo ordenó que miles de soldados de las tres armas se caracterizaran y representaran en el Zócalo y en una marcha de ocho kilómetros y los pasajes más importantes de la Revolución, sino que aprovechó la ceremonia de ascensos y condecoraciones para que sus comandantes dejaran un mensaje de sosiego y control dentro y fuera de los cuarteles.

Lealtad, leales, lealtad…

El general secretario fue el segundo orador en la ceremonia de ascensos e imposición de condecoraciones a los mandos del Ejército, Fuerza Aérea y Marina que se dio en Palacio Nacional y que encabezó el presidente López Obrador. El almirante secretario Raúl Ojeda Durán recordó las causas que dieron lugar a la lucha revolucionaria  y destacó el esfuerzo delos militares y marinos condecorados y ascendidos, porque con ello se reconocen sus méritos y sus años de servicio continuos prestados a nuestras instituciones que se traduce en una trayectoria honorable, representan satisfacción personal y orgullo al tiempo que demandan asumir la responsabilidad de la nueva jerarquía y cumplir los deberes con mayor compromiso y determinación”.

Para reconocer la trayectoria del personal, se otorgaron ascensos al grado inmediato a 6.479 hombres y 1.699 mujeres entre generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, tropa y marinería. Asimismo, se otorgaron a 22.166 hombres y 3.601 mujeres militares y navales condecoraciones de perseverancia por el tiempo de servicio prestado dentro de las Fuerzas Armadas, indicó el almirante secretario.

En su intervención, el general Sandoval mencionó cinco veces la palabra “lealtad” y dos veces la palabra “leales”, en un texto de poco más de una cuartilla con 644 palabras y 4 mil 101 caracteres.  El general precisó que “quienes integramos las Fuerzas Armadas hemos sido formados en la disciplina, el honor y sobre todo en la lealtad a las instituciones nacionales. Nos ceñimos a estos valores por convicción y no sólo porque así lo establecen nuestras leyes y reglamentos. La práctica de estos valores enmarca nuestro actuar”.

Y prosiguió: “Todos, Ejército, Fuerza Aérea y Armada trabajamos en la misma dirección y todos honramos las instituciones nacionales y los símbolos patrios. Hemos demostrado lealtad en más de un siglo de vida de vida institucional. Somos leales y lo seguiremos siendo, siempre con respeto y apego a la carta magna que nos legó la Revolución y a las leyes que de ella emanan, enfatizó el general secretario para luego establecer los cuatro ejes de la “identidad y solidez” de las fuerzas armadas: provenimos del pueblo al que servimos.  Nos regimos por los valores de lealtad, deber, disciplina, honor, patriotismo, valor y respeto a las libertades constitucionales que incluyen los derechos humanos. Nuestra madurez institucional está fraguada en el apego al Estado de derecho y a la subordinación al poder civil. En nosotros, la voluntad de servir a México con entrega e institucionalidad es permanente.

Luis Cresencio Sandoval pidió a soldados y marinos segur cumpliendo “con estoicismo las misiones encomendadas; sintámonos honrados y orgullosos de lo que somos, del uniforme que portamos y de lo que hacemos por la nación”.Actuemos con honor, lealtad, honestidad y respeto a los derechos humanos; hagámoslo por el prestigio del Ejército, Fuerza Aérea y Armada, hagámoslo por la confianza que nos brinda la sociedad, hagámoslo por la elevada encomienda que nos asigna la patria, hagámoslo por México, pidió Sandoval a las tropas de tierra, aire y mar.

El general citó entonces palabras del propio López Obrador acerca de las fuerzas armadas, señalando que “estas instituciones ha demostrado en los hechos que son importantes pilares para el buen funcionamiento del gobierno y del Estado mexicano”.No defraudaremos su confianza señor presidente, concluyó el general Sandoval vestido con uniforme de gala.

Ascenso especial

Uno de los momentos más esperados fue el de la entrega de nuevas insignias a quienes ascendieron de grado, porque en la lista de nuevos generales de Ala en la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) estaba Miguel Eduardo Hernández Velázquez, comandante del Gulfstream G-550 que voló a Bolivia para sacar de ahí al ex presidente Evo Morales en una jornada de odisea.

Al momento de subir al templete con su uniforme azul y las insignias que todavía lo identificaban como General de Grupo, se leyó el contenido de una carta escrita por el presidente López Obrador al piloto de la aeronave, reconociendo su temple y éxito en la misión. “Me es grado dirigirme a usted para expresarle mi beneplácito por el excelente resultado en el planeo y ejecución de la operación aérea realizada en una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana para transportar al presidente Juan Evo Morales Ayma, de Bolivia, a territorio mexicano, permitiendo que se desarrollara de manera satisfactoria y con seguridad. Sin duda, el cumplimiento de esta misión es muestra del alto grado de adiestramiento y capacidad profesional de usted y su tripulación de vuelo, poniendo de manifiesto el compromiso que tienen los militares con su país y con el instituto armado al que pertenecen.

Asimismo, ustedes contribuyeron el objetivo de la Presidencia de la República de garantizar el derecho constitucional de asilo, enalteciendo los principios de fraternidad y amistad del pueblo de México en el concierto de las naciones del mundo.  Por tal motivo, me complace enviarle una merecida felicitación a usted y a su equipo de trabajo por su entrega, patriotismo y sentido de responsabilidad demostrados, invitándolos a seguir practicando esas virtudes en beneficio propio y de nuestro querido México.

Atentamente:

Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”.

El desfile

Desde el patio principal de la casa presidencial, primero, y desde el balcón de Palacio, después, Obrador, los secretarios de Defensa y Marina, así como su esposa Beatriz Müller y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, atestiguaron una recreación que derivó en parada militar, reconciliación post Culiacán y refrendo de lealtades uniformadas.

Frente a unas 20 mil personas reunidas en la plancha del Zócalo, Obrador, el general Luis Cresencio Sandoval y el almirante Raúl Ojeda Durán observaron el paso de cientos de jinetes, de más de seis mil participantes (entre militares y civiles a caballo), camiones, cuadros alegóricos, equipos de acrobacia a caballo, bandas de guerra, banderas, estandartes y tropas convertidas en mudos actores y actrices con uniformes y vestidos de época para celebrar el 109 aniversario de la lucha revolucionaria.

Doble celebración para el general Homero Mendoza Ruiz -Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN)-, ascendido a divisionario y designado como comandante de la columna del desfile en el que solo hubo un incidente de consideración, cuando el soldado de Caballería Juan Ángel López Acevedo intentó frenar a la yegua “Tentación” con la “parada india” (saltando del estribo para sujetarse de su cuello y obligarlo a detenerse), pero acabó en el asfalto y con el caballo sobre sus piernas. Al soldado López, perteneciente al Grupo Montado y de Honores del 1/er Cuerpo del Ejército (ICE), lo llevaron de inmediato al Hospital Central Militar (HCM) en donde le atendieron la fractura de tibia y peroné y recibió, en redes sociales, el reconocimiento del general secretario por su esfuerzo y empeño. Tentación fue reportada por la Sedena como “sin lesiones”.

Militares del arma de Caballería explicaron que “esa acrobacia se acostumbra El resto del desfile transcurrió sin contratiempos y con algunas imágenes curiosas, como la de un grupo de Adelitas aburridas sobre una plataforma revolucionaria, esmeradas en revisar sus teléfonos celulares mientras les tocaba el turno de hacer historia en el Zócalo. Previo a la parada militar se anunciaba que en la fecha se habían otorgado condecoraciones de Perseverancia por el tiempo de servicio prestado dentro de las Fuerzas Armadas a 22.166 hombres y 3.601 mujeres.

Se entregaron condecoraciones de perseverancia de 10 y hasta 45 años de servicio ininterrumpidos, como se ha hecho desde 1939, con base en las leyes de ascensos y recompensas del Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México, en esta fecha ascienden al grado inmediato 6.479 hombres y 1.699 mujeres entre generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, tropa y marinería.

Al final, luego de una hora de despliegue frente a Palacio Nacional y otra hora de marcha desde el Zócalo hasta el Campo Militar Marte (sobre avenida Reforma), el general Homero Mendoza Ruiz rundió el parte de novedades al presidente López Obrador:

“Desfilaron ante el pueblo de México en este desfile histórico conmemorativo del 109 aniversario del inicio la Revolución mexicana:

11 banderas.

40 estandartes nacionales.

3.133 individuos, de los cuales, 1.030 de las Fuerzas Armadas y Guardia Nacional, y 2.133 de diversas agrupaciones ecuestres y charras, participando, entre ellas, 22 estados, reuniendo un total de dos mil 980 jinetes.

“Desfilaron también:

51 vehículos temáticos.

2 piezas de artillería.

3 aeronaves.

Haciendo, en total, un tiempo de recorrido y cruzando ante este Palco de Honor de una hora con 24 minutos.

(Jorge Alejandro Medellín, México)

Fotografía: Sedena. Entrega de Ascensos y condecoraciones para Ejército, Fuerza Aérea y Marina de México.


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