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Martes, 19 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El desfile militar por la Independencia de México derivó en un acto a favor de Cuba

La parada militar con la que el 16 de septiembre se celebró el 211 aniversario del inicio de la guerra de Independencia de México y el regreso de los desfiles masivos a las calles del país, se convirtió en un acto de desagravio en favor de Cuba, en un reclamo diplomático contra los Estados Unidos por el bloqueo a la isla y, al final, en una demostración de las capacidades bélicas de las fuerzas armadas mexicanas, insertas en los últimos tres años en actividades no castrenses.

No solo eso. Obrador sugirió en su discurso que el gobierno de los Estados Unidos tendría una estrategia para provocar un enfrentamiento del pueblo cubano con su gobierno para buscar su derrocamiento, lo que calificó como algo “perverso”, como algo “vil” y “canallesco”. “Dicho con toda franqueza, se ve mal que el gobierno de Estados Unidos utilice el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que éste, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio gobierno”, dijo el mandatario mexicano. Por primera vez en la historia de los desfiles del 16 de septiembre, hubo discursos no solo del presidente de México, sino de otro mandatario y del secretario de la Defensa Nacional (SEDENA), previo al inicio de la parada militar. 

El desfile estaba programado para iniciar a las 11 de la mañana, pero la Presidencia de la República anunció cambios y adelantó una hora el arranque del evento. Ese fue justo el tiempo que les tomó al general Luis Cresencio Sandoval, al presidente de Cuba Miguel Díaz Canel y al presidente Andrés Manuel López Obrador pronunciar discursos relacionados con la fecha.

El presidente López Obrador utilizó la celebración del 211 aniversario del inicio de la guerra de Independencia para defender a Cuba de bloqueo y para pedirle “respetuosamente” al gobierno de los Estados Unidos “a levantar el bloqueo contra Cuba, porque ningún Estado tiene derecho a someter a otro pueblo, a otro país”. 

Obrador pidió además que Cuba sea considerada como Patrimonio de La Humanidad y que su gente reciba una medalla por la dignidad con la que ha defendido su soberanía por más de 60 años.

El primero en hablar fue el secretario de la Defensa Nacional, quien recordó la importancia de la fecha conmemorativa, destacó la necesidad de ser una nación unida pese a las diferencias de opinión política. Se refirió también a los cambios que ha vivido y vive el país y a la evolución y transformaciones que viven las fuerzas armadas mexicanas. 

“En contraste con las luchas armadas que se dieron en otras épocas para la construcción de la nación mexicana, en nuestros días las cosas son diferentes y los procesos de transformación se inician democráticamente con el pueblo que ejerce su derecho ciudadano de elegir un proyecto de nación con el que se identifica y está convencido de su viabilidad”, dijo el general Sandoval. 

Luego ponderó al papel de los militares y marinos en el desarrollo nacional al convertirse en “elementos fundamentales para la defensa de su integridad, independencia y soberanía, así como para su seguridad interior y apoyo a la sociedad, pero también para el desarrollo nacional”. 

En consecuencia, le dijo a López Obrador, “el Ejército, Fuerza Aérea y Armada, objetivamente se adaptan a los tiempos actuales y al contexto de nuestro país, respaldando firmemente al gobierno que usted representa”. 

Nos preparamos cada día para fortalecer nuestras capacidades institucionales en aras de cumplir de manera eficaz las misiones y tareas que tenemos asignadas, siempre con respeto a los derechos humanos y manteniéndonos cerca del pueblo para protegerlo permanentemente, porque estamos orgullosos de que nuestros orígenes y porque sabemos que lo más importante es México, agregó. 

Sandoval ratificó de nuevo la lealtad, el compromiso de servicio y el amor a la patria, aspectos que, recordó, “se han fortalecido con la reorganización de la Secretaría de la Defensa Nacional, la reciente creación de la Comandancia del Ejército mexicano y la evolución del Estado Mayor de la Defensa Nacional como Estado Mayor Conjunto”.

Cuba y México… 

Luego el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, dio su discurso recordando la estrecha relación entre su país y México, marcada por los procesos de construcción de sus guerras de independencia partir de apoyos mutuos, de reconocimientos y sobre todo de solidaridad en momentos de gravedad y confrontación con los gobiernos de los gobiernos de Espala y de los Estados Unidos. 

Canel trajo al presente varios momentos de la historia cubana inevitablemente enlazados con la historia mexicana, hasta llegar a los años en los que Ernesto “Che” Guevara y Fidel Castro se conocieron en la Ciudad de México, fueron entrenados por luchadores profesionales, compraron la lancha Granma, la llenaron de revolucionarios y zarparon desde Tuxpan, Veracruz, hacia la isla para iniciar la revolución a finales de la década de los años cincuenta. 

Recordó también que en el gabinete del presidente Benito Juárez hubo dos generales cubanos –Anastasio Parrodi y Pedro Ampudia– que se integraron como ministros de Guerra y Marina tras haber participado, en 1854, en operaciones militares y haber sido parte de la elaboración del Plan de Ayutla, con el que comenzó el derrocamiento de Antonio López De Santa Anna.  Luego, el presidente López Obrador habló de Cuba y entró de lleno al discurso político para recriminarle a los Estados Unidos el bloqueo contra la isla y la situación del país, de cuyos habitantes dijo se merecen el “premio de la dignidad” por su histórica resistencia a más de medio siglo de agresión a su soberanía. 

“El día de hoy recordamos esa gran gesta histórica y la celebramos con la participación del presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien representa a un pueblo que ha sabido, como pocos en el mundo, defender con dignidad su derecho a vivir libres e independientes, sin permitir la injerencia en sus asuntos internos de ninguna potencia extranjera”. 

Ya he dicho y repito, continuó, “podemos estar de acuerdo o no con la Revolución cubana y con su gobierno, pero el haber resistido 62 años sin sometimiento es una indiscutible hazaña histórica. En consecuencia, creo que, por su lucha en defensa de la soberanía de su país, el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad y esa isla debe ser considerada como la nueva Numancia, por su ejemplo de resistencia, y pienso que por esa misma razón debiera ser declarada patrimonio de la humanidad”.

Fue en ese momento cuando convirtió la celebración militar en un acto de desagravio para los cubanos, al pedirle “respetuosamente al gobierno de Estados Unidos a levantar el bloqueo contra Cuba, porque ningún Estado tiene derecho a someter a otro pueblo, a otro país. Es preciso recordar lo que decía George Washington: Las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”.

Obrador reforzó el desagravio con sugiriendo que las acciones del gobierno de los Estados Unidos buscarían de alguna forma desestabilizar a la isla, enfrentar a los cubanos contra su gobierno y provocar su derrocamiento, estrategia a la que calificó de “perversa”, “vil y canallesca”. 

“Dicho con toda franqueza, se ve mal que el gobierno de Estados Unidos utilice el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que éste, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio gobierno.

“Si esta perversa estrategia lograse tener éxito, algo que no parece probable por la dignidad a que nos hemos referido, repito, si tuviera éxito, se convertiría en un triunfo pírrico, vil y canallesco, en una mancha de que esas que no se borran ni con toda el agua de los océanos”. El presidente insistió en que es mejor el entendimiento, el respeto mutuo y la libertad sin condiciones ni prepotencia. Se refirió entonces al presidente Jimmy Carter, quien supo entenderse con el general Omar Torrijos para devolverle a Panamá el canal y su soberanía. “Ojalá que el presidente Biden, quien posee suficiente sensibilidad política, actúe con esa grandeza y ponga fin, para siempre, a la política de agravios hacia Cuba”, abundó Obrador.

El desfile fue anunciado para iniciar originalmente a las 11 de la mañana, pero de último minuto se adelantó a las 10, debido a que por primera vez habría discursos previos a la parada militar. López Obrador pasó revista a las tropas recorriendo el Zócalo en el Humvee destinado al Comandante Supremo de las Fuerza Armadas y acompañado por los secretarios de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, y de Marina almirante Rafael Ojeda Durán.

A las 11 en punto, el general Gabriel García Rincón, actual Oficial Mayor de la SEDENA y comandante de la columna del desfile, solicitó la autorización al presidente López Obrador para comenzar el despliegue de las tropas que ocupaban la plancha del Zócalo. 

El desfogue se dio mientras una escuadrilla de 9 aviones PC-7 Pilatus y T6C Texan II hacían un pase sobre el lugar, rompiendo la formación para hacer una flor de lis, y dejar estelas de humo con los colores verde, blanco y rojo. Mientras el presidente, su gabinete e invitados especiales tomaban sus lugares frente a la plancha de concreto, el blindado Panhard VCR del general García Rincón ocupó su sitio en la explanada para coordinar la parada militar.

De inicio, 15 paracaidistas –10 del Ejército y 5 de la Armada de México– descendieron lanzados desde un helicóptero Mi-17, para aterrizar sobre la plancha del Zócalo sin novedad y en tiempo preciso. Después, dos helicópteros EC-725, uno de la FAM y otro de la Armada, se ubicaron a los costados de la plaza, frente al presídium, para mostrar el descenso por soga rápida de comandos de Fuerzas Especiales del Ejército y de la Unidad de Operaciones Especiales (UNOPES) de la Marina.

El momento culminante se dio cuando por primera vez en los desfiles militares del 16 de septiembre, de manera inesperada y una vez en tierra, los cinco comandos especiales de cada institución se equiparon para ser extraídos mediante una soga de exfiltración, de la que colgaba también una bandera México. Sostenidos por arneses, los comandos del Ejército y de la Armada fueron elevados y extraídos de la plancha del Zócalo en un ejercicio militar de exfiltración que nunca antes se había presentado en los desfiles del 16 de septiembre. 

Frente a Palacio Nacional desfilaban las banderas trigarantes, los carros temáticos mostrando parte de los avances y proyectos tecnológicos del Ejército, de la Fuerza Aérea y de la Marina, mientras en el cielo la escuadrilla “Mamut”, integrada por un avión C-130 Hércules y un C-295W CASA eran escoltados por tres jets F-5E/F del EA 401. 

En tanto, los contingentes militares de los 13 países amigos invitados –Francia, 

Marruecos, Bangladesh, Colombia, Belice, Italia, Gran Bretaña, Argelia, Honduras, Venezuela, Argentina, Costa de Marfil, Perú –  marchaban mostrando sus banderas y armas. Después, las Fuerzas Especiales del Ejército y de la Armada abrieron propiamente el desfile militar y el general Eufemio Alberto Ibarra Flores, primer Comandante del Ejército Mexicano, ingresaba al Zócalo en un Panhard VCR. 

La Marina mostró en carros temáticos dos maquetas de sus embarcaciones más representativas: la Patrulla Oceánica de Largo Alcance (POLA) ARM Juárez 101 y la Patrulla Oceánica PO Tabasco-168.  

Cerca de las 13:00 horas concluía el desfile para conmemorar el 211 aniversario del inicio de la guerra de Independencia de México al rendir el parte en el que el general Gabriel García Rincón detallaba lo siguiente: 

“Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas: 

Le informo a usted que desfilaron ante el pueblo de México: 

34 banderas de guerra nacionales. 

13 banderas y 437 militares de fuerzas armadas amigas. 

15 mil 180 integrantes de las tres Fuerzas Armadas y de la Guardia Nacional. 

60 charros. 

599 vehículos. 

Seis unidades de maquinaria pesada. 

276 caballos. 

205 canes. 

Y participaron, en la parte aérea militar, 71 aviones, 28 helicópteros, haciendo un total de 99 aeronaves. 

Igualmente, sobre plataformas desfilaron seis helicópteros y cuatro aviones no tripulados, transcurriendo este magno evento sin novedad”.  (Jorge Alejandro Medellín / Fotos: SEDENA, SEMAR, FAM, Guarda Nacional)


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