El éxito de este proceso ha sido posible gracias al trabajo coordinado y especializado de la Dirección de Mantenimiento y Recuperación de Unidades Navales (DIMARE), entidad que llevó a cabo una intervención exhaustiva en los sistemas de propulsión principales y auxiliares de la unidad, además de efectuar otras labores técnicas clave que devolvieron a la nave su plena capacidad operativa. Este esfuerzo representa no solo una acción de mantenimiento, sino una apuesta decidida por mantener una flota moderna, eficiente y lista para enfrentar los desafíos en el entorno marítimo regional.
La patrullera misilera “Cuenca” de la Armada del Ecuador, identificada como LM-24, forma parte de la clase "Quito", que también incluye las "Quito" (LM-21) y "Guayaquil" (LM-23) y constituyen un activo estratégico fundamental dentro del poder naval ecuatoriano. Combinan una maniobrabilidad superior con una capacidad ofensiva considerable, gracias a su dotación de misiles antibuque. Esta combinación les permite desempeñar un papel disuasivo frente a amenazas convencionales y reafirmar la voluntad del Ecuador de proteger su soberanía, sus recursos y sus intereses en el océano Pacífico.
Entre sus características técnicas destacan un desplazamiento de aproximadamente 250 toneladas a plena carga, una eslora cercana a los 45 metros y una propulsión basada en motores diésel de alta potencia, capaces de alcanzar velocidades superiores a los 30 nudos.






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