En un gesto que busca inyectar mayor robustez a las operaciones de seguridad en una de las zonas más desafiadas del sur del país, la Delegación Presidencial Regional de La Araucanía hizo entrega de 12 camionetas blindadas Nissan Navara 4x4 al Ejército de Chile. El acto, presidido por el delegado Eduardo Abdala Abarzúa, se llevó a cabo en el Destacamento de Montaña N°8 Tucapel, y representa un paso concreto en la estrategia gubernamental para contrarrestar la violencia que aún persisten en las provincias de Cautín y Malleco.
La ceremonia, cargada de solemnidad bajo un cielo nublado típico de la región, reunió a autoridades locales, mandos militares y representantes de las policías. Abdala Abarzúa, visiblemente comprometido con la causa, enfatizó en su alocución que estos vehículos no son meros objetos mecánicos, sino herramientas vitales para quienes arriesgan su integridad diaria en patrullajes que a menudo se convierten en verdaderas pruebas de fuego. "Estamos hablando de equipamiento que salva vidas y que acelera respuestas en momentos críticos. En La Araucanía, donde el terreno es tan hostil como impredecible, cada minuto cuenta para disuadir amenazas y proteger a las comunidades que solo piden vivir en paz", comentó la autoridad, mientras las unidades relucientes se alineaban en formación, listas para integrarse a las rutas de vigilancia.
Estas Nissan Navara, fabricadas con un blindaje de nivel III que resiste impactos de armas de fuego medianas, incorporan sistemas de comunicación avanzados y capacidad para cuatro ocupantes en condiciones off-road extremas. Adquiridas en el marco de un comodato temporal gestionado por la Jefatura de Defensa Nacional (JDN), las camionetas se destinarán de inmediato a labores de patrullaje conjunto con Carabineros y la PDI, cubriendo las carreteras y perímetros rurales donde los incidentes han mermado la confianza ciudadana. El financiamiento incluye pólizas de seguro integral, asegurando que el despliegue no se vea lastrado por imprevistos logísticos.
El general de brigada Alejandro Moreno, jefe de la JDN en La Araucanía, no ocultó su satisfacción al recibir las llaves simbólicas. "Este refuerzo llega en un momento clave, cuando el Estado de Excepción Constitucional lleva más de tres años prorrogado. Nuestros hombres y mujeres en terreno necesitan medios que les den paridad en movilidad y protección. Estas Navara no solo van a acortar tiempos de respuesta, sino que van a proyectar una presencia estatal más firme, sin descuidar el diálogo con las comunidades mapuche que también sufren las secuelas de este conflicto prolongado", señaló Moreno, recordando que el Ejército ha invertido en capacitaciones específicas para maximizar el uso de estos vehículos en escenarios híbridos, entre control preventivo y apoyo humanitario.
Esta entrega se inscribe en un esfuerzo más amplio de modernización que el Ejército ha impulsado este año, particularmente a través del Plan Alfil II, una iniciativa que hasta la fecha ha materializado la incorporación de 70 vehículos de campaña livianos blindados Copper 2.8 TDI 4x4, adquiridos a la empresa Salfa S.A. por unos 13,5 millones de dólares. Estos Copper, con tracción 4x4 y blindaje adaptable a altitudes superiores a los 4.000 metros, han sido distribuidos prioritariamente en las macrozonas norte y sur, fortaleciendo divisiones como la III de Montaña, que opera en La Araucanía. La recepción de este lote, finalizada en septiembre pasado, incluyó entrenamientos intensivos en Arica e Iquique, enfocados en conducción táctica y operaciones en terreno hostil. El Plan Alfil II, que contempla en total más de 270 unidades, incluyendo camiones pesados para remolque de artillería adjudicados a Kaufmann, responde a la necesidad de cerrar brechas en movilidad detectadas tras años de misiones intensivas en fronteras y zonas de emergencia.
En paralelo, el despliegue de SUV blindados Copper 2.8 TDI 4x4 en la región, iniciado a principios de octubre, ya ha mostrado resultados preliminares en ejercicios de patrullaje coordinado, donde se prioriza la protección de infraestructura crítica como puentes y líneas eléctricas, frecuentemente blanco de sabotajes.
La Araucanía, con su historia de tensiones territoriales y reclamos ancestrales, sigue siendo un tablero complejo donde el Ejército actúa conforme a la constitución para entregar paz y seguridad en esta zona. Mientras el Gobierno impulsa mesas de diálogo intercultural, estas entregas subrayan que la seguridad no puede esperar, es el escudo que permite que las conversaciones avancen sin el ruido de la confrontación armada. (Luis Andrés Lautaro)






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