En un contexto de creciente tensión geopolítica y desafíos transnacionales, el Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM) ha intensificado su presencia en la región del Mar Caribe. Esta semana, el almirante Alvin Holsey, comandante de SOUTHCOM, realiza una visita oficial a las islas de Antigua y Barbuda y Granada, con el objetivo de estrechar la cooperación en defensa y seguridad con los países aliados y socios del Caribe oriental.
La gira del almirante Holsey, la primera desde que asumió el mando en noviembre de 2024, se enmarca en una estrategia más amplia de Washington para fortalecer las alianzas regionales frente a amenazas compartidas como el crimen organizado transnacional, el tráfico ilícito de drogas y la seguridad fronteriza. Según declaraciones del propio Holsey, “nuestros esfuerzos para fortalecer las alianzas en el Caribe son vitales para combatir las organizaciones criminales transnacionales y los traficantes ilícitos que amenazan a la región y a nuestro territorio”.
Durante su visita, el almirante Holsey se ha reunido con líderes clave como el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, y el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell. También ha sostenido encuentros con altos mandos militares y policiales, incluyendo el jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Defensa de Antigua y Barbuda (ABDF), general de brigada Telbert Benjamin, y el comandante interino de la Real Fuerza de Policía de Granada (RGPF), comisionado Randy Connaught.
Las reuniones han girado en torno a la reafirmación de la colaboración en materia de defensa, seguridad, la evaluación de amenazas comunes y la exploración de nuevas vías para promover la estabilidad regional. En palabras del almirante Holsey, estas naciones son “contribuyentes vitales a los esfuerzos colectivos por fortalecer la seguridad en el Caribe oriental”.
La isla de Granada, punto estratégico en medio de tensiones con Venezuela
Uno de los aspectos más destacados de esta visita ha sido la solicitud oficial del Pentágono para instalar temporalmente equipos de radar y personal técnico en el Aeropuerto Internacional Maurice Bishop, en Granada. Esta propuesta, confirmada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Granada, está siendo evaluada cuidadosamente por las autoridades locales, quienes han asegurado que cualquier decisión se tomará en función de la soberanía nacional, la seguridad pública y el interés económico del país.
La isla de Granada, ubicada a poco más de 150 kilómetros de la costa venezolana, se ha convertido en un punto estratégico para las operaciones de vigilancia y control del narcotráfico en el Caribe.
La cercanía con Venezuela, país señalado por la administración Trump como origen de rutas ilícitas de tráfico de drogas, ha generado preocupación en la región, especialmente entre los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que han denunciado la presencia militar estadounidense como una “incursión ilegal y provocadora”.
Por su parte, el gobierno de Antigua y Barbuda ha descartado por ahora la instalación de bases militares extranjeras en su territorio, aunque ha reafirmado su disposición a colaborar en iniciativas de seguridad regional.
El comandante del SOUTHCOM ha reiterado su compromiso de trabajar junto a sus socios regionales para desarrollar capacidades de defensa, mejorar la interoperabilidad de las fuerzas armadas y fortalecer los mecanismos de respuesta ante crisis humanitarias y desastres naturales. En este sentido, la recientemente activada Fuerza de Tarea Conjunta (Joint Task Force, JTF) bajo el mando de la II Fuerza Expedicionaria de Marines (II MEF) se considera esencial para garantizar la seguridad y estabilidad de toda la zona del Caribe.
Por otra parte, Geoff Ramsey, investigador principal del Atlantic Council, advirtió en una reciente declaración a Fox News que las recientes acciones del presidente Donald Trump en el Caribe representan una escalada significativa en la guerra contra las drogas. Según Ramsey, el hecho de que Trump se niegue a descartar un ataque directo a Venezuela indica que “está llevando la guerra estadounidense contra las drogas en Latinoamérica al siguiente nivel”.
El experto señaló que, al involucrar directamente al SOUTHCOM, la administración Trump está persiguiendo a los cárteles de una forma sin precedentes, lo que podría derivar en que el Departamento de Guerra evalúe objetivos dentro del territorio venezolano. Esta postura ha generado preocupación entre analistas internacionales, quienes temen que la militarización de la lucha antidrogas en la región pueda intensificar las tensiones diplomáticas y provocar consecuencias impredecibles. (Bernardo de la Fuente)







1 comentarios