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Crisis de poder en El Salvador: Policía versus Fuerzas Armadas

(defensa.com) El ex comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén recibió el bastón de mando de comandante general de la Fuerza Armada de manos del ministro de Defensa, general David Munguía Payés.  El acto se realizaría en la Escuela Militar "Capitán General Gerardo Barrios", en San Salvador.  Sánchez Cerén fue comandante de una de las fuerzas guerrilleras que formaban parte del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.  Al finalizar el conflicto interno en 1992, el FMLN se convirtió en partido político, que hoy ocupa el mando ejecutivo por segunda oportunidad.

El nuevo presidente expresó que "la madurez que hemos alcanzado, después de los Acuerdos de Paz queda expresada con claridad en este acto, demostrando además, la madurez democrática que está viviendo nuestro país".  Sin embargo, el hecho se da después que la Fiscalía de El Salvador (FGR) tratara de allanar el Estado Mayor de la Fuerza Armada hace unos días, como parte de una investigación que realiza por tráfico de armas y en la que acusa a oficiales militares por su implicación.

Los fiscales buscaban documentación en la Inspectoría Militar de la Fuerza Armada, registros de armas, documentos y pruebas relacionadas con los delitos de actos arbitrarios y comercio ilegal de armas de fuego que pudieran ayudarles en las pesquisas que se dicen involucran a oficiales de alto rango.
Ahora, el nuevo comandante de la Fuerza Armada, Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, espera mediar la situación, reuniéndose con el fiscal general, Luis Martínez y el ministro de Defensa, David Munguía Payés, para aliviar la situación.  

Irónicamente, en marzo pasado, el entonces presidente de El Salvador, Mauricio Funes, de la misma partida del FMLN, ordenó el despliegue de 5.000 soldados adicionales a los 6.500 ya desplazados en apoyo a la Policía en el combate a la criminalidad.  Esto daría un total de 11.500 efectivos patrullando 15 municipios que registran un elevado índice de violencia, además de proveer seguridad en los perímetros de 788 escuelas públicas y en 42 pasos ilegales que existen a lo largo de la frontera.  Esta misión debió terminar el 3 de junio, con el cambio de gobierno, pero continua.

Instrumentos de seguridad interna
Semejante despliegue de los militares en asuntos de seguridad interna no se había visto desde los días del conflicto interno.  Entre otros asuntos que han estremecido la seguridad interna se encuentra el caso del arresto de José Antonio Núñez Ortes, un muchacho de 19 años, por el delito de homicidio de un pandillero de la 18.  Esto sería algo de poca consecuencia si no fuera porque el sospechoso fue arrestado dentro de los recintos de la Escuela Militar.  

Resulta que Núñez Ortes era un cadete de primer año en esa unidad de educación militar, y miembro activo de la pandilla 13.  El homicidio tomaría lugar en diciembre del año pasado en la ciudad de Cojutepeque, y la orden de arresto giraría por la FGR,  ejecutada por la Policía Nacional Civil (PNC). Las autoridades salvadoreñas han explicado que miembros de pandillas buscan filtrarse en las Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP), PNC y en el Ejército para “recibir adiestramiento”, robar armas, robar uniformes y luego salir.

Como las pandillas centroamericanas buscan tener experiencia militar, las autoridades recurren igualmente a las fuerzas castrenses para contrarrestarlas.  En El Salvador, como en Honduras, se ha buscado la solución en el despliegue de tropas en funciones de policía. En Honduras se ha buscado cierta especialización policial y reorganización antes del despliegue de la Policía Militar, pero no ha sido así en El Salvador.  

Se llegó hasta el caso de, en febrero del 2013, proponerse una ley para la derogación de la Brigada Especial de Seguridad Militar (BESM).  Dicha unidad había absorbido y remplazado lo que fuera la Guardia Nacional al terminar el conflicto interno en 1992, quedando establecida con una compañía de seguridad interna, otra de entrenamiento, el Batallón de Apoyo y Servicios, dos más de Guarda Fronteras (501 y 502) y dos de Policía Militar (503 y 504).  Se trata de la única unidad especializada en asuntos de seguridad militar salvadoreña, con apenas unos 1500 efectivos.    

La situación de seguridad interna en el país se ha deteriorado tanto que se ha requerido el despliegue del Ejercito en apoyo a la Policía Nacional Civil (PNC) bajo la Campaña Nuevo Amanecer.  Esta consiste en el desarrollo de planes de apoyo a la seguridad pública en zonas de alta incidencia delincuencial, centros penales y pasos fronterizos no habilitados.  Considerando lo anteriormente, la propuesta de desbandar la BESM, si bien no pasó, parece ilógica.  De hecho, habría que considerar su transformación en un cuerpo aun más especializado, capaz de llevar a cabo operaciones policiales, y mucho a la manera de una gendarmería nacional, o un Cuerpo de Carabineros, o como la Policía Militar de Orden Publico de Honduras.    

Dilema
La Guardia Nacional fue establecida en 1912, como policía rural, tomando como modelo la Guardia Civil española, y teniendo como primer director al Capitán español Alfonso Martin Garrido (promovido a coronel para tomar el mando de la Benemérita).  La Dirección General de la GN en San Salvador, creció de 4.200 agentes en 1988 a 7.700 en 1989, divididos en 5 comandancias de guardia, a las que respondían 14 compañías distribuidas en capitanías.  Se organizó una Compañía de Operaciones Antiterroristas para Áreas Rurales y Urbanas (COPARU), y el Batallón de Infantería Antiterrorista "15 de Septiembre".  

Como policía rural, la Guardia fue bastante efectiva, pero como instrumento político, la Benemérita se probó brutal y extremadamente controversial.  Sería la punta de lanza represiva durante el levantamiento campesino comunista de 1931, que resultaría en una matanza de miles, y desde 1945 formaría parte del Ejercito como Cuerpo Especializado.  Su fin era marcado en 1992 con los Acuerdos de Paz.  Sus unidades seria asimiladas dentro de la BESM.  En ese mismo 1992 aparece la Subdirección de Policía Rural de la PNC, y la que pasa a llamarse la Subdirección de Prevención Rural en octubre del 2011

En lugar de depender de unidades de infantería, lo ideal sería desarrollar esta unidad en un comando separado, con presencia en las tres principales ciudades (San Salvador, Santa Ana, y San Miguel), cada una con sus respectivos batallones de Policía Militar y unidades guarda fronteras, reorganizados muy al estilo de las fuerzas de tarea Interagencial guatemaltecas, y con énfasis en procedimientos policiales.  A ellos podrían entregárseles los 6 renovados UR-416, reforzados con ejemplares de exceso españoles, así como todos los 50 IAL M240 jeeps remotorizado, y 37 pickups Ford Ránger, motorizando así sus cuadros.  Los EEUU podría contribuir con modelos J8 jeeps LPV y APV. (JMAH, corresponsal para Centroamérica)

Fotografías:
. Policía Militar salvadoreño equipado con una carabina FNC
. Motorizado de la BESM de El Salvador
. Tres policías militares salvadoreños armados con metralletas MP5
. UR416 en El Salvador


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