La Presidencia de la República publicó su Plan Nacional de Inversiones Públicas, 2021-23, en el que se detallan los montos que se aplicarán a diversos sectores nacionales, que posiblemente sea sólo una carta de intenciones, pero es un indicador de dónde piensa el Gobierno que debe llegar el dinero del Estado.
El Plan se formula todos los años y presenta de manera sistemática y organizada el conjunto de programas y proyectos de inversión pública (gastos de capital) incorporados al proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el período 2021-23. Junto con una serie de consideraciones teóricas y políticas, sostiene que la inversión pública es un factor catalizador y dinamizador de la inversión privada, dado que contribuye, tanto de modo directo como indirecto, a la recuperación del nivel de actividad.
El gasto de capital de la Administración es la inversión pública, que para 2021, es de 8.900 millones de dólares (el tipo de cambio empleado es de 94,5 pesos por dólar del 26 de febrero de este año), desglosados así:
• Inversión real directa: adquisición, contratación o producción, por cuenta propia, de bienes de capital (3.000 millones, el 34 por ciento del total).
• Transferencias de capital; Gastos no reintegrables que reciben diversos organismos (4.900 millones, o 55 por ciento).
• Inversión financiera: Gastos reembolsables que reciben diversos organismos (1.000 millones, el 11por ciento).
El documento analiza la inversión pública histórica, que muestra una caída sostenida entre 2014 y 2019, destacando que en 2021-22 se espera revertir esa tendencia. El gráfico muestra la evolución. Entrando en el detalle de su evolución, la primera sorpresa consiste en que en la asignación del gasto de capital desglosado por funciones, el transporte ocupó el primer puesto, tanto durante la gestión de Macri como en la actual, bastante separado de las otras y para 2021 está previsto que alcance el 0,68 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto).
Defensa
El gasto en Defensa, por su escaso monto, queda dentro del capítulo Resto. El capítulo Ministerio de Defensa contará con cerca de 235 millones de dólares para realizar gastos de capital en 2021, de los cuales 133 millones corresponden a inversión real directa, 6 millones serán transferencias y el resto no está claramente especificado. Sea como sea, estamos hablando de 139 millones de dólares, una cifra clarísimamente insuficiente. La Fuerza Aérea, con 107,9 millones, ocupa la mayor parte del presupuesto y lo debe utilizar para atender 21 proyectos. Las principales partidas son:
1. Rotables, accesorios y repuestos mayores para diferentes aeronaves, con 64 millones, que es la mayor inversión de todo el área de Defensa.
2. El programa de incorporación de aeronaves de instrucción avanzada, actualmente en ejecución, cuenta con 17,5 millones, de un total de 88 millones, más 24 millones de inversión financiera.
3. La incorporación de rotables, accesorios y repuestos mayores para Learjet 35 y 60, DHC-6 Twin Otter y Saab 340 empleados en vuelos de enlace y para LADE (Líneas Aéreas del Estado) supone 7 millones.
4. La recuperación de aviones de combate A-4AR, en ejecución, cerca de 5 millones, de un total de poco menos de 21 millones hasta 2023.
5. La incorporación de 10 bimotores Beechcraft TC-12B Huron obtiene 4,5 millones de los 14,5 millones necesarios.
6. La recuperación de los aviones de transporte C-130 Hercules cuenta con 3 millones, quedando 2 por modernizar, en un proyecto que abarca hasta 2022.
7. Hay 1,5 millones para un sistema aéreo no tripulado clasificado como secreto y con varias alternativas en desarrollo en el país, de un total de 26,5 millones.
8. La incorporación de un pod de inteligencia, vigilancia y reconocimiento para el Pucará Fénix tiene asignados 1,3 millones.
9. Las obras civiles del plan de radarización nacional de primera serie dispone de 1 millón.
El resto de los proyectos tienen un presupuesto inferior al millón de dólares:
• Modernización y remoción de obsolescencias de cabina del Embraer EMB-312 Tucano.
• Incorporación de pod subalar para ametralladora de 12,7 mm. para el Pampa.
• Incorporación de radares INVAP RP3DLA de primera serie, con sólo 0,6 millones.
• Vehículos, maquinaria, etc. para reponer y mejorar diversas capacidades.
• El Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVYCA) recibirá 100.000 dólares.
• LADE tendrá 74.000 dólares para la mejora de su capacidad de apoyo logístico.
• Asignaciones menores para sanidad y el INMAE (Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica).
Figuran referencias al proyecto de entrenador IA-100 y a la incorporación de aeronaves de combate y no hay partidas definidos para la reconversión del Pucará Fénix, ni para las grandes revisiones de los helicópteros Mi-17, ni para la modernización de los cazabombarderos Super Étendard de la Armada, pero si habrá una transferencia de capital a FAdeA (Fábrica Argentina de Aviones) de 1,88 millones de dólares.
foto: Prosigue con lentitud la modernizacion de los veteranos Hercules.
Seguridad y espacio
Hay poco dinero previsto en el componente aéreo de las fuerzas de seguridad. Se contempla la adquisición de componentes mayores, herramientas especiales y equipos de prueba para helicópteros H225, AS365 Dauphin, AS355 NP Ecureuil y Schweizer 300C y aviones Beechcraft 350, CASA C212 y Piper PA-28, de la Prefectura Naval Argentina y algunos elementos de mantenimiento para aeronaves de la Policía Federal y Gendarmería. También hay una inversión real directa de 17.000 dólares para la adquisición de aeronaves no tripuladas de despegue y aterrizaje vertical para la Gendarmería Nacional. La Policía de Seguridad Aeroportuaria tiene el 1,3 por ciento del presupuesto total del Ministerio de Seguridad.
Hay algunos proyectos vinculados con la actividad espacial:
• Diseño, construcción, lanzamiento y operación de 2 satélites de órbita polar (SAOCOM 2 A/B), a cargo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, con partidas importantes.
• satélite argentino-brasileño de información ambiental con objetivo principal en el mar (SABIA–MAR), con 16,5 millones en 2021 y 76 millones en total.
• Construcción, integración, ensayo, provisión y lanzamiento de 4 vehículos lanzadores Tronador II A, con un costo de 55 millones (6 millones en 2021).
• Diseño, fabricación, integración y ensayo de 4 satélites SARE II A por 56 millones (3,4 millones en 2021).
La Ley de Presupuesto es el principal elemento de gobierno que el Congreso dicta cada año, aunque en realidad esto está muy degradado, fundamentalmente por el exceso de poderes, que permite al Ejecutivo pasar por encima, por lo cual no hay mucha voluntad de respetarla. La escasez de fondos hace que muchas veces las partidas no aparezcan cuando es menester. La conclusión es que no existe ninguna garantía de que los proyectos definidos en el documento se vayan a materializar. Es más bien una manifestación de voluntades y una idea aproximada de lo que el Gobierno piensa que debería hacerse, ratificado por las cantidades ridículas asignadas a cada uno de los proyectos. Lo que sí está claro es que Defensa, aunque mejora su posición frente a ejercicios anteriores, despierta muy poco interés.
Revista Defensa nº 518, Luis Piñeiro. Con la colaboración de Pablo Luciano Potenze y Orsna