En otro hecho de inseguridad habitual en zonas limítrofes con Paraguay, efectivos de la Prefectura Naval Argentina que estaban haciendo tareas de control en aguas del rio Paraná a la altura de la localidad del Eldorado, en la provincia de Misiones, fueron hostigados desde la orilla del vecino país.
Solicitando refuerzos, se aproximó una lancha rápida de patrulla de la Clase Shaldag MK II, la GC-195 Guaraní, que al acudir en protección de los prefectos, recibió disparos de armas de fuego, siete de los cuales impactaron efectivamente en su casco. No hubo heridos ni daños materiales de gravedad.
La Justicia Federal nacional intervino y ordenó actuaciones y peritajes en el navío, a la vez que se pidió a la Armada de Paraguay la realización de patrullajes combinados.
Este no es el primer incidente que ocurre en esta problemática zona de la extensa frontera fluvial entre Argentina y Paraguay. Ya años atrás, otra lancha de la misma Clase, la GC-196 Mataco, recibió disparos e impactos en su estructura superior.
La belicosidad de los delincuentes de origen paraguayo es legendaria, siendo, décadas atrás, la génesis del nacimiento de la Gendarmería Nacional Argentina para poner orden en la línea fronteriza y prevenir las incursiones de bandas armadas, que siempre hicieron gala de un salvajismo pocas veces visto.
La política de indefensión llevada a cabo por la administración anterior del gobierno de Alberto Fernández, que incluso llego a ordenar el desarme de estas lanchas y el envío de las mismas lejos del área critica, favoreció por años un enorme descontrol fronterizo que hoy día explota por cualquier intento de control migratorio o una simple inspección y marca la existencia de otra zona de conflicto en ciernes, solamente ignorado por la inacción de las fuerzas de seguridad y de los políticos que han favorecido esta situación.
No hay ningún sospechoso, demorado o detenido, ignorándose si los disparos provenían de delincuentes comunes, contrabandistas o pescadores ilegales. (Luis Piñeiro)