Uno de los dos principales navíos de la Real Marina británica, el portaaviones HMS Prince of Wales, ha vuelto al servicio activo tras estar casi un año sometido a reparaciones en el astillero escoces de Rosyth.
La página oficial de la Real Marina o Royal Navy publicaba el 4 de agosto que el navío había regresado a su puerta base, el militar de Portsmouth (en el sur de Inglaterra), tras superar una serie de pruebas, y que se prepara para el ejercicio Westlant 23.
El HMS (Her Majesty´s Ship) Prince of Wales y el muy similar que da nombre a la clase HMS “Queen Elizabeth”, son la punta de lanza, junto a diversos modelos de helicópteros y aviones de combate Lockheed Martin F-35B, y los Royal Marines, no sólo de la Royal Navy, sino de buena parte de la defensa del Reino Unido.
Estamos ante unos enormes buques, que tuvieron un costó unitario de más de 3.000 millones de libras (3.473 millones de euros), bastante modernos, el que nos ocupa entró en servicio en diciembre de 2019. Sin embargo, en agosto de 2022, el portaaviones sufría una importante avería menos de 24 horas después de salir de la base naval de Portsmouth.
Enseguida se comprobó que los graves daños en el HMS “Prince of Wales” afectaban a su propulsión, por lo que se decidió trasladarlo desde el canal de la Mancha hasta los referidos astilleros de Rosyth. En esta instalación, donde fue construido, los ingenieros y técnicos de las empresas británica Babcock y BAE Systems repararon la avería en el gigantesco dique seco con el que cuenta esta instalación escocesa, cercana a Edimburgo, lo que habría supuesto un desembolso para las arcas británicas de unos 33 millones de euros, según el tabloide Sunday Times.
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El “Prince of Wales” durante su reparación en Rosyth. (foto Royal Navy)
En concreto, la hélice propulsora de estribor, que tiene un peso de 33 toneladas, había sufrido un fallo consistente el que se rompió un acoplamiento externo que conecta el eje de la hélice exterior con el eje de transmisión del motor. Un grave incidente, que la Royal Navy calificó en aquel momento como algo “sin precedentes”.
Aprovechando la inmovilización del buque en los gigantescos diques secos de Rosyth, que en principio estaba previsto durase hasta la pasada primavera, el portaviones Prince of Wales se sometió a una serie de modernizaciones de menor rango, las actualizaciones de los sistemas de comunicaciones y gestión de batalla, así como una serie de mejoras en su gigantesca cubierta de vuelo para operar con más eficacia los cazas de F-35B Lightning II.
No sería hasta el pasado mes de julio cuando finalizaron los trabajos, tras lo cual se realizaron las preceptivas pruebas de mar, que duraron aproximadamente una semana y, tras ser superadas positivamente, se determinó que el portaaviones volviese a la más antigua de las instalaciones portuarias militares inglesas, la base naval de Portsmouth.
Ahora, el navío y su dotación se están centrando en la preparación y renovación de la certificación operativa, con la vista puesta en participar tras el verano en el macro ejercicio Westland 23, que tendrá lugar frente a la costa este de Estados Unidos. Durante este supuesto táctico aeronaval, el portaaviones HMS “Prince of Wales” embarcará y operará con F-35B Lightning II, helicópteros Leonardo AW101 Merlin; y como novedad a los convertibles Bell/Boeing MV-22 Osprey del Cuerpo de los Marines de los Estados Unidos o United States Marine Corps (USMC). (Julio Maíz)




