La Armada Bolivariana de Venezuela ha iniciado un importante despliegue de unidades navales de superficie en el marco del ejercicio inter-escuadrón del Comando de la Escuadra denominado “Bicentenario de la Espada del Perú”, una proyección de los más importantes activos que busca fortalecer la capacidad operativa conjunta de sus componentes navales, anfibios y aéreos.
Este ejercicio, liderado por el Comando de la Escuadra, incluye la participación de patrulleros oceánicos de vigilancia clase Guaiquerí (tipo Avante 2200), buques de desembarco clase Capana (tipo Alligator), transportes multipropósito clase Los Frailes (tipo Damen Stan Lander 5612), así como buques de vigilancia del litoral clase Guaicamacuto (tipo Avante 1400) y patrulleras guardacostas del Comando de Guardacostas.
El despliegue de estas fuerzas de tarea de la Armada de Venezuela se enmarca dentro de la “Operación Escudo Bolivariano” y, de acuerdo a lo señalado por Altos Mandos venezolanos en redes sociales, también interactuará con la Fuerza de Tarea “General Domingo Sifontes”, todo ello enmarcado en una estrategia nacional que combina acciones de defensa territorial con operaciones contra el narcotráfico. Según el ministro de Defensa, general en jefe (EB) Vladimir Padrino López, las maniobras incluyen patrullajes navales en el Lago de Maracaibo, el Golfo de Venezuela y la fachada Atlántica, además de incluirse recorridos fluviales con infantería de marina, y el uso de drones y medios de inteligencia para vigilancia costera y fronteriza.
Este ejercicio naval cobra especial relevancia en el contexto de creciente tensión regional, marcado por el despliegue masivo de fuerzas navales estadounidenses de la 4ta Flota en el Caribe Sur y Oriental, hacia donde se ha movilizado una fuerza de tarea compuesta por 8 buques de guerra, un submarino nuclear, aviones de vigilancia Boeing P-8A Poseidón, además de otros activos de la Fuerza Aérea y la Guardia Costera que en total suman más de 4.000 efectivos militares. Entre las unidades de superficie más destacadas se encuentran un crucero de la clase Ticonderoga el USS Lake Erie (CG-70), el buque de asalto anfibio de la clase Wasp USS Iwo Jima (LHD-7), los transportes de asalto anfibio USS San Antonio (LPD-17) y USS Fort Lauderdale (LPD-28) ambos de la clase San Antonio, y los destructores clase Arleigh Burke USS Sampson (DDG-102), USS Gravely (DDG-107) y USS Jason Dunham (DDG-109), así como el submarino USS Newport News (SSN-750) de la clase Los Angeles.
La presencia de estas unidades del US Navy en el Caribe sur y oriental ha sido oficialmente justificada por voceros de la Casa Blanca como parte de una operación antinarcóticos de gran escala que trae a la memoria la década de los 90 cuando el entonces presidente Bill Clinton autorizó el despliegue de numerosos activos navales y aéreos entre los que se incluyeron al menos un escuadrón de aviones de alerta temprana y control aerotransportado Boeing E-3A Sentry que fueron estacionados en Panamá. Sin embargo, en el presente contexto para Caracas, que ha denunciado esta movilización como una “escalada de acciones hostiles” y ha solicitado apoyo internacional ante lo que considera una amenaza directa a su soberanía.
No obstante, el ejercicio aeronaval “Bicentenario de la Espada del Perú” representa un esfuerzo significativo por parte del Régimen de Venezuela para consolidar su doctrina de defensa integral y demostrar cohesión operativa entre sus componentes de superficie, aéreos y terrestres, todo ello en este escenario, donde el despliegue venezolano no solo tiene implicaciones tácticas, sino también simbólicas, al reafirmar su postura frente a lo que considera una política de máxima presión por parte de la administración del presidente Donald Trump, que al igual que en su primer periodo (2017-2021) vuelve a repetir con el fin de que se produzca en Venezuela una transición política después de 26 años de hegemonía política.
Por último, la evolución de estos movimientos será clave para entender el equilibrio estratégico en el Caribe y las posibles repercusiones en la seguridad regional de los países aliados y detractores del gobernante Republicano en el continente americano. (Bernardo de la Fuente)






7 comentarios