"Hay que mirar también a Brasil, que tiene una industria de defensa muy importante y un componente estatal. No es lo mismo hacer una compra de Estado a Estado que a una empresa", expresó Sandra Lazo a la TV oficial de Uruguay, tras reconocer que se exploran "otras posibilidades" (además de China) para dotar con OPV a la Armada, en caso de que prospere la intención de rescindir el contrato vigente con Cardama por dos OPV 87, de 1.800 toneladas.
En esa categoría y otras, Brasil no fabrica ningún navío de esas características. Apenas existen, aún en el papel y desde 2014, planos y maquetas (proyecto denominado NaPaOc-BR, o BR-OPV, ) y no se ha avanzado más. Se habrían consultado en la época a diversos astilleros especializados- desde Damen a Fassmer- sin mayores ulterioridades y sin salir de planos de prototipos.
Brasil opera actualmente tres OPV de la clase Amazonas, adquiridos por £133,8 millones en virtud de un contrato firmado con BAE Systems en diciembre de 2011, tras desinterés de Brunei y Trinidad & Tobago en el modelo, que ha dado muy buen resultado. El Amazonas (P120), el Apa (P121) y el Araguari (P122) entraron en servicio en junio y noviembre de 2012 y en junio de 2013, respectivamente. El acuerdo también incluia una licencia para construir más buques de esta clase en Brasil lo que ya caducó y le había sido ofrecido integrarse a esa posibilidad a Uruguay en 2014, tras visitar una unidad Montevideo.
Hoy la serie correspondiente a la Amazonas ha sido substituída en lo que hace a OPV por la clase River Batch II, un buque patrullero de alta mar de aproximadamente 90,5 metros de eslora con un desplazamiento aproximado de 2.000 toneladas y un alcance de hasta 5.500 millas náuticas, cuyo cliente de lanzamiento fue la Royal Baby y uno de los cuales patrulla Malvinas, pero no se fabrica en Brasil.
En la categoría 500 toneladas (muy inferior a las necesidades uruguayas) Brasil está culminando la demorada construcción - y con la quinta parte de los ejemplares estimados - de la llamada Clase Macaé.
Basada en la Clase Vigilante 400 CL54 del grupo francés CMN, hace 20 años se preveía construir en diques brasileños entre 12 y 28 unidades, incorporando inclusive al programa tentativamente a Armadas amigas ,entre las cuales se evaluó la uruguaya. Finalmente se ensamblaron solo tres unidades, restando otras dos, a entregarse en los próximos 18 meses. Las Macaé han visitado asiduamente Uruguay, y la última vez fue en noviembre pasado, cuando la ministra Lazo fue incluso, invitada a conocerla.
Sin embargo sus capacidades y fortalezas apuntan a cubrir, a excepción de emergencias, apenas las primeras 90 millas de mar territorial, dada su autonomía y su carencia de cubierta de vuelo.
Otras embarcaciones que Brasil usa como OPV auxiliares son las de la llamada Clase Mearim, tampoco fabricadas localmente,sino en Noruega, originalmente como Anchor Handling Tug Supply / AHTS ,de 1900 toneladas, incorporadas en 2018 y apenas armada con dos ametralladoras de 12.7 y otras dos 7.62. Están muy lejos de ensamblarse en Brasil.
Tampoco parece ser de la partida la última sobreviviente original de la vieja y controvertida clase de corbetas Inhaúma,con graves problemas constructivos, además, y en vías de desprogramación. Además de la profusión de contactos con China ,y ahora con Brasil, se sabe que , además,semanas atrás, la ministra conversó con un asesor local del grupo Cotecmar, que ofrece sus OPV-93 derivadas de las Fassmer OPV -80. (Javier Bonilla)





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