El equipo Angry Kitten se ha obtenido como resultado del experimento AERRES (App-Enabled Rapidly Reprogrammable Electronic warfare/electromagnetic Systems) que buscaba una solución con la que dotar de nuevas capacidades de adiestramiento a las generaciones de cazas en servicio tanto en la USAF como en la Guardia Aérea Nacional (ANG, Air National Guard). Las pruebas, llevadas a cabo por la Oficina de Experimentación y Desarrollos de Planes Estratégicos de la USAF, han consistido en validar una versión optimizada del equipo contenedor Angry Kitten puesto a punto originalmente por el Instituto de Investigación Tecnológica de Georgia.
Durante las verificaciones, el contenedor concebido para facilitar los ataques electrónicos con emisiones generadas en un contenedor que se fija al fuselaje de cazabombarderos como los F-16 Fighting Falcon de la USAF, se ha podido demostrar su capacidad para poderlo reprogramar con facilidad poco antes de un vuelo, adaptando así las peculiaridades de su trabajo a escenarios que se puedan conocer o surgir de improviso.
Guerra electrónica
Con las pruebas del Angry Kitten la USAF apuesta por aprovechar las ventajas estratégicas de una arquitectura abierta de hardware y de software, lo que facilita la generación de las soluciones de guerra electrónica y electromagnética más adecuadas a un determinado escenario o adversario. Esa capacidad podrá ser aprovechada, por ser especialmente positiva, para incorporarla a cambios futuros en el sistema que incidan en su agilidad operativa.
Los trabajos en el Angry Kitten que ahora prueba la USAF se iniciaron hace cuatro años y se ha concretado que los avances conseguidos van en la dirección pretendida. Contar con contenedores reprogramables beneficiará las necesidades del Mando Aéreo de Combate (ACC, Air Combat Command) de la USAF, organización que ya ha recomendado que cuatro de esos equipos sean convertidos en contenedores operativos reales para actuar de modo ofensivo contra las frecuencias radio del adversario.
Angry Kitten surgió como un equipo avanzado asociado a tareas formativas y, con esa transformación ya verificada y en curso de introducción, evoluciona hacia cometidos operativos en los que se beneficiará de su capacidad de adaptación rápida y a cambios que lo harán más flexible frente a distintas amenazas; será especialmente útil, afirma la USAF, en la lucha contra radares que cambian las emisiones de sus frecuencias gracias a una programación específica que se adapta a la realidad de cada momento. (Octavio Díez Cámara)