El presidente de Colombia, Gustavo Petro, emitió una orden presidencial para la compra inmediata de sistemas antidron con el objetivo de proteger las unidades militares del país frente a la proliferación de ataques con drones usados como armas por parte de grupos armados ilegales. Esta decisión se tomó tras un ataque del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra el batallón militar en Aguachica (Cesar), en el que murieron al menos seis soldados y más de treinta resultaron heridos por artefactos explosivos y drones improvisados, evidenciando el aumento de amenazas tecnológicas en zonas de conflicto.
“En las medidas tomadas hoy en el consejo de ministros se ordena la compra inmediata de los sistemas (antidrones); valen un billón de pesos para todo el país. Espero no derrumben la búsqueda de estos recursos nuevos. Se usará la urgencia manifiesta para ponerle rapidez a los procesos de contratación", escribió el mandatario en su cuenta de la red social X.
Durante un Consejo de Ministros, Petro explicó que la falta de sistemas especializados para detectar, neutralizar y contrarrestar drones hostiles representa una brecha importante en la seguridad de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional. Por ello, ordenó que se utilice la figura de urgencia manifiesta, un mecanismo que permite acelerar los procesos de contratación estatal sin los plazos habituales de licitación, para agilizar la adquisición y despliegue de estos equipos en todo el territorio nacional.
Según el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, estos sistemas son un paso estratégico para responder a la creciente sofisticación de los métodos utilizados por los grupos ilegales, quienes han adaptado drones comerciales para transportar explosivos y realizar ataques en zonas donde la presencia del Estado es menor. Las autoridades han reportado cientos de incidentes con drones desde 2024 hasta finales de 2025, lo que ha llevado a priorizar respuestas tecnológicas ante estas amenazas.
El uso de drones militares improvisados ha aumentado no solo en Colombia, sino también en otros conflictos alrededor del mundo, donde grupos armados no estatales emplean tecnología comercial adaptada para fines letales. Esta tendencia ha impulsado a varios gobiernos a considerar inversiones en sistemas C-UAS (Counter-Unmanned Aircraft Systems), diseñados para detectar, rastrear y neutralizar aeronaves no tripuladas que representen riesgo para la seguridad.
La estrategia de Colombia se enmarca dentro de esfuerzos más amplios para modernizar las capacidades de defensa y proteger al personal militar, así como instalaciones estratégicas. Sin embargo, la adquisición y puesta en operación de estos sistemas antidrones enfrentan desafíos significativos, tanto logísticos como tecnológicos.
En el ámbito nacional, empresas y centros de investigación, como COTALTEC, han desarrollado proyectos y prototipos de sistemas antidrones con componentes locales, tendiendo a fortalecer la industria tecnológica de defensa en Colombia. Estas iniciativas reflejan el avance de capacidades domésticas para enfrentar amenazas aéreas no tripuladas. Sin embargo, a la fecha los resultados no son definitivos, los sistemas desarrollados nacionalmente aún no han sido implementados de manera masiva ni confirmados como plenamente operativos o plenamente eficaces frente a las amenazas reales registradas en los últimos meses. Esto significa que, aunque hay progresos en investigación y desarrollo tecnológico, el país sigue dependiendo —al menos en el corto plazo— de soluciones importadas o en procesos de adquisición acelerada para responder a la demanda urgente de capacidades antidrones modernas.






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