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Viernes, 5 de diciembre de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

La Infantería de Marina de la Armada de Chile pone a prueba sus capacidades en UNITAS 2025

En medio del ajetreo de la Base del Cuerpo de Marines de Camp Lejeune, un grupo de infantes del Cuerpo de Infantería de Marina (CIM) de la Armada de Chile compartió momentos de camaradería con sus contrapartes estadounidenses, justo después de una ceremonia que marcó el pulso de su participación en el ejercicio UNITAS 2025. Pero tras la escenas de acción y más allá de las formalidades, el encuentro refleja esa unión que el nombre del ejercicio "unidad" en latín promete desde su creación en 1959.

Este campo de tiro multinacional, uno de los pilares de la fase terrestre de UNITAS, no es solo un escenario de simulacro. Aquí se pone a prueba la puntería, la coordinación y la capacidad de respuesta bajo presión real. Los Infantes de Marina Chilenos, con su escuadra de fusileros recién llegada desde Valparaíso, demostraron una vez más por qué el CIM es una fuerza clave en la proyección anfibia de la Armada de Chile.

Equipados con fusiles de asalto FN Herstal SCAR-L en calibre 5,56 mm y un entrenamiento de alto nivel, estos hombres ejecutaron disparos de precisión que integraron tácticas de fuego supresor y avances en formación, todo ello en sincronía con las doctrinas del US Marine Corps. No se trata de competir, sino de estandarizar, cómo un pelotón chileno puede flanquear una posición enemiga junto a aliados de Colombia o Perú, por ejemplo, en un escenario que simula amenazas híbridas en el Pacífico Sur.

La presencia chilena en UNITAS 2025, que arrancó el 15 de septiembre y se extenderá hasta el 6 de octubre a lo largo de la costa este de Estados Unidos, va más allá del disparo. La Armada envió también la Fragata antisubmarina FF-05 "Almirante Cochrane", una Type 23 modernizada en 2018-2019 con radar AESA TRS-4D y misiles Sea Ceptor, que zarpó rumbo a Mayport, Florida, para ejercicios en alta mar como el SINKEX, hundimiento con fuego real y desembarcos anfibios. 

Pero es en tierra, en sitios como Camp Lejeune o Norfolk, donde el CIM brilla con sus capacidades únicas, desde la planificación de asaltos y tecnicas de combate urbano, hasta el manejo de vehículos y sistemas no tripulados, heredados de la edición 2024 que Chile organizó con éxito en sus costas. Este tipo de entrenamientos permiten afinar lo que la Armada de Chile ya sabe hacer muy bien, operar en entornos complejos, con énfasis en la movilidad rápida y el control de litorales.

UNITAS, en su 66ª edición, no es solo el más antiguo del mundo en su tipo, un maratón naval que ha reunido a 26 naciones este año, con cerca de 8.000 efectivos, docenas de buques y aeronaves, sino un termómetro de la cooperación hemisférica. Bajo el mando de la Cuarta Flota de EE.UU, las actividades abarcan desde VBSS (visitas de inspección por abordaje) hasta ciberdefensa y rescate en combate, con un foco en operaciones urbanas y anfibias que resuenan con los desafíos del Indo-Pacífico. Para Chile, que asumió la rotación de anfitrión tras un 2024 impecable en Coquimbo, Valparaíso y Punta Arenas, esta versión en suelo norteamericano es una vitrina para validar su doctrina de "fuerza expedicionaria", capaz de proyectarse miles de kilómetros con logística propia y entrenamiento donde los intereses de Chile lo disponga.

Al final del día, UNITAS no solo mide balas, mide alianzas. Y Chile, con su Infantería de Marina a la cabeza, sale fortalecido, listo para responder los desafíos en el horizonte azul o proyectar su fuerza en tierra. (Luis Andrés Lautaro)

Fotografías: Infantes de marina chilenos en UNITAS 2025.

 

 

 


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