En un esfuerzo que combina preparación operativa con un genuino compromiso social, la Fuerza Aérea de Chile (FACh) ha iniciado su despliegue hacia Villa O'Higgins, rincón remoto de la Región de Aysén. Todo arrancó el pasado miércoles 1 de octubre, cuando una caravana terrestre partió desde la Base Aérea Chabunco, en Punta Arenas, bajo el mando de la IVª Brigada Aérea. No es solo un traslado logístico, es el pistoletazo de salida para la Campaña Campos de Hielo 2025, un ejercicio que pone a prueba los límites humanos y técnicos en uno de los entornos más hostiles del planeta.
Es en aquel lugar inhóspito, sector norte de los Campos de Hielo Sur, donde se montará un campamento temporal que simula las crudezas antárticas. El objetivo principal es afinar las habilidades para operaciones aéreas y terrestres en condiciones extremas, todo de cara a la Campaña Polar Científica Conjunta "Glaciar Unión". Habrá simulacros de evacuaciones, maniobras en nieve profunda y el montaje de refugios que no solo servirán de base para los militares, sino que extenderán su utilidad a equipos científicos y agencias nacionales que rastrean el pulso del cambio climático en esta zona olvidada por los mapas comunes.
Pero la FACh no se queda en lo militar. En paralelo, un equipo de personal de salud desplegará un operativo médico-dental que llegará directo al corazón de la comunidad local. En Villa O'Higgins, donde el acceso a servicios básicos es un lujo, esta iniciativa significa revisiones preventivas, extracciones dentales y chequeos que pueden marcar la diferencia en la vida cotidiana de familias enteras. Es el lado humano de la institución, ese que recuerda que detrás de las alas hay personas comprometidas con las comunidades más apartadas, esas que resisten en los confines del país como guardianes silenciosos de nuestra geografía.
Este año, el despliegue aéreo toma nota de lecciones aprendidas en ediciones pasadas. En la Campaña Campos de Hielo 2024, por ejemplo, la FACh movió un arsenal de tres aeronaves DHC-6 Twin Otter, ideales para aterrizajes en pistas improvisadas sobre hielo, un robusto C-130 Hércules para el transporte pesado de suministros y personal y un par de helicópteros MH-60M Black Hawk, esos versátiles "Halcones de acero" que brillaron en evacuaciones aeromédicas bajo vientos feroces. Aquella experiencia, que involucró a más de un centenar de efectivos de brigadas del norte al sur, no solo mantuvo la operatividad en escenarios polares, sino que certificó nuevos pilotos para vuelos en condiciones blancas. Para 2025, esperemos que la Fuerza Aérea de Chile despliegue un esquema similar, con medios aéreos como columna vertebral, adaptados a los retos específicos de esta edición, aunque la institución guarda detalles operativos para no alertar a los elementos impredecibles de la Patagonia.
Desde su base en Chabunco, la IVª Brigada Aérea coordina cada paso, recordándonos que estas campañas no son solo entrenamiento, son un puente entre el presente y las misiones futuras en el continente blanco. En un país alargado como Chile, donde el sur es tan salvaje como esencial, esfuerzos como este reafirman el rol de la FACh no solo como escudo aéreo, sino como hilo conductor que une lo remoto con lo vital. (Luis Andrés Lautaro)






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