En las áridas extensiones de Pampa Chaca, al norte de Arica, la Brigada Motorizada N°4 "Rancagua" del Ejército de Chile ha dado pasos firmes hacia la consolidación de su preparación operativa con el arranque de la fase de planificación del Ejercicio de Fuego Real (LFX) Caliche 2025. Esta iniciativa, que se enmarca en el calendario anual de entrenamiento de la VI División del Ejército, busca no solo afinar las tácticas de combate en terreno exigente, sino también reforzar el alistamiento de unidades que operan en uno de los entornos más desafiantes del país, el desierto costero de la Región de Arica y Parinacota.
El proceso, que comenzó hace apenas unas semanas, involucra a un equipo multidisciplinario de oficiales y suboficiales dedicados a detallar cada fase de las maniobras. "Con rigurosidad y precisión, nuestro personal ha iniciado la planificación del Ejercicio LFX Caliche 2025. Esta etapa resulta fundamental para garantizar el éxito de las operaciones que llevarán a cabo las unidades desplegadas en terreno, fortaleciendo nuestra preparación y capacidad operativa", se destaca en las comunicaciones internas de la brigada, reflejando el énfasis en una ejecución meticulosa que integra logística, inteligencia y simulación de escenarios reales.
Pampa Chaca, con su vasto terreno polvoriento y temperaturas extremas que oscilan entre los 5°C nocturnos y más de 30°C diurnos, se ha convertido en el epicentro de estas actividades preliminares. Este sitio, que alberga el Campo de Instrucción y Entrenamiento (CIE) Pampa Chaca, con instalaciones para tiro en movimiento, detonaciones controladas, etc, ofrece el escenario ideal para replicar condiciones de operaciones en zonas áridas, similares a las que enfrentan las fuerzas en misiones de defensa territorial o apoyo a la soberanía.
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Un toque de fe en medio del desierto, la Misa de Campaña
En un momento que fusiona tradición militar con valores espirituales, el ejercicio dio paso a una emotiva Misa de Campaña celebrada el pasado fin de semana en el corazón de Pampa Chaca. Oficiada por el padre Mauricio Valenzuela, capellán de la Catedral San Marcos de Arica, la ceremonia reunió a decenas de efectivos bajo un cielo despejado, con el viento del desierto como testigo silencioso.
Esta instancia no fue solo un acto litúrgico, sino un reconocimiento palpable al compromiso diario de los soldados y suboficiales de la brigada. En esta instancia, se reconoció el compromiso, la vocación y el espíritu de servicio de los integrantes de las unidades de la Brigada, quienes día a día fortalecen el vínculo entre la fe, la tradición y el deber. El padre Valenzuela, en su homilía, subrayó la presencia espiritual como "reflejo de unidad, fortaleza y esperanza", palabras que resonaron entre los presentes, muchos de ellos con familias lejanas en el sur del país, recordándoles el porqué de su vocación.
Eventos como este, comunes en la dinámica de las Fuerzas Armadas chilenas, ayudan a tejer la cohesión grupal en entornos aislados. En el contexto de la Brigada Rancagua que integra batallones de infantería motorizada, artillería y logística, con un pie en la historia de la independencia chilena, estas pausas reflexivas contrastan con la intensidad del entrenamiento, pero las complementan, recordando que detrás de cada maniobra hay personas con convicciones profundas.
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El pulso del combate, entrenamiento con munición real y explosivos
Mientras la planificación avanza en oficinas improvisadas bajo el sol implacable, el grueso del personal ya ha pasado a la acción con sesiones de tiro de combate que ponen a prueba los límites físicos y técnicos. El LFX Caliche 2025, que se extenderá hasta noviembre según el cronograma actualizado de la VI División, incluye prácticas de fuego y movimiento con munición de guerra, así como aperturas de brechas mediante explosivos controlados. "Cada acción es ejecutada con precisión, fruto de una preparación constante; nuestro personal demuestra disciplina, temple y espíritu de equipo en cada misión", resalta una reciente publicación, acompañada de imágenes que capturan el polvo levantado por los soldados y el estruendo de disparos en formación.
Estas actividades no son improvisadas, se basan en lecciones aprendidas de ejercicios previos como el multiescalón "Camanchaca 2025", realizado en agosto en la misma región, donde se evaluó la interoperabilidad entre brigadas motorizadas y acorazadas, incorporando sistemas de mando satelital para operaciones en tiempo real. En Caliche, el enfoque está en el nivel táctico individual y de pelotón, con énfasis en el uso de fusiles IWI Galil ACE 22N calibre 5,56x45 mm certificados recientemente en tiros en movimiento por la Compañía Antiblindaje de la brigada, tal como informo defensa.com
En un año marcado por la medalla de plata obtenida por una patrulla de la VI División en el "Cambrian Patrol" británico en octubre, donde efectivos de Rancagua destacaron en navegación y combate simulado, el LFX Caliche representa un cierre de ciclo para 2025. Más allá de las balas y explosivos, estas jornadas en Pampa Chaca reafirman el rol de la brigada como guardiana del extremo norte, lista para responder con la precisión que el desierto exige en defensa de la soberanía nacional. (Luis Andres Lautaro)
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