El foco de este esfuerzo se centra en la modernización del sistema de control de fuego AFATDS (Advanced Field Artillery Tactical Data System), una plataforma clave para la gestión eficiente de los fuegos de artillería. Este sistema, utilizado por el ejército de Estados Unidos permite coordinar con precisión las operaciones entre observadores adelantados, oficiales de enlace, centrales de tiro y las piezas de artillería en el terreno. En Chile, el Grupo de Artillería N.° 5 “Antofagasta”, perteneciente a la 3ra. Brigada Acorazada “La Concepción”, ha trabajado de la mano con especialistas del Batallón de Telecomunicaciones N.° 1 “Loa” para llevar a cabo tareas de mantenimiento, programación y configuración de esta tecnología.
Los trabajos, iniciados a principios de 2025, han incluido la reparación y actualización de los equipos del sistema AFATDS, así como la optimización de la transmisión de datos balísticos entre los distintos componentes del proceso de tiro. Estas labores se han desarrollado tanto en el laboratorio de telecomunicaciones del Regimiento Logístico N.° 1 “Tocopilla” como en terreno, durante el ejercicio "Armadura III”, llevado a cabo por la 3ra. Brigada Acorazada en el Centro de Instrucción y Entrenamiento “Portezuelo C”. Este ejercicio permitió poner a prueba las mejoras implementadas, demostrando un significativo aumento en la eficiencia y precisión del sistema.

Medios artilleros del Ejército de Chile. Foto: Ejército de Chile
El Capitán Cristián Ojeda A, Comandante de la 2° Batería del Grupo de Artillería N.° 5 “Antofagasta”, destacó la relevancia de estas mejoras: “Nuestro objetivo ha sido recuperar y potenciar la capacidad de control de fuego de nuestra unidad. Esto implica actualizar los equipos, reparar aquellos que presentan fallos y optimizar su uso para garantizar una conectividad efectiva en las operaciones de artillería”. Su declaración refleja el compromiso del personal involucrado, cuya preparación y sinergia entre especialidades han sido fundamentales para el éxito de esta iniciativa.
La colaboración entre unidades del Ejército de Chile ha permitido desarrollar soluciones prácticas y efectivas, fortaleciendo las capacidades tácticas y técnicas. Además, este modelo de trabajo conjunto establece un precedente para futuras iniciativas, en las que la integración de tecnología y el esfuerzo coordinado entre especialidades serán clave para enfrentar los retos operacionales del futuro.




