La fragata antiaérea FFG-14 "Almirante Latorre" participó activamente en una navegación costera a lo largo de la zona central del país, donde se pudo apreciar por primera vez en detalle sus flamantes lanzadores de misiles antibuque Exocet MM-40 Block 3. Esta unidad, una de las joyas de la Escuadra Nacional, navegó el pasado 31 de octubre entre las comunas de Concón, Viña del Mar y Valparaíso, acompañada por otras fragatas multipropósito. El ejercicio también contó con el sobrevuelo de aviones de exploración aeromarítima P-3ACh Orion y P-295 Persuader y helicópteros Helicópteros SH-32 Cougar, HH-32 Super Puma, HH-65 Dauphin y HH-50 (Airbus H-125). El despliegue no solo sirvió para entrenar en maniobras conjuntas, sino que ofreció a observadores costeros y medios especializados una vista clara de las capacidades recién incorporadas a bordo.
La "Almirante Latorre", con sus 138 metros de eslora y un desplazamiento de 4.267 toneladas a plena carga, regresó hace apenas unos días a su puerto base en Valparaíso tras completar un período intermedio de dique (PID) en la planta industrial de Asmar Talcahuano. Fue precisamente en este astillero estatal donde se llevaron a cabo los trabajos clave que incluyeron el montaje de dos lanzadores cuádruples para los misiles Exocet MM-40 Block 3 de MBDA, ubicados estratégicamente en la superestructura a popa del puente de mando. Cada lanzador ya carga un misil visible, lo que suma hasta ocho unidades listas para acción en un sistema que eleva significativamente el poder disuasivo de la nave.
Estos misiles, con un alcance de aproximadamente 180 kilómetros, un peso de 780 kilogramos y una velocidad de crucero de Mach 0,9, incorporan avances como navegación inercial mejorada, GPS para precisión en la localización de blancos, perfiles de ataque flexibles y la capacidad de impactar no solo buques enemigos, sino también objetivos terrestres. Su motor turbojet Microturbo TRI 40 y una cabeza de combate de 75 kilogramos los convierten en una herramienta versátil para operaciones en escenarios complejos.
Este no es un agregado aislado, sino parte de un esfuerzo sostenido por parte de la Armada para alinear sus unidades con estándares operativos de vanguardia. Recordemos que la hermana "Capitán Prat" ya había recibido idéntica actualización en un PID completado a fines de 2024, reincorporándose a la flota en diciembre de ese año, tal como informó oportunamente defensa.com. En aquel proceso, que duró más de nueve meses, se trabajó en paralelo en la revisión de la turbina de gas General Electric LM-2500, la línea de propulsión, la carena del casco y la superestructura, con la participación directa de personal naval, técnicos de Asmar y expertos de MBDA. Para la "Latorre", el PID reciente siguió una línea similar: además de los Exocet, se revisaron sistemas de propulsión, electricidad, maquinaria y equipos auxiliares, asegurando que la fragata mantenga su velocidad máxima de 29 nudos y un alcance de 4.500 millas náuticas.
Ambas fragatas, adquiridas usadas a la Royal Australian Navy en 2019 bajo el Proyecto Puente IV para reemplazar a las obsolescentes clase L, habían llegado a Chile con un historial de modernizaciones previas, como el programa SEA 1390 de 2005-2010, que renovó radares, sonares y sistemas de combate, pero estas nuevas integraciones de Exocet marcan un salto cualitativo al estandarizar el armamento antibuque con el que ya operan las fragatas FF-15 "Almirante Blanco Encalada" y FF-18 "Almirante Riveros" desde 2016.
Desde la cubierta de observación en Valparaíso, donde el sol de primavera iluminaba la bahía, se veía cómo la "Latorre" cortaba las olas con precisión, sus siluetas de misiles relucientes contra el horizonte como un recordatorio tangible de la evolución naval chilena.
Estas actualizaciones no solo prolongan la vida útil de las clase Adelaide, que ya suman más de 30 años de servicio, sino que fortalecen el rol de estas fragatas como escudo antiaéreo de la Escuadra, complementando sus misiles Standard SM-2 MR Block IIIA (alcance superior a 166 km), el lanzador vertical Mk-41 para ESSM y el cañón Oto Melara de 76 mm. En un contexto regional donde las tensiones marítimas exigen respuestas rápidas y letales, esta exhibición pública envía un mensaje claro: Chile invierte en su soberanía con inteligencia y constancia. (Luis Andrés Lautaro)







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