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El Salvador, las urnas electorales hicieron lo que el Ejercito no pudo hacer en 12 años de guerra

El domingo 28 de febrero se celebraron elecciones municipales, de diputados de la Asamblea Legislativa y del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) en El Salvador.  La victoria del nuevo partido Nuevas Ideas (NI) puso fin al gobierno bipartidista del derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y del izquierdista frente Farabundo Martí de la Liberación Nacional (FMLN).  El camino del FMLN como partido político lo habría llevado a lanzar una guerra civil que culminaría en los Acuerdos de Paz de 1992, y su accionar habría dado a luz a ARENA en 1981.

La victoria del 28 de febrero de NI fue tan contundente que pondría fin al FMLN como fuerza de oposición política y partido político, mientras que ARENA queda en minoría.  Las elecciones también parecen despojar a Rodolfo Antonio Parker Soto de su puesto como representante del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y con ello le quita el fuero que por el momento goza, por lo que podría ser puesto a disposición de la justicia española como elemento encubridor en la muerte de varios jesuitas españoles en noviembre de 1989. 

Entre otras cosas, la Asamblea Legislativa saliente habría sido obstáculo al programa de Control Territorial emprendido por el presidente Nayib Bukele para detener la violencia y disminuir el crimen organizado en el país.   Una de las víctimas de la oposición sería el equipamiento de la Fuerza Naval (FNES).  Insólitamente, el argumento del legislativo, particularmente de Parker, sería que un patrullero oceánico serviría como buque “juguete” para pasearse a lo largo de la costa, y que dicho material nada tenía que ver con controlar el territorio nacional ni mucho menos para controlar las calles, desconociendo que el mar territorial es parte del territorio nacional y como tal merece esfuerzos de control soberano. 

De todas maneras, la FNES estaría próxima a recibir su primer NCPV Desafiante, un navío de 26 metros (85 pies) de eslora, y necesita al menos uno más, y óptimamente dos adicionales, para remplazar un sin número de unidades.  Sin embargo, todavía necesita un patrullero oceánico, como mínimo, y tres óptimo.  Aunque lo que se buscaría es sobre todo material nuevo, no cabe entre las posibilidades de buscarse alguna maquina usada, que de paso fuese mas eficiente de lo que ahora existe. El favorito hace un año atrás era un modelo Damen modificado propiamente como patrullero oceánico, sin embargo, algo más en las líneas del OPV-80 de Lürssen o el OPV-62M son deseables, pero económicamente irracionales.  Por otro lado, se podría explorar la posibilidad de hacerse de alguna cosa usada en EE. UU o en otro país aliado, como podrían ser las tres misileras Sa’ar 4 chilenas de ponerse estas a disposición. Estos serian atractivos a un país como El Salvador si sus cascos y sistemas pudiesen remozarse y renovarse plenamente antes de su entrega.  Convertidos a OPV, los Sa'ar 4 podrían retener la mayoría de sus equipos electrónicos, de navegación y detección, así como armamento, a incluir un cañón OTO Melara de 76mm a proa y sus dos Oerlikon de 20mm y cuatro ametralladoras a babor y estribor; mientras que sus ocho lanzadores de misiles Gabriel y cañón de 76mm a popa se remplazarían por dos grúas pescantes para lanzar y recuperar interceptoras navales, y cubierta de aterrizaje de helicóptero ligero.

Este material se vuelve más necesario debido al empuje económico que se espera dársele al Corredor del Pacífico, un mega proyecto que incluye un aeropuerto y la triplicación de capacidades portuarias artesanales en La Libertad y comerciales de Acajutla, todo unido por un corredor de transito que incluye enlaces y mejoras en las presentes vías, nuevas autopistas, y hasta un tren, con el consecuente tráfico marítimo uniendo las dos terminales marítimas mencionadas y el puerto comercial de La Union.  Para esto, el Gobierno de El Salvador ha adjudicado a la firma española de ingeniería ALBEN el proyecto de construcción del aeropuerto del Pacífico, por un importe de $1,9 millones. El contrato fue logrado en consorcio con PEYCO, perteneciente al mismo grupo de empresas que ALBEN (Grupo SEG), y tendrá una duración de 10 meses.

Uno de los lugares donde podría colocarse el aeropuerto es desarrollando el aeródromo militar El Jagüey (MSET), en El Tamarindo, en el municipio de Conchagua, La Unión. El piloto Mario Alfaro nos dice que se busca la construcción y equipamiento de un edificio de dos niveles, con sus respectivos puentes de abordaje, áreas comerciales y campo aéreo con una pista de 3.200x60 metros.  En julio de 1966, el Instituto de Colonización Rural le entregó al Supremo Gobierno (en el ramo de Defensa) tres terrenos en la jurisdicción de Conchagua, localizados en la hacienda “El Encantado” (Acuerdo Nº 206 Ramo de Defensa Nacional, 1966).  El convenio buscaba la construcción de una pista de aterrizaje en una franja de terreno de 91½ hectáreas desde el sector conocido como “El Faro”, hacia el norte. Otro lote de 3.455 mts², localizado en el polígono “Tamarindo Jagüey”, serviría para construir la rampa, hangares y terminal, mientras que otro lote de 7.180 mts² serviría para la construcción de un centro recreativo.  

Sin embargo, no sería sino hasta 1976 cuando se efectuó la construcción de la pista de aterrizaje, siendo finalizada en octubre de 1977 y consistiendo de una superficie de asfalto que medía 1.340x23 metros de dimensión y una altitud media de 10 pies MSL.  El 17 de julio del 2001, el entonces comandante de la FAS, coronel Milton Antonio Andrade Cabrera, establece el Primer Grupo Compuesto “El Tamarindo”.

Desde el Aeropuerto del Pacífico podría operarse una unidad aeronaval, para operaciones de rescate y patrullaje marítimo con dos Barón G58 ISR, del que ya opera uno en Comalapa, y una media docena de UH-1N ex USCM remozados y repotenciados que pudiesen obtenerse para labores SAR y antidrogas con fondos de INL y FMS.  

La verdad es que era necesario una remozada completa del ente legislativo salvadoreño.  Ahora esperemos que el fervor popular por el nuevo gobierno no desemboque en uno plenamente autoritario y eterno como ha sucedido en otras partes. (Julio Montes)


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