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Sábado, 13 de diciembre de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

El costo desproporcionado de la Operación Southern Spear de Estados Unidos: más de 40.000 millones de dólares sólo en el despliegue de buques. Una reflexión estratégica

En un reciente artículo publicado en Defense One el pasado 7 de diciembre, Peter W. Singer, estratega de New America, advierte sobre la asimetría de costos en la Operación Southern Spear, lanzada por el Comando Sur de los Estados Unidos contra embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico latinoamericano en el Mar Caribe.

En su artículo “Lanchas rápidas hundidas con un superportaaviones: el desproporcionado coste de la Operación Southern Spear”, Singer señala que, históricamente, las guerras se han medido por “sangre y dinero”, y en este caso, la ecuación financiera es alarmante. Según informes filtrados por la Comunidad de Inteligencia Estadounidense y publicados por The New York Times, la supuesta organización criminal "Cártel de los Soles" no existía hasta febrero pasado.

Sin embargo, las agencias federales, como la DEA, han hecho públicos reportes que ofrecen una perspectiva diferente sobre esta entidad, en la que señalan que la misma obtiene ganancias anuales estimadas entre $6.250 y $8.750 millones de dólares. El despliegue estadounidense involucra recursos cuyo costo supera los $40.000 millones de dólares solo en buques, incluyendo el portaaviones USS Gerald R. Ford  (CVN-78) y sus escoltas destructores DDG-51. A esto se suman aeronaves, municiones y el mantenimiento operativo, con cifras que alcanzan cientos de miles de dólares por hora de operación.

Esta “ecuación perdedora” refleja un patrón histórico que ha afectado la sostenibilidad de conflictos en los que Estados Unidos ha tomado parte como Vietnam y Afganistán, en donde el gasto militar fue más que el enemigo al que se combatió para lograr objetivos limitados sobre el terreno y a mediano plazo. Según Singer, esta dinámica coloca a los líderes militares estadounidenses ante dos opciones: escalar la ofensiva o declarar la victoria y retirarse, una decisión que podría definir el futuro de la operación y la estrategia militar de la administración Trump en la región.

Incursión aérea en el Golfo de Venezuela

Por otra parte, el pasado martes, 9 de diciembre, la operación sumó un nuevo capítulo con una incursión aérea dentro del espacio aéreo del Golfo de Venezuela y que fue protagonizada por aviones Boeing F/A-18E Super Hornet y Boeing EA-18G Growler, estos últimos son plataformas especializadas en guerra electrónica, diseñadas para neutralizar sistemas de defensa aérea y comunicaciones enemigas. Este movimiento confirma la tendencia señalada por Singer: el uso de recursos extremadamente costosos para enfrentar amenazas de bajo costo. Cada hora de vuelo de un F/A-18E Super Hornet ronda los $24,000 dólares, mientras que los Growler superan los $30,000 dólares, sin contar el costo de mantenimiento del portaaviones y sus escoltas. En contraste, las embarcaciones objetivo tienen un valor muy inferior, lo que acentúa la disparidad económica y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la operación.

Este acto hostil por parte de aviones de combate del Grupo Aéreo del Ford, se asemeja al incidente del Golfo de Tonkín de 1964, que desencadenó la escalada militar de Estados Unidos en Vietnam tras un supuesto ataque de lanchas patrulleras norvietnamitas a destructores del US Navy, es un ejemplo histórico de cómo un enfrentamiento puede transformar la política exterior.

Si las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB) hubieran interceptado a los F/A-18E Super Hornet sobre el Golfo de Venezuela, el paralelismo sería inquietante: un choque aparentemente limitado podría servir como justificación para ampliar la operación Southern Spear hacia una guerra abierta. Tal acción, real o percibida, podría convertirse en el catalizador que lleve a Washington a intensificar la ofensiva, con consecuencias imprevisibles.

La pregunta que surge en la Comunidad Internacional, es si la administración Trump que enfrenta una creciente incertidumbre sobre si extenderá la Operación Southern Spear hacia objetivos terrestres dentro de Venezuela. Aunque la campaña naval y aérea ha mostrado una clara superioridad tecnológica, el costo desproporcionado y las implicaciones diplomáticas generan dudas estratégicas. Atacar en territorio venezolano podría escalar el conflicto a una guerra abierta, con riesgos de sanciones internacionales y tensiones regionales. Sin embargo, la presión política por demostrar resultados rápidos y contundentes aumenta cada día. Entre la opción de declarar victoria y retirarse o intensificar la ofensiva, la Casa Blanca se encuentra en una encrucijada que definirá su legado. (Bernardo de la Fuente)


Copyright © Grupo Edefa S.A. defensa.com ISSN: 3045-5170. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.

2 comentarios

  1. Majadero | 13/12/2025 06:16h. Avisar al moderador
    40.000 millones para rodar piratas del caribe VI   
  2. deivi | 13/12/2025 01:18h. Avisar al moderador
    queremos accion dentro de venezuela pronto :)    

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