Saab y Embraer están llevando a cabo una campaña de pruebas del Gripen en climas muy calurosos y secos para certificar las capacidades globales del caza. El primer ejemplar del caza brasileño Gripen, utilizado en la campaña de pruebas, está siendo sometido así a pruebas de vuelo con el objetivo de evaluar el desempeño del avión a altas temperaturas y en diferentes regímenes operativos.
Las pruebas, que comenzaron hace dos meses, están siendo realizadas por Saab y Embraer en la unidad de Ensayos de Vuelo del Gripen en Gavião Peixoto, en el interior de São Paulo, y también en la base aérea de Anápolis, a unos 1.100 metros sobre el nivel del mar y con temperaturas medias de 35°C, en el estado de Goiás, que rodea Brasilia.
Allí, en Anápolis, el Gripen estuvo expuesto al sol durante largos períodos para que los ingenieros pudieran evaluar el comportamiento del avión en altas temperaturas. Durante tres días, tras una exposición prolongada al sol, el piloto de pruebas Jonas Jakobsson despegó con el Gripen a una temperatura media de 32°C y realizó un vuelo que duró aproximadamente una hora. Ahora los resultados se utilizarán para validar las capacidades reales de la aeronave para operar en climas cálidos, como lo exige el clima brasileño.
El calendario prevé la continuación de las pruebas durante los próximos meses, cuando se validarán varios parámetros de alta temperatura, como parte de las pruebas globales del programa Gripen.
Aproximadamente 800 sensores, incluidos los del avión, recogieron datos en tierra y durante todo el vuelo, transmitiendo la información en tiempo real a los ingenieros que se encontraban en una sala de telemetría para monitorear las pruebas. Después del aterrizaje, los técnicos miden la temperatura de los frenos, después del enfriamiento, y los datos de los otros sistemas se descargan para su posterior análisis. (Javier Bonilla)