Derogando específicamente el Decreto de 1986 que autorizaba a la recreación de la Aviación del Ejército, extinta en 1941, año de surgimiento de la Fuerza Aérea Brasileña, solamente atendida por helicópteros, la resolución presidencial del 2 del corriente homologa la posibilidad de que la Fuerza Terrestre comience a utilizar aeronaves de ala fija.
A partir de ahora, la medida es de vigencia inmediata, el Ejército dispondrá de la flota aérea que entienda necesaria para su funcionamiento, dice la norma. La resolución mandata a la Marina y la Fuerza Aérea a "cooperar" (incluso doctrinaria y prácticamente) con el Ejército en lo que hace a la reestructuración de su aviación, que, a su vez, más allá de las especificidades que le sean propias, queda obligado a obedecer la legislación aérea nacional.
Las aeronaves del Comando de Aviación del Ejército utilizarán toda la red de aeropuertos e instalaciones nacionales, civiles y militares, inclusive las aeronavales o bases aéreas. El Ejército Brasileño ya ha adquirido en stocks estadounidenses, 8 aparatos C-23B Sherpa, ex US Army, incialmente basados en Manaos (Amazonas), desde donde abastecerán a las unidades fronterizas y en su sede aérea, la ciudad paulista de Taubaté.
Además del ala fija, la Aviación del Ejército Brasileño mantiene otros proyectos aeronáuticos vigentes, como contar con su helicóptero de ataque y unidades pesadas de transporte. (Javier Bonilla, corresponsal del Grupo Edefa en Brasil)