Los servicios de análisis del Congreso de Estados Unidos acaban de publicar un interesante documento en el que analizan distintos aspectos del desarrollo de la guerra Ucrania desde que comenzara la invasión rusa en febrero de 2022.
En esa publicación, ofrecida bajo el título “Ukrainian Military Performance and Outlook”, se define que las Fuerzas Armadas ucranianas (UAF, Ukrainian Armed Forces) se han enfrentado, pese a las aparentes desventajas, a un invasor con acierto y diligencia. Han demostrado flexibilidad y la capacidad de integrar la asistencia proveniente de Occidente en sus campañas militares, todo ello pese a las pérdidas de personal y material.
Se señala desde el Congreso de Estados Unidos que las UAF han conseguido un importante nivel de motivación y de capacidad de reclutamiento entre los ciudadanos de su país. Se apunta también la importancia que ha tenido la rápida movilización de las unidades de defensa terrestre formadas por voluntarios que, junto a las de Reserva, han apoyado a las estructuras militares más formales para que se concentrasen en enfrentarse al invasor; también, de lo relevante que en el país había muchos veteranos con experiencia de combate que han actuado supliendo la carencia de suboficiales.
También se expone en el informe del Congreso de Estados Unidos que el uso de equipo militar de diferentes procedencias ha complicado las operaciones de mantenimiento y no ha favorecido la estandarización, aunque las fuerzas ucranianas han actuado de forma diligente para reparar y mantener el material en la lucha.
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Las Fuerzas Armadas ucranianas están adaptándose a metodologías, tácticas y equipos occidentales. (MD Ucrania)
Se ha constatado la necesidad de sistemas de fuego de largo alcance para contrarrestar la ventaja cuantitativa de Rusia, que las industrias locales pese a su esfuerzo han sido incapaces de satisfacer las demandas propias de un periodo de guerra o que la aportación de 44.200 millones de dólares en asistencia desde Estados Unidos ha sido crucial.
Las Fuerzas Armadas ucranianas han sido capaces, en un periodo de gran presión, de adiestrar al personal para que usase y mantuviese los distintos sistemas de armas que se les han suministrado y de priorizar la formación avanzada en beneficio de unidades con capacidad de uso en un largo plazo. Si la preparación ha sido importante, la provisión de sistemas contracarro y de misiles tierra aire MANDPAD (Man Portable Air Defense) llegados desde Occidente les ha permitido resistir al invasor.
Se ha identificado que, a nivel táctico, las necesidades ucranianas se centraban en vehículos blindados, carros de combate o morteros, demostrándose que su Fuerza Aérea y defensas antiaéreas, importantes tanto a nivel estratégico como táctico, han sido efectivas para limitar la superioridad aérea rusa. Fuentes de Ucrania señalan que requieren munición antiaérea para evitar los ataques este invierno sobre infraestructuras civiles.
Se apunta también que las fuerzas de Ucrania han evolucionado hacia unas estructuras de Mando más centralizadas y que han adoptado, pese a que muchos de sus oficiales estaban formados en la doctrina soviética, principios estandarizados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Es relevante la capacidad de flexibilidad demostrada por las Fuerzas Armadas ucranianas para adaptarse a las circunstancias propias de unas operaciones cambiantes y para crear nuevas unidades con equipo occidental, aunque siguen necesitando más materiales y sobre todo más municiones porque las acciones de lucha requieren del mayor apoyo artillero posible; necesitan, según se manifiesta en el informe del Congreso de Estados Unidos, capacidades logísticas, medios de apertura de brechas, equipos médicos y de evacuación, comunicaciones seguras y medios que sustenten sus capacidades de Inteligencia. (Octavio Díez Cámara)
